Reconocida como un gran antioxidante para nuestro organismo, la vitamina E, o el tocoferol, es imprescindible para mantener una salud óptima pero también tiene algunos riesgos. Conoce para qué sirve, en dónde la consigues, sus riesgos y sus interacciones.
La vitamina E, es un nutriente liposoluble (soluble en grasas) que se encuentra en varios alimentos. En nuestro organismo funciona como antioxidante, ayudando a proteger a las células contra los daños causados por los radicales libres, los cuales pueden dañar a las células, a los tejidos y a los órganos.
El cuerpo necesita de la vitamina E para que el sistema inmunológico funcione correctamente, para la formación de los glóbulos rojos y para ayudar al organismo a utilizar la vitamina K. Interviene en la liberación de la prostaciclina que dilata los vasos sanguíneos y evita que las plaquetas se adhieran y que la sangre no se coagule dentro de ellos. Las células emplean vitamina E para interactuar entre sí y cumplir numerosas funciones importantes.
La mejor forma de obtener las dosis requeridas de vitamina E es a través de los alimentos y puedes encontrarla en:
- Aceites vegetales ya sean de maíz, germen de trigo, girasol, cártamo o soya.
- Semillas de girasol.
- Nueces, almendras, avellanas y cacahuates.
- Hortalizas de hoja verde como el brócoli y la espinaca.
- Cereales enriquecidos, jugos de frutas y margarinas.
El término vitamina E, en realidad representa a un grupo de ocho tocoferoles diferentes. De los cuales la forma natural con mayor calidad vitamínica es el d-alfa-tocoferol.
Los requerimientos diarios pueden variar según la edad, el sexo y las condiciones de salud de cada persona. Tu médico te puede decir cuál es la dosis correcta para ti y si necesitas tomar un suplemento de vitamina E. El nivel máximo de vitamina E en suplemento recomendado por el Instituto de Medicina para adultos es de 1,500 UI/día si es el suplemento en las forma natural y 1,000 UI/día si es el suplemento en la forma sintética de esta vitamina. La vitamina de fuentes naturales es más potente.
Algunos casos de enfermedades del hígado, del páncreas o del intestino así como una cirugía de estómago podrían incrementar los requerimientos de vitamina E, pero sólo debes tomar suplementos si te lo indica tu médico.
¿Qué dice la ciencia sobre la vitamina E?
Deficiencia de vitamina E: La vitamina E es la terapia indicada para las personas con deficiencia de vitamina E. Cabe decir que no es muy común. Se presenta en las personas que tienen problemas con malabsorción de grasas por una cirugía (del intestino) o porque tienen problemas que incluyen la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística, o en las personas que o están desnutridas o tienen problemas genéticos,
Cáncer: Como es un antioxidante, se han hecho muchos estudios para ver si la vitamina E podría prevenir diferentes tipos de cáncer o ayudar una vez que se desarrollan. Desgraciadamente no se ha demostrado que es el caso. Por ejemplo, en un estudio los pacientes que tomaron 400 unidades internacionales de vitamina E tuvieron 17% más riesgo de desarrollar cáncer de próstata comparado con los que tomaban placebo. Por otro lado, no se vio beneficio en estudios en donde se comparó a mujeres que tomaron vitamina E para la prevención del cáncer del colon ni del seno. La Sociedad Americana del Cáncer sólo menciona que no hay evidencia de que la vitamina E previene el cáncer y podría aumentar el cáncer de la próstata.
Trastornos Oculares: La vitamina E se ha utilizado para prevenir la degeneración macular relacionada con la edad, la pérdida de visión y las cataratas en adultos mayores. Sin embargo, los resultados de las investigaciones en este campo en este momento son inconsistentes y mixtos. La investigación continúa.
Enfermedad cardíaca: Algunos estudios relacionan el consumo de los suplementos de vitamina E con un riesgo menor de padecer enfermedad cardíaca, pero los estudios no lo han demostrado hasta el momento. Los científicos no han podido asegurar si un consumo elevado y regular de esta vitamina realmente protege el corazón de las personas jóvenes y sanas de sufrir enfermedad cardíaca ya que la mayoría de los estudios se han realizado en personas de mediana o tercera edad que o ya tienen enfermedad cardíaca o tienen factores de riesgo. Continúan las investigaciones pero, en este momento, no se recomienda.
Diabetes: Se ha sugerido el uso de esta vitamina para la prevención de diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2, para el control del azúcar en la sangre y para la prevención de complicaciones por esta enfermedad. Sin embargo, se necesitan realizar más estudios que confirmen su eficacia para estos usos.
Funcionamiento Mental: Como la membrana celular de las neuronas (las células nerviosas) contiene una gran de ácidos grasos) se piensa que la vitamina E podrían ayudar a los adultos mayores a mantenerse mentalmente lúcidos y a prevenir la enfermedad de Alzheimer pero, hasta ahora, los estudios científicos no han encontrado una evidencia clara de que el consumo de suplementos de vitamina E ayude a retrasar el deterioro del cerebro ni el avance del Alzheimer comparado con el placebo.
Quizá no sea peligroso tomar vitamina E en suplementos en 400 UI diarias si no se tiene deficiencia y no hay contraindicaciones, pero se desconocen los efectos adversos si se toma por periodos prolongados de tiempo. Sin embargo las dosis elevadas en forma de suplementos, podrían incrementar el riesgo de sangrado y hemorragia en el cerebro. Otros efectos pueden ser reacciones cutáneas, cambios en los niveles del colesterol, dolor de cabeza y náuseas.
La deficiencia de esta vitamina (en los casos de cirugía, enfermedad de Crohn, malabsorción, fibrosis quística, etc.) puede causar debilidad muscular con pérdida de la masa muscular y falta de balance al caminar; movimientos oculares anormales y problemas visuales. Si la deficiencia dura mucho tiempo también puede afectar al hígado y a los riñones. En los países del primer mundo es raro que se presenten casos de deficiencia de vitamina E severos.
Precauciones e interacciones:
No existe suficiente evidencia que determine los riesgos de tomar vitamina E en suplementos durante el embarazado o la lactancia. En cualquier momento es conveniente que consultes a tu médico antes de tomarla. Su uso no debe ser por periodos prolongados y si fumas debes tener precaución.
Los suplementos de vitamina E pueden interferir o tener interacciones con algunos medicamentos, hierbas y suplementos, por ejemplo:
- Medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios como la warfarina, ya que puede aumentar el riesgo de sangrado.
- Agentes antiasmáticos, anticonvulsivos y medicamentos para bajar el colesterol.
- Otros antioxidantes como el selenio, la vitamina C y el betacaroteno.
- Antidepresivos tricíclicos, pues la vitamina E interfiere con la absorción adecuada.
- Ginkgo Biloba y aspirina, ya que puede incrementar el riesgo de sangrado.
- Los antioxidantes interactúan con la quimioterapia y radioterapia afectando la eficacia de los tratamientos. Las personas que están en tratamiento contra el cáncer, deben consultar a su oncólogo antes de tomar suplementos de vitamina E u otros suplementos antioxidantes.
La mayoría de las personas obtienen suficiente vitamina E de su dieta. Como siempre, consulta a tu médico acerca de todos los suplementos, vitaminas, hierbas y medicamentos que tomas. Él o ella te dejará saber si existe alguna interacción con la vitamina E si deseas tomarla en suplemento.
Ultima revisión: 2017
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