Una ola fría proveniente del Ártico está afectando a gran parte de los Estados Unidos que se enfrenta a las temperaturas más bajas registradas en dos décadas, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (National Weather Service). Millones de ciudadanos se enfrentan a las dificultades de viajar, trabajar, asistir a la escuela o simplemente, atender las necesidades cotidianas bajo las inclemencias del tiempo. Si eres una de las personas afectadas, sigue los consejos de los expertos para lidiar con la ola fría y proteger tu vida y tu salud.
Nieve, viento helado, temperaturas bajo cero… ese es el panorama del estado del tiempo para gran parte del país. Si no se toman las medidas adecuadas, esas condiciones climáticas pueden ser peligrosas para la salud, especialmente si tienes que salir de casa y enfrentarte al frío exterior. Es muy importante que sigas las recomendaciones de los expertos, como el Dr. John Marshall, del Maimonides Medical Center en la ciudad de Nueva York. Según Marshall, lo más indicado “es limitar en lo posible las actividades al aire libre, ya que una exposición prolongada a las temperaturas bajas puede ocasionar congelación e hipotermia, condiciones que, si no se tratan, pueden tener consecuencias muy serias y hasta poner en peligro la vida.”
Cuando sales al exterior bajo una ola fría como ésta, cualquier parte de tu piel que no esté cubierta, se enfría rápidamente. Esto puede ocasionar una disminución del flujo sanguíneo y un descenso de la temperatura corporal que te deja vulnerable a la congelación y a la hipotermia. El doctor Marshall explica que la congelación comienza con una sensación de hormigueo o cosquilleo, por lo general en la cara y en los dedos de las manos y de los pies. Más adelante, los músculos y otros tejidos del cuerpo comienzan a entumecerse paulatinamente. Otras señales de congelación incluyen el enrojecimiento y dolor en las áreas afectadas de la piel.
Por su parte, la hipotermia (que a menudo acompaña a la congelación), puede afectar incluso el funcionamiento del cerebro y hacer que tengas dificultad para concentrarte y para pensar con claridad. Las señales de aviso son temblores, confusión, dificultad al hablar y somnolencia.
Si notas estos síntomas, lo más recomendable es cubrir la piel expuesta al frío y buscar un lugar para protegerse, preferiblemente cálido y buscar atención médica de inmediato.
Los ancianos y las personas con condiciones crónicas como diabetes, problemas cardíacos o circulatorios son mucho más vulnerables a los peligros del frío intenso, al igual que las personas que consumen demasiado alcohol, cafeína u otro tipo de drogas que disminuyan la capacidad del cuerpo de protegerse de las bajas temperaturas. Pero el estado de salud no es el único factor que influye. La velocidad del viento (que aumenta la sensación de frío), si la persona no se ha abrigado correctamente o si tiene la piel húmeda o mojada, pueden determinar cuánto tiempo se pueden resistir las temperaturas bajas.
Si no tienes alternativa y debes salir al exterior y enfrentarte al frío, haz lo siguiente:
- Usa la ropa adecuada y vístete en capas, lo que te permite retener el calor corporal con mayor eficiencia. Sigue la regla de las “tres capas”. La primera ayuda a absorber la humedad y el sudor de tu cuerpo. La segunda, hace las veces de aislante del frío. La tercera, o el abrigo externo debe ser de un material impermeable para que ayude a minimizar los efectos de la humedad y del viento.
- Protege bien las extremidades. Las manos y los pies son especialmente vulnerables a la congelación porque la mayor parte del calor corporal se concentra en el torso para proteger a los órganos vitales. Los expertos recomiendan usar un par de medias adicionales en los pies, y para las manos, manoplas en lugar de guantes porque los dedos conservan mejor el calor si se mantienen unidos.
- No te olvides de usar un gorro o sombrero, que idealmente cubra también las orejas y parte del rostro. Es muy importante que cubras bien la cabeza ya que alrededor del 30 por ciento del calor corporal se pierde por esa área si no la cubres adecuadamente.
- Usa botas de invierno en la talla correcta. Si te quedan muy apretadas, pueden afectar la circulación en los pies y los dedos. Las más adecuadas son las que vienen forradas con un material aislante, con suelas gruesas que ofrezcan buena tracción en la nieve y en el hielo.
- Mantente bien hidratado(a) para que tu cuerpo esté en condiciones óptimas para combatir el frío.
- Si tienes que palear nieve o realizar tareas pesadas al aire libre, ten mucho cuidado ya que esto hace que pierdas el calor del cuerpo más rápidamente. Además, cuando sudas, es más difícil que la ropa te ofrezca la protección que necesitas. Quítate la ropa húmeda o sudada tan pronto puedas.
Si a pesar de todos los cuidados, experimentas señales de congelación, busca atención médica lo antes posible o llama al 911 o al teléfono local para emergencias. Si no recibes ayuda médica en unas dos horas, trata de mantener caliente el área afectada con agua tibia (no debe estar excesivamente caliente) y mantente hidratado(a), bebiendo líquidos tibios (pero no alcohol).
Ten paciencia. Después de la tormenta, siempre brilla el sol, así que estos días molestos y fríos también pasarán. Pero por el momento, toma todas las precauciones posibles para proteger tu salud.
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