- Anualmente en los Estados Unidos hasta un millón de mujeres alcanza la menopausia y a nivel mundial esta cifra llega hasta los 50 millones.
- Entender y comprender el proceso fisiológico de la menopausia puede ayudar a sobrellevarla de una mejor manera.
- Los cambios de la menopausia puede ser muy duros para muchos mujeres, afectando también a su salud mental.
La menopausia es una fase inevitable en la vida de toda mujer, marcada por el cese de la menstruación y la capacidad reproductiva. A menudo es acompañada por una serie de cambios físicos y emocionales, algunos de los cuales pueden ser desafiantes. Sin embargo, con una preparación adecuada y una comprensión profunda de lo que está por venir, es posible atravesar esta transición de manera más llevadera y positiva. En lugar de abordar la menopausia con temor o incertidumbre, podemos enfrentarla con conocimiento, empoderamiento y una estrategia para mantener nuestro bienestar.
Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA por sus siglas en inglés), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud, más de un millón de mujeres experimentan la menopausia en los Estados Unidos cada año. A nivel global se estima que anualmente alcanzan esta fase 50 millones de mujeres y se espera que para el año 2030 haya un total de 1.200 millones de mujeres menopáusicas en todo el mundo.
La menopausia suele ocurrir alrededor de los 50 años, en promedio, pero puede iniciarse tan temprano como los 45 años y en algunas mujeres retrasarse hasta los 55. “No requiere una preparación previa, pero si es importante que la mujer este informada sobre cuáles son los cambios que va a experimentar. No es un proceso estándar y cada mujer lo vive diferente, principalmente asociado a su situación personal”, explica la Dra. Antonella de Ponte, ginecóloga de Dexeus Mujer en Barcelona, España.
La experta añade que pueden presentarse síntomas molestos que alteran la dinámica social y laboral, pero con el asesoramiento adecuado e información temprana se pueden manejar los síntomas muy bien. “Los pilares fundaméntales de una vida saludable se aplican a cualquier cambio en la vida de la mujer, desde la pubertad, el embarazo y la menopausia, siendo una de las etapas más importantes, por que posteriormente no experimentara ninguna otra”.
¿Existen síntomas que nos avisen de que está llegando?
La primera menstruación en las mujeres es un proceso fisiológico que no deja lugar a dudas. Sin embargo, que haya llegado la menopausia quizás no sea tan evidente. El hecho de que muchas mujeres presenten ciclos irregulares y que esto sea más común cuando más cerca está la menopausia dificulta muchas veces saber que ya se ha llegado a esta fase.
¿Cómo puede saber una mujer entonces que se ha iniciado este proceso?
“Principalmente pueden notar cambios en el patrón menstrual, que suelen ser muy sutiles, como menos o más días de sangrados y también cambia la abundancia. Esto se produce porque la mujer comienza a perder progresivamente su función ovárica y por tanto baja la producción de las hormonas femeninas, los estrógenos y progesterona”, comenta la Dra. de Ponte.
Esta etapa previa se conoce como premenopausia, que puede durar unos 5 años, siendo más corto y precoz en mujeres con malos hábitos de vida, como tabaquismo y obesidad, y más prolongado en mujeres con hábitos saludables como la práctica de deporte. “Frecuentemente puede reportar los síntomas vasomotores, la sequedad en la piel y mucosas, también en la vagina, el cambio en la distribución de la masa corporal, cambios emocionales, depresión, ansiedad o pérdida de la capacidad de atención”, añade la ginecóloga.
La importancia de la alimentación
La menopausia es una etapa natural y universal en la vida de todas las mujeres. A medida que los niveles de estrógeno y otras hormonas femeninas disminuyen, es común experimentar una serie de síntomas, que van desde sofocos y sudoraciones nocturnas hasta cambios de humor y problemas de sueño. En este contexto, los fitoestrógenos de la soja, a menudo promocionados como una solución milagrosa, han ganado popularidad.
Estos son compuestos vegetales que imitan la acción del estrógeno humano en el cuerpo. Se encuentran en una variedad de alimentos, siendo la soja uno de los más ricos en estos compuestos. Dado que los fitoestrógenos tienen una estructura química similar al estrógeno humano, ha surgido la idea de que pueden ayudar a compensar el descenso hormonal que ocurre durante la menopausia.
Aunque ciertos estudios sugieren que los fitoestrógenos pueden aliviar algunos síntomas menopáusicos, la realidad es que no pueden reemplazar completamente la función del estrógeno natural en nuestro cuerpo. Además, la respuesta a los fitoestrógenos puede variar de una mujer a otra, y no todas experimentarán beneficios notables al consumir soja o suplementos de fitoestrógenos.
Más allá de cualquier suplemento o alimento específico, lo que realmente puede marcar la diferencia durante la menopausia es adoptar una dieta sana y equilibrada. “Una alimentación equilibrada adaptada a las necesidades personales, rica en frutas frescas, verduras, hortalizas de temporada, cereales integrales, proteínas magras, que no aporten grasas saturadas, siendo buenas fuentes el pollo, el pescado y las legumbres”, explica la Dra. Antonella de Ponte, que añade una serie de consejos:
- Evita el consumo de embutidos y carnes rojas, así como de quesos grasos y repostería industrial.
- Consume productos lácteos semidesnatados o bajos en grasa.
- Limita el consumo en productos ricos en sal y las grasas que se encuentran en fritos, alimentos procesados y productos horneados.
- Come pescado azul rico en grasas omega 3, de 2 a 3 veces por semana (son buenas fuentes el salmón, los boquerones, el atún, la caballa y las sardinas), ya que reducen los triglicéridos y ayudan a prevenir la formación de placas que bloquean las arterias y a bajar la presión arterial.
- Lee las etiquetas de los alimentos y evita los productos que incorporen «grasas saturadas», grasas vegetales sin especificar o de coco o palma y grasas «parcialmente hidrogenadas» o «hidrogenadas». “Te sorprenderá la cantidad de alimentos industriales que las incluyen entre sus ingredientes, como helados, pizzas, galletas, pastas para hacer quiches, hojaldres y empanadas, alimentos precocinados, bollería, etc.”, añade la ginecóloga.
Además, mantener una hidratación adecuada, reducir el consumo de alimentos procesados y limitar el alcohol y la cafeína puede mejorar la experiencia menopáusica. La nutrición adecuada también es esencial para mantener la salud ósea y cardiovascular, ambas de especial preocupación durante y después de la menopausia.
La Dra. Antonella añade además que no son necesarios los suplementos nutricionales para las mujeres cerca de la menopausia de forma general. “Si recomiendo un control ginecológico anual, con analítica, valoración de alimentación y hábitos deportivos. Dependiendo de cada paciente puede ser que se sugieran suplementos, pero no de forma general”.
Cuidar de la salud mental
La menopausia marca una transición significativa en la vida femenina. Sin embargo, más allá de los cambios fisiológicos, se presentan una serie de retos psicoemocionales que pueden ser abrumadores para muchas mujeres, siendo importante atender a la salud mental en esta etapa.
Los síntomas de la menopausia trascienden los sofocos y la irregularidad menstrual. Debido a la disminución de los niveles de estrógenos, que desempeñan un papel crucial en el Sistema Nervioso Central, muchas mujeres experimentan alteraciones significativas en su estado de ánimo. Estos estrógenos son esenciales para mantener la sensación de bienestar, y su reducción puede dar lugar a síntomas como la fatiga, el desánimo, problemas de concentración, ansiedad, irritabilidad y, en algunos casos, episodios de agresividad.
Además, es común que durante esta etapa, las mujeres enfrenten desafíos adicionales que complican aún más su experiencia emocional. “En esta etapa suelen coincidid dos situaciones, la inestabilidad emocional al saber que han perdido la capacidad reproductora y la convivencia con hijos adolescentes y sus crisis”, apunta la ginecóloga.
Por un lado, la pérdida de la capacidad reproductiva puede generar sentimientos de tristeza, luto o incluso una crisis de identidad en algunas mujeres, quienes, a menudo, han vinculado una parte significativa de su identidad al rol reproductivo. Por otro lado, la coincidencia de la menopausia con la adolescencia de los hijos puede aumentar la tensión en el hogar. Las crisis propias de los adolescentes, con sus desafíos, cambios de humor y necesidad de independencia, pueden chocar con los desafíos emocionales que enfrenta la mujer menopáusica, generando conflictos y malentendidos.
“Es de vital importancia poder asesorar personalmente a cada mujer en esta etapa y dar recomendaciones personalizadas”, apunta la experta. No todas las mujeres experimentarán la menopausia de la misma manera, y cada una requerirá un enfoque y soluciones específicas para sus necesidades. Es fundamental que los profesionales de salud puedan asesorar personalmente a cada mujer, ofreciendo recomendaciones personalizadas que aborden tanto los síntomas físicos como los emocionales. Esto puede incluir terapias de reemplazo hormonal, terapia psicológica o técnicas de manejo del estrés, entre otros.
“La necesidad de tratamiento la debe valorar un especialista en el área, posterior a una valoración completa de la mujer, por lo cual la recomendación sería si estas en esta etapa y presentas síntomas o solo quieres informarte, acude a un especialista que te pueda asesorar” sigue explicando la Dra. de Ponte. “En principio cualquier mujer en edad menopáusica es candidata para recibir Tratamiento Hormonal Sustitutivo siempre y cuando sus beneficios superen sus posibles riesgos” añade y finalizado explicando que existen también tratamientos alternativos que deben emplearse de forma individualizada, en función de las necesidades de cada mujer.
Por Miguel Ramudo
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