Explorar la propia sexualidad, aumentar el placer, añadir variedad, romper la monotonía o simple curiosidad, son algunas de las razones por las que las personas, ya sea a solas o en pareja, utilizan los juguetes sexuales. Pero para que el juego no tenga consecuencias negativas, como infecciones, lesiones o exposición a materiales tóxicos, es necesario tomar algunas medidas preventivas.
Disfrutar una vida sexual plena y satisfactoria implica conocimiento y responsabilidad… incluyendo por supuesto, el uso de los juguetes sexuales. ¿Los has empleado alguna vez? En caso de que te decidas a hacerlo, ya sea a solas o en compañía de tu pareja, es bueno que sepas que escogerlos y usarlos de forma inapropiada puede arruinarte el placer. A continuación encontrarás algunos consejos para ayudarte en el proceso:
1. La selección es importante: los juguetes sexuales no están ni regulados, ni han sido probados ni aprobados por organismos como la Administración de Drogas y Alimentos (o FDA, por sus siglas en inglés). Se venden como objetos de uso personal, no como dispositivos médicos, por lo que tendrás que usar tu sentido común a la hora de adquirirlos. Descarta los que no vengan empacados adecuadamente (algunos vienen simplemente forrados en un papel plástico transparente) o los que no incluyan las instrucciones para un uso seguro. Si no entiendes cómo funciona, trae partes que puedan desprenderse o te parece peligroso, busca otra opción.
2. Cuidado con los materiales: muchos de los materiales que se utilizan en la fabricación de los juguetes sexuales pueden ocasionar picazón y erupciones en las personas que padecen de alergias. Si te sucede esto, deja de usarlo. Si el juguete despide un olor muy fuerte, probablemente contenga un químico conocido como ftalato (phthalate en inglés), considerado como un carcinógeno potencial por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés). Los que están hechos con plástico duro o silicón son una mejor opción y no son tóxicos. Si no estás seguro(a) del material del que está hecho, descártalo por tu seguridad y la de tu pareja.
3. Evita las lesiones: de acuerdo a datos proporcionados por la Consumer Product Safety Commission (CPSC o Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor), el número de lesiones ocasionadas por los juguetes sexuales prácticamente se ha duplicado desde el año 2007 en Estados Unidos. Otro estudio encontró que 6,800 personas fueron tratadas por lesiones sufridas al usar juguetes sexuales entre 1995 y el 2006, pero seguramente el número real es mucho más alto. ¿Cómo se producen dichas lesiones? Veamos:
- Se calcula que alrededor de un 83 por ciento de las lesiones ocurre por objetos insertados en los genitales y que se quedan trabados (en más ocasiones en el recto que en la vagina) por lo general vibradores, pero en las salas de emergencia se han extraído todo tipo de objetos, desde controles de televisión hasta teléfonos celulares. Nunca debe insertarse un objeto que no está diseñado para ello. Para evitar complicaciones, selecciona un juguete que tenga una base ancha y un cordón que permita tirar de él y extraerlo.
- Di no a los excesos: el uso excesivo de un dispositivo, como un vibrador, por ejemplo, puede causar entumecimiento en las partes sensibles de los genitales femeninos. Por otra parte, los anillos para el pene, pueden causar dolor o inflamación en el miembro si quedan muy ajustados. No debes usar un anillo para el pene por más de dos horas. Téelo presente.
4. La higiene y el cuidado son clave para evitar infecciones: la inserción de un juguete sexual en el ano, luego en la vagina o la boca de una pareja a la otra puede transmitir Enfermedades de Transmisión Sexual (o ETS), como la clamidia, la sífilis o el herpes, así como enfermedades transmitidas a través de la sangre (hepatitis B, hepatitis C y el VIH). También es posible contraer vaginitis bacteriana si se comparten juguetes sexuales entre una persona infectada y su pareja.
¿Qué hacer para evitar infecciones de los juguetes sexuales?
- Lava el juguete sexual después de cada uso y después de usarlo en una parte del cuerpo antes de usarlo en otra, o antes de que lo use otra persona.
- Asegúrate de que el juguete puede lavarse. Hazlo siguiendo las instrucciones del envase. Los juguetes de plástico o silicón pueden lavarse con jabón y agua caliente. Guárdalos en un lugar limpio y seguro.
- Otra forma de protegerte de infecciones es cubrir la parte penetrante del juguete con un condón nuevo.
- No compartas los juguetes, especialmente los que tengan partes que puedan ocasionar sangrado para evitar el contagio de enfermedades que pueden transmitirse a través de la sangre.
- Revisa los juguetes con frecuencia para detectar roturas en la superficie en las que puedan acumularse gérmenes y bacterias.
Espero que estas recomendaciones te ayuden a explorar nuevas formas de dar y recibir placer, y a la vez evitar las complicaciones potenciales del uso inadecuado de los juguetes sexuales. Juega, sí ¡pero responsablemente!
Publicación original: 2015
Ultima revisión: 2017
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