Cuando nos sentimos mal o de pronto tenemos algún síntoma de algo que nos hace pensar que podría ser grave lo primero en lo que pensamos es acudir a un doctor para que pueda ayudarnos. Si vivimos en una ciudad grande lo más seguro es que tengamos algún hospital o centro médico cercano. Si estamos en algún lugar más alejado, cada vez tenemos más herramientas que nos permiten ponernos en contacto con profesionales sanitarios de manera remota, especialmente después de la pandemia causada por el Covid-19.
El avance de la telemedicina tiene mucho que ver con la investigación que se hace en la NASA. Cuando los astronautas participan en una misión espacial pasan largos periodos lejos de casa. En concreto, pueden estar a millones de millas de centro médico más cercano, es por ello que uno de los principales objetivos de la NASA en este ámbito se centra en minimizar los riesgos y en capacitar a los astronautas para que sean capaces de afrontar los problemas de salud más frecuentes a los que se pueden enfrentar durante la misión de la manera más autónoma posible.
La estación espacial orbita a 240 millas sobre la Tierra. La Luna está 1.000 veces más lejos de la Tierra que la estación espacial. En contraste, Marte está en promedio a 140 millones de millas de la Tierra. A esta distancia, el retraso en la comunicación puede ser hasta de 20 minutos en un sentido, por lo que es fundamental que los astronautas sepan reaccionar de la mejor manera y aprendan a identificar las mejores soluciones sin la ayuda del control de la misión de la NASA.
Con motivo de la semana mundial del espacio (World Space Week) que este año se celebra del 4 al 10 de octubre, el Dr. Jay Lemery, investigador del grupo de Capacidad Médica de Exploración (ExMC) del Programa de Investigación Humana de la NASA explica a Vida y Salud que se está utilizando la experiencia de los vuelos espaciales tripulados en la estación espacial para averiguar qué tipos de eventos médicos ocurren en el espacio a lo largo del tiempo y qué tipos de habilidades, procedimientos, equipos y suministros se necesitan para garantizar la seguridad de los astronautas y preparar futuras misiones a la Luna y Marte.
En el artículo anterior pudimos conocer un poco los principales cambios que ocurren en el cuerpo humano durante los viajes espaciales fuera de la atmósfera en condiciones extremas como la radiación, el confinamiento o la ingravidez o ausencia de gravedad. Pero, ¿qué pasa si un astronauta durante una misión larga se enfrenta a una emergencia médica como un infarto, una embolia o una apendicitis?
El Dr. Lemery nos cuenta que los astronautas de la estación espacial reciben capacitación médica antes y durante las misiones espaciales que les enseña cómo responder a los problemas de salud a medida que surgen. Por ejemplo, los astronautas aprenden a usar el equipo a bordo de la estación espacial para producir suero intravenoso a partir de agua purificada, que puede usarse ante una emergencia.
Los miembros de la tripulación también se realizan ecografías entre sí para controlar la salud de los órganos. Si un miembro de la tripulación se enferma durante la misión, ellos mismos pueden realizar pruebas de laboratorio para ayudar a hacer el diagnóstico correcto y guiar el tratamiento con ayuda de los médicos que están en la Tierra.
¿Qué es lo que más preocupa a los médicos de la NASA que pueda pasar?
Muchos de los esfuerzos del Programa de Investigación Humana de la NASA se centran precisamente en estudiar y estratificar los riesgos de salud que tienen los astronautas. Se intenta prevenir al máximo que ocurra cualquier eventualidad médica. Pero hay cosas que son muy difíciles de predecir o evitar y el riesgo de que aparezcan en cualquier momento, aunque es bajo, está ahí.
Según comenta el Dr. Leremy, uno de los ejemplos de eventualidades médicas poco frecuentes pero que pueden tener consecuencias graves es la sepsis. Según define MedlinePlus, la sepsis es la respuesta abrumadora y extrema de su cuerpo a una infección. Se trata de una emergencia médica que, sin un tratamiento rápido, puede provocar daños en los tejidos, falla orgánica e incluso la muerte.
“La sepsis viene de infecciones que empeoran. Se habla frecuentemente del riesgo de infecciones genitourinarias. No son un problema: fáciles de tratar y nada de qué preocuparse demasiado. Pero, cuando una infección genitourinaria se extiende a los riñones y causa una nefritis, la situación ya es más seria. Si esto se extiende por el cuerpo, entonces puede haber una sepsis. Esto es una cosa que en la tierra requiere muchos recursos médicos y muchos cuidados de enfermería”.
En el espacio esta puede ser una situación muchísimo más complicada de afrontar, por lo que gran parte de la investigación que hace la NASA se centra en pensar qué hacer para reducir al mínimo el riesgo de que esto ocurra.
Actualmente una de las líneas de investigación en las que están trabajando en la NASA es el desarrollo de la tecnología de análisis de datos y la inteligencia artificial para crear herramientas que ayuden a los astronautas en la toma de decisiones clínicas desde la nave. Los investigadores también están investigando el papel que podrían desempeñar los asistentes virtuales para ayudar a las tripulaciones a identificar y responder rápidamente a las anomalías de los vuelos espaciales para misiones más largas y lejanas.
Un beneficio para toda la sociedad
Los avances en telemedicina que se puedan realizar gracias a la investigación de la NASA podrían trasladarse a otros ámbitos y ayudar a otras personas. Durante la pandemia se ha vivido una explosión de la digitalización en muchos sectores y la medicina no ha sido la excepción.
La posibilidad de contactar con un profesional de la salud de forma remota abre de forma muy importante las posibilidades de recibir asistencia médica en lugares remotos. Ahora, los nuevos desarrollos e innovación permitirán poder mejorar los procesos, por ejemplo, para dar instrucciones a personas que no tienen ninguna experiencia médica, además de tener dispositivos que ayuden a mejorar los procesos diagnósticos y terapéuticos a distancia.
“Eso puede ayudar a optimizar los recursos médicos y también mejorar los resultados en los lugares en los que hay poco acceso a los servicios de salud”, señala el Dr. Leremy. La atención médica es muy cara en todo el mundo y lo importante es usar los recursos de la mejor forma posible para ayudar a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
Otro de los aspectos que preocupa a la NASA durante misiones más largas es la caducidad de los medicamentos y otros dispositivos médicos. Se sabe que muchas medicinas se degradan en un determinado lapso de tiempo y reducen o pierden sus efectos. Otra de sus líneas de investigación trabaja precisamente en buscar mecanismos para reciclar o preservar mejor estos medicamentos para que sean útiles durante mucho más tiempo. En esto la tecnología de impresión 3D también se postula como una vía para ayudar a resolver el problema.
La NASA necesita investigar esto porque se tiene que asegurar de que sus astronautas estén lo más seguros posible durante una expedición de 6 meses a la luna. Y eso lo pueden aprovechar los sistemas sanitarios de países en todo el mundo para poder optimizar sus recursos.
Por Karla Islas Pieck
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Imagen: ©NASA Johnson / Astronaut Thomas Pesquet works on the GRIP human research experiment