Cuando tu hijo tiene un diente flojo, ¡son buenas noticias! Quiere decir que pronto se caerá para darle paso a un diente permanente más grande y fuerte que lo va a acompañar toda la vida. Este proceso se llama “mudar dientes” y es una señal de que tu hijo está creciendo. Pero es importante que estés preparada para ayudarlo y que no olvides “llamar” al Ratón Pérez.
Algo no está bien con uno de los dientes de tu hijo. Se queja de que le duele un poco al morder, y en los últimos días dice que se está moviendo hacia atrás y hacia adelante. Eso quiere decir que pronto se va a caer… Pero no te angusties, tu hijo no se va a quedar “mueco”. Sólo está mudando de dientes.
Los dientes que tienen los niños no son los mismos que tenemos los adultos. Los que les salen a los bebés antes de los 2 ó 3 años se llaman dientes primarios, aunque comúnmente los llamamos dientes de leche.
Debajo de los dientes de leche se están formando los dientes que los van a acompañar el resto de la vida, conocidos como dientes permanentes. Pero para que éstos puedan salir, tienen que desplazar a los de leche y abrirse espacio en la boca pues no sólo son más grandes y fuertes, sino que son muchos más. Mientras los dientes de leche son sólo 20, los permanentes son 28. Haz las cuentas, ¡con razón necesitan tanto espacio!
Por eso, cuando tu hijo siente que uno de sus dientes de leche se está aflojando, quiere decir que los dientes permanentes ya se están alistando para salir. Es un proceso normal, todos pasamos por eso cuando estamos creciendo. ¿Recuerdas cuando tú también empezaste a cambiar de dientes?
Generalmente el primer diente de leche se cae cuando tu hijo tiene entre 5 y 6 años. Al principio puede sentir un poco de dolor o incomodidad, pero esa sensación no dura mucho. Poco a poco el diente se va aflojando, y más o menos un mes o hasta dos meses después, finalmente se cae.
Los dientes primarios se caen en el mismo orden en que salieron la primera vez. Primero van los dientes frontales de abajo, luego los dientes frontales de arriba. Después continúan en orden los incisivos laterales, los primeros molares, los caninos y los segundos molares. Y el proceso puede tardar hasta que tus hijos cumplen 12 o 13 años. Todo depende de cuándo empiezan a “mudar” los dientes, pues cada niño tiene un tiempo diferente.
¿Cómo se caen los dientes?
De muchas maneras. En el caso más sencillo el diente se cae solo, ya sea cuando tu hijo está mordiendo una manzana o al golpearse jugando. Pero algunas veces es recomendable que tú misma le ayudes a desprenderse, especialmente cuando notas que el diente se va a caer pronto y puede correr el riesgo de que se lo trague mientras come o mientras duerme. Para sacar esos dientes que ya están por caer pero que necesitan una “ayudita”, puedes empujarlo con tu dedo hasta soltarlo o halarlo con un trocito de hilo o de seda dental.
En algunos casos, hay dientes flojos que tardan más de la cuenta en caerse o simplemente le causan problemas a los niños. Por ejemplo, hay niños que no quieren volver a comer porque les molesta el diente, no aceptan que les toquen la boca, o algunas veces les duele. En esas ocasiones lo mejor es pedir una cita al odontólogo (dentista) para que él o ella le saque el diente.
¿Qué puedes hacer cuando el diente se cae?
- Controla el sangrado: Aunque no siempre sucede, es normal que algunas veces la encía sangre. Por eso, tan pronto notes que tus hijos van a empezar a mudar, compra gasa para tenerla lista y puedas detener el sangrado rápidamente.
- Tranquiliza a tu hijo: Si es el primer diente que tu hijo pierde, es normal que se asuste. Y más si ve sangre en su boca. Trata de tranquilizarlo parando la sangre y limpiándole la boca.
- Celebra y diviértanse: La caída del primer diente es una oportunidad perfecta para celebrar, pues es un momento importante en la vida de tu hijo y de toda la familia. Muéstrale el diente a tu hijo para que vea cómo son los dientes completos. Cuando pare la sangre, páralo frente a un espejo para que vea su nueva sonrisa “mueca” y ríete con él. Tómale una foto para que la tengan de recuerdo.
- Llama al “Ratón Pérez”: Si deseas, explícale a tu hijo que por la noche el “Ratón Pérez” vendrá a recoger eldiente y por eso lo debe dejar bajo la almohada. En recompensa, el “Ratón Pérez” le dejará a tu hijo un regalo. ¡No lo olvides!
La caída de un diente es también una excelente oportunidad para educar a tu hijo sobre la importancia de los dientes y de mantenerlos limpios. Ahora que él sabe lo que se siente perder un diente, recuérdale que los dientes de leche son como un ensayo para que aprendamos a cuidar los dientes permanentes, porque esos ya no tendrán ningún reemplazo.