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Si el delineador hace que te lloren los ojos, si la base que te aplicas para el rostro te provoca espinillas y la tintura (el colorante) que usas para cambiar el color de tu cabello te causa dificultad para respirar, todo podría ser parte de lo mismo: una reacción a los componentes químicos de los cosméticos que estas utilizando. ¿Tienes alguna otra alternativa?

Como todos queremos lucir bien y conservar una apariencia juvenil, la industria de los cosméticos sigue sacando al mercado productos para mejorar y embellecer cada parte de nuestro cuerpo. Hay productos para cada necesidad, cada gusto y presupuesto. Pero todos incluyen en su composición una lista de ingredientes (generalmente larga), desde comunes hasta de nombres largos y rarísimos que solamente les resultan conocidos a los ingenieros químicos.

Ya no son solamente las mujeres las que los usan, los hombres se han sumado a la lista de consumidores de productos de belleza. Con el incremento en el uso de los cosméticos, también aumenta el número de  reacciones no deseadas provocadas por los químicos incluidos en la formulación de  estos productos.  Entre los que se recomienda evitar se encuentran el formaldehido y la queratina, presentes en los productos para alisar el cabello; la hidroquinona, que se usa bajo supervisión médica para resolver problemas con la coloración de la piel; los ftalatos que a veces se encuentran en algunos productos como los champú y los jabones; y los parabenos, presentes en algunos desodorantes y antiperspirantes.

Debido al riesgo de desarrollar estas reacciones, han surgido nuevas opciones, y en los últimos años han aumentado en el mercado los cosméticos y los productos de higiene personal que se conocen como ecológicos y/o naturales que no contienen componentes tóxicos.

Y tú, ¿qué tipo de productos estás utilizando? ¿Alguna vez has tenido alguna reacción que no esperabas, que en lugar de embellecerte ha empeorado tu aspecto y hasta tu salud?

Si te ha pasado o quieres estar prevenido(a), hay varias cosas que puedes hacer. Una de ellas es corroborar que el producto incluya la etiqueta de Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos (INCI, en sus siglas en inglés), según la cual los fabricantes están obligados a describir en detalle el nombre de los componentes que usan para elaborarlos. De esta forma te aseguras de que estás eligiendo algo de buena calidad, antes de seleccionar qué comprar.

Otra opción es buscar una alternativa más natural. Por ejemplo, para evitar usar productos con queratina para alisar el cabello, que pueden provocar reacciones en la piel y asma, puedes hacerte un planchado natural con calor.  Esta opción ofrece un resultado menos duradero y tendrás que  repetirlo más a menudo, pero es más saludable.

Otro peligro que también se asocia con los productos que se usan para el cabello tiene que ver con los colorantes (los tintes). Algunos estudios sugieren que el uso continuo de tintes de color oscuro puede aumentar el riesgo de desarrollar leucemia o linfoma, especialmente entre las mujeres, pero otros estudios lo desmienten.  Tampoco se ha encontrado evidencia definitiva de que los tintes se relacionen con el cáncer de mama.  Ante la duda, una opción más segura es utilizar productos a base de tinturas vegetales. Su efecto puede durar menos y no ser tan intenso como con los otros, pero evitas riesgos innecesarios.

Las camas solares, por otro lado, representan un peligro para la salud de tu piel ya que emiten los mismos rayos dañinos que el sol y por eso aumentan las posibilidades de que desarrolles cáncer de la piel.  Como alternativa puedes utilizar algunas cremas de auto bronceado que hacen que tu piel adquiera color sin exponerte al sol. Y cuando te asolees o estés al aire libre, recuerda que debes aplicarte un protector solar, aunque estés usando algún producto de auto bronceado, ya que estos no te protegen de los rayos UV.

Además de revisar las etiquetas antes de comprar los cosméticos, hay otras medidas que puedes tomar para evitar que los productos que usas a diario te hagan daño:

  • Revisa de tanto en tanto la fecha de vencimiento de los productos que tienes en el tocador.  Descártalos si no  están vigentes. En general, los tiempos de duración son: para polvos y sombras de los ojos, dos años; para lápices labiales, un año, y para rimel, tres o cuatro meses.
  • No uses rimel que se haya secado. No trates de suavizarlo con agua o saliva. Como está en contacto directo con los ojos, puedes provocar una infección.
  • Guarda los cosméticos en un lugar fresco para evitar que el calor cause cambios químicos en la fórmula. Por ese motivo, no debes dejar la bolsa con cosméticos en el auto.
  • Usa cada producto para su función específica (usa el lápiz labial en los labios, no en los ojos para evitar la contaminación por bacterias).
  • Evita delineadores que contengan kohl ya que pueden incluir niveles peligrosos de plomo.
  • No compartas los cosméticos con nadie más, ni tampoco los cepillos del cabello o de las cejas.

Mientras revisas si tienes algún producto para desechar, recuerda todas estas recomendaciones que te ayudarán a elegir mejor la próxima vez que vayas en busca del cosmético o el tratamiento de belleza ideal para ti. Recuerda que la base de la belleza es la salud. ¡Cuídala bien!

 

Ultima revisión: 2017

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Imagen © iStock / Wavebreakmedia

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