Generalmente, para perder peso se recomiendan una dieta sana, baja en calorías, hacer ejercicio regularmente y modificaciones en el comportamiento. Se necesitan quemar 500 a 1,000 calorías más de las que se consumen diariamente para bajar de 1 a 2 libras a la semana. Para muchas personas, especialmente con obesidad o con otras condiciones como diabetes, hipertensión o colesterol elevado, por ejemplo, que aumentan el riesgo de desarrollar complicaciones, esto no es posible. En estos casos, las medicinas podrían ser una opción adicional.
Sabemos que la obesidad es una epidemia. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha triplicado desde 1975. En el 2016, más de 1.9 mil millones de los adultos (39%) de 18 años o mayores estaban en sobrepeso. De estos, 650 millones (13%) estaban obesos. Más de 340 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años estaban en sobrepeso u obesos. Y en el 2020, 39 millones de niños menores de 5 años ya estaban en sobrepeso o eran obesos. La obesidad puede matar y es prevenible.
El sobrepeso se define en los adultos como un índice de peso corporal (IPC) igual o mayor a 25 y obesidad como un IPC de igual o mayor a 30. El índice de peso corporal (IPC) se define como el peso de la persona en kilogramos (kg) dividido entre su estatura en metros cuadrados (Kg/m2). Para los niños hay unas tablas.
Las consecuencias del sobrepeso y la obesidad incluyen, entre otras: enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis (especialmente osteoartritis – que puede llevar a discapacidades), algunos tipos de cáncer (como del endometrio, del seno, del ovario, de la próstata, del hígado, de la vesícula, del riñón y del colon). Y en los niños, además de mayor posibilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad como adulto; dificultad para respirar, mayor riesgo de fractura, presión alta, resistencia a la insulina y efectos psicológicos en la infancia.
No es una cuestión cosmética. Es importante tratar a la obesidad como la condición médica que es.
Para los pacientes con un índice de peso corporal de 30 o más, con o sin otras condiciones médicas, que han tratado de seguir un régimen recomendado para perder peso y que no han tenido éxito perdiendo o manteniendo un peso saludable, se deben considerar las medicinas aprobadas por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento de la obesidad, o uno de los dispositivos o intervenciones para ayudar a perder peso. En esta columna discutiré únicamente los medicamentos. Es importante enfatizar que estos requieren receta, y que sólo deben utilizarse bajo supervisión médica. Nunca se deben autorecetar.
Los medicamentos para perder peso funcionan de diferentes maneras. Algunos disminuyen el apetito, otros hacen que la persona se sienta llena antes y que coma menos. Otros disminuyen la absorción de la grasa de los alimentos, eliminando más calorías a través del intestino.
Aunque la mayoría de los medicamentos se han aprobado solamente para los adultos, existen dos que están aprobados por la FDA para las personas a partir de los 12 años, orlistat (Xenical) y liraglutide (Saxenda), y uno, setmelanotide (Imcivtee), para los niños de 6 años y mayores que tienen unos trastornos genéticos muy raros que causa obesidad.
Las medicinas no reemplazan la dieta, ni el ejercicio. Cuando se combinan con estos y con cambios en el comportamiento, se puede perder entre el 3 y el 12% del peso inicial. En promedio se pierde 10% al final de un año.
Los estudios demuestran que perder entre 5 y 10% del peso inicial mejora la salud. Puede mejorar los niveles de la presión arterial, del azúcar en la sangre, de los triglicéridos, del sueño (si se tiene apnea del sueño), de los dolores articulares, etc. Generalmente se pierde peso más rápidamente en los primeros seis meses.
La respuesta al tratamiento se evalúa para la semana 12. Si la persona no ha perdido al menos 5% de su peso inicial, el medicamento se suspende, ya que es poco probable que alcance o mantenga una pérdida de peso significativa si se continúa el tratamiento.
Se puede recuperar algo del peso perdido cuando se suspenden los medicamentos para perder peso. El seguir hábitos de vida saludables, llevar una dieta sana baja en calorías y hacer actividad física regular es indispensable para lograr estabilizarse y mantener un peso sano. La recomendación en cuanto al ejercicio es de hacer mínimo 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada a la semana y actividades de fortalecimiento de los músculos dos veces por semana. Si esto no es suficiente, quizá sea necesario aumentar a 300 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana para mantener o perder el peso. Esto se debe personalizar.
La FDA ha emitido una señal de alerta acerca de los productos que se venden como píldoras para adelgazar sin necesidad de receta médica. Generalmente se consiguen en el internet u otras tiendas y pueden venderse como “suplementos dietéticos”. No se han aprobado por la FDA, son ilegales y pueden ser dañinos. En abril del 2015, la FDA prohibió el uso del estimulante parecido a las anfetaminas BMPEA en suplementos, a veces designado en la etiqueta como acacia rigidugula.
En la parte dos encontrarás la lista de los medicamentos aprobados por la FDA para el tratamiento de la obesidad, cómo funcionan y sus efectos secundarios más frecuentes.
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