La investigación biomédica está logrando avances en muchos campos. Estos son algunos de los más destacados del año que finaliza:
- Cambios en el manejo del cáncer: el descubrimiento de un nuevo subtipo de cáncer de mama, denominado HER2low, va a permitir un mejor manejo y tratamiento más personalizado no solo de los tumores en el seno sino, en un futuro, del cáncer en general.
- Inteligencia Artificial para mejorar la detección del cáncer de páncreas y la sepsis: este tipo de tumores, que se calcula que será el segundo más letal en Estados Unidos en 2030, son difíciles de detectar con las técnicas de diagnóstico actuales de tomografía computadorizada (TC). Una nueva tecnología, basada en inteligencia artificial, permite aumentar los diagnósticos precisos en la TC por encima del 90%. Este abordaje también parece mejorar el diagnóstico temprano de la sepsis, la respuesta del cuerpo contra las infecciones y que puede ser mortal si no se trata a tiempo.
- Atacar enfermedades con células del propio cuerpo: la inmunoterapia aprovecha las células del sistema inmune para atacar a enfermedades como melanomas y otros tipos de cáncer. Uno de los últimos éxitos en este campo es la curación de una niña británica con una leucemia linfoblástica aguda que había agotado todas las opciones tanto de quimioterapia como de trasplante de médula. El tratamiento denominado CAR-T, está basado en las propias células de la paciente, que son modificadas en el laboratorio y reinfundidas en su cuerpo, logrando eliminar toda la enfermedad.
- Nuevo tratamiento para la obesidad: los estilos de vida sedentarios, unidos a la mala alimentación, están causando un gran impacto en la salud de la población. En la actualidad, hay más de 650 millones de obesos adultos en el mundo, una cifra que no para de crecer. Nuevos tratamientos, diseñados originalmente para la diabetes, podrían cambiar esta tendencia.
- Opción novedosa en diabetes tipo 2: la FDA autorizó, el pasado mes de mayo, un nuevo fármaco para la diabetes, que mejora las opciones actuales. Debe acompañarse de una dieta saludable y de la práctica habitual de ejercicio.
- Vacunas ARN para la malaria: esta enfermedad, transmitida por la picadura de un mosquito, causa unas 600.000 muertes al año. La vacuna, que ha comenzado a administrarse en Malaui, podría ser un primer e importante paso para reducir estas cifras de mortalidad. Además, la tecnología de las vacunas de ARN mensajero contra el coronavirus podría resultar muy útil en el futuro tanto en este campo como en algunos tipos de cáncer y en enfermedades raras.
- Más opciones en salud mental: el manejo de estas enfermedades es un gran reto. Nuevos fármacos, como la esketamina o la psilocibina -procedente originalmente de los hongos-, podrían mejorar el manejo de muchas depresiones.
- La terapia génica comienza a ser una realidad: consiste en introducir en el cuerpo, mediante un virus inactivado, un gen que funciona mal o que no funciona. Así, se consiguen tratar desde enfermedades musculares como la atrofia medular espinal o el síndrome de Duchenne, a enfermedades de la sangre como la hemofilia. Los resultados también son muy esperanzadores en algunos pacientes con enfermedades poco frecuentes de la retina, como la neuropatía óptica de Leber (LHON)
- Nueva disciplina médica: el premio Nobel de medicina 2022, otorgado a Svante Paabo, abre la puerta a la paleogenómica, una nueva especialidad científica que estudia los genes de nuestros antepasados. Así, el estudio de nuestra historia permitirá comprender mejor nuestro presente y mejorar la investigación del futuro.
- Mejora en el tratamiento del VIH: los pacientes con VIH tienen que tomar tratamiento de por vida. El avance en la formulación, con una nueva con nanopartículas, permite ahora recibir la medicación con dos inyecciones una vez cada dos meses. El reto es lograr una cura definitiva y muchas investigaciones están encaminadas en lograrlo algún día.
- El reto del corazón: las enfermedades cardiacas, sumados a los estilos de vida poco saludables, son la primera causa de muerte en Estados Unidos. Muchas están causadas por los elevados niveles de colesterol. Nuevos tratamientos -como los anticuerpos monoclonales- podrían cambiar el panorama, pero su elevado precio limita su uso.
Por Javier Granda Revilla
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