Es normal que el clima nos afecte el ánimo, pero no es normal que nos deprima hasta el punto de afectar nuestra vida diaria. Si tu ánimo cae con las hojas de los árboles en el otoño y tu alegría parece congelarse con el invierno, puedes padecer un trastorno afectivo estacional. Entérate qué es y qué puedes hacer para tratarlo.
Hay días en el invierno que entristecen a cualquiera. Especialmente para muchos de los latinos que venimos de países tropicales, las bajas temperaturas del invierno pueden realmente afectarnos el ánimo.
Pero una cosa es extrañar el clima cálido de nuestra tierra natal, o querer quedarse en casa cuando está nevando o lloviendo… y otra muy diferente es no tener ánimos de levantarse de la cama, no querer compartir un rato con la familia o los amigos, y no tener ganas ni siquiera de sonreír desde que llega el invierno. ¡Algo pasa ahí!
Si tú sientes que el invierno realmente te afecta el ánimo hasta el punto que limita tus actividades de la vida diaria, puedes tener trastorno afectivo estacional (TAE), un tipo de depresión que afecta a algunas personas especialmente durante la época del invierno.
¿Cómo puedes saber si tu depresión invernal es TAE? Los síntomas más claros de este tipo de depresión son: somnolencia, dormir en exceso, fatiga durante el día, dificultad para concentrarse, tener más hambre (especialmente por cosas dulces) y desinterés en todo tipo de actividad, hasta en el sexo. Estos pueden ser los síntomas de cualquier depresión, pero la clave para identificar que es trastorno afectivo estacional, es que empiezan a aparecer todos los años con el otoño o el invierno, y desaparecen con la primavera. Además, no entiendes ni sabes por qué te sientes así.
Si cumples con esos síntomas, no eres el único. De acuerdo con los datos, aproximadamente entre el 3% y el 6% de las personas en Estados Unidos sufren de trastorno afectivo estacional de una forma significativa, y muchos más lo sufren de forma moderada, sin darse ni siquiera cuenta.
¿Qué genera el trastorno afectivo estacional? Realmente no hay una respuesta concreta a esta pregunta. Se cree que el TAE surge como una respuesta del cerebro a la falta de luz natural que caracteriza el invierno. Los expertos sospechan que la falta de luz hace que el cerebro cambie la producción de hormonas claves para regular el estado de ánimo, la energía y el sueño. Al parecer, produce más melatonina, una hormona que surge normalmente cuando se está en la oscuridad y que aumenta la somnolencia y el letargo (gracias a ella dormimos de noche). Y, a su vez, produce menos serotonina, la hormona que se produce por la luz solar y sirve para estar despiertos durante el día.
¿Quiénes lo padecen? Es un tipo de depresión tan común que puede darse en adultos, en adolescentes, y en niños, y aún no se sabe bien por qué algunas personas se ven más afectados que otras. Se cree que puede haber personas más sensibles a los cambios en la luz solar que otras, probablemente por herencia familiar o por experiencias personales.
Algunos estudios han comprobado que se da más en los estados del norte que en los del sur, por razones obvias. También se sabe que el TAE afecta más a las mujeres que a los hombres, probablemente debido a las hormonas, y que además es más frecuente en personas que padecen de depresión frecuentemente.
¿Qué puedes hacer? Como con cualquier depresión, hay muchas formas de levantarte el ánimo:
- Sal cuando puedas para aprovechar las pocas horas del sol del día
- No te encierres. Así no te provoque salir de casa y no tengas ganas de hablar con nadie, haz el intento. Después de la primera media hora, agradecerás haber salido de casa.
- El ejercicio es una de las mejores medicinas para levantar el ánimo
- Tu médico te puede dar una terapia de luz, en ella se usan “cajas de luz” o paneles que imitan la luz solar, frente a los cuales te sientas por algunos minutos al día para reemplazar la luz que escasea en el invierno
- La terapia con un psicólogo (psicoterapia) puede ayudarte a analizar tus propios pensamientos y actitudes negativas en esta época y lograr cambiarlos o evitarlos
- Si los síntomas no mejoran, habla con tu médico quizá te recomiende un antidepresivo temporal.
- Si sufres de depresión frecuentemente, con mayor razón debes prepararte con tiempo para la llegada del invierno y así evitar una recaída en esta época. Si estás tomando antidepresivos, pregúntale a tu médico si puedes aumentar la dosis o cambiar de medicamento durante la temporada del invierno. Y, si es necesario, intensifica las sesiones de terapia con tu psicólogo o con tu grupo de apoyo.
El invierno no tiene por qué ser una temporada siempre gris y triste para ti. Si actúas a tiempo y buscas ayuda, puedes disfrutar de las fiestas a plenitud, jugar en la nieve con tus hijos y disfrutar con tus amigos un chocolate caliente frente a la chimenea. No suena tan mal, ¿cierto?