La relación entre la microbiota (los billones de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo) y el cáncer está comenzando a tomar un protagonismo inesperado en la medicina moderna, especialmente en la oncología. En los últimos años, investigaciones como las presentadas en el prestigioso Congreso de Oncología Médica ESMO 2024 han destacado el papel que juegan los microorganismos que habitan nuestro cuerpo en la prevención y tratamiento del cáncer. Estos descubrimientos abren nuevas posibilidades para la personalización de los tratamientos, algo que podría revolucionar la forma en que enfrentamos esta enfermedad devastadora.
¿Qué es la microbiota y cómo influye en el cáncer?
La microbiota está formada por billones de microorganismos, incluyendo bacterias, hongos y virus, que habitan en distintas partes del cuerpo, como el intestino, la piel y las mucosas. Estos microorganismos no solo influyen positivamente en la salud digestiva, sino que también tienen un impacto profundo en diversas enfermedades, incluido el cáncer.
La Dra. Florencia McAllister, investigadora en cáncer gastrointestinal de la Universidad de Texas, explica que la microbiota evoluciona durante el desarrollo del cáncer, especialmente en los tumores del sistema digestivo. “Los tumores suelen tener microbiota específica, pero hasta ahora no se le ha dado la importancia necesaria en los tratamientos oncológicos”, afirma la Dra. McAllister.
Lo más sorprendente es que los tumores no son entes completamente aislados, sino que albergan un tipo particular de microbios denominados “microorganismos residentes en el tumor“ (TRM por sus siglas en inglés). Estos TRM pueden influir en la progresión del cáncer y en cómo responde a las terapias, sugiriendo un potencial terapéutico todavía por explorar.
Microbiota y cáncer: Nuevas oportunidades en la detección
Uno de los avances más prometedores en la relación entre microbiota y cáncer es su capacidad para actuar como determinador del efecto que están teniendo los tratamientos de esta enfermedad. El Dr. Bertrand Routy, investigador del Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal, ha señalado que la microbiota intestinal podría ser un indicador clave de cómo un paciente responderá a tratamientos oncológicos avanzados, como las inmunoterapias. Estas terapias han revolucionado el tratamiento del cáncer, y el análisis de la composición microbiana podría mejorar su efectividad.
El Dr. Routy señala, sin embargo, que el campo enfrenta grandes desafíos, particularmente la falta de herramientas rápidas y precisas para identificar los microorganismos de la microbiota en tiempo real. A pesar de ello, estudios recientes han demostrado que un trasplante de microbiota fecal —donde se transfiere microbiota de un donante sano a un paciente— puede mejorar la respuesta a los tratamientos contra el cáncer.
En Vida y Salud, se pueden encontrar más detalles sobre cómo el sistema inmunológico y la microbiota juegan un papel en diferentes enfermedades crónicas. Visita este enlace para más información.
Bacterias que potencian el sistema inmune en la lucha contra el cáncer
El uso terapéutico de la microbiota no se detiene en su rol como indicador. La Dra. María Rescigno, investigadora de la Universidad Humanitas en Milán, ha dedicado sus esfuerzos a estudiar cómo las bacterias presentes en los tumores pueden ser empleadas para activar una respuesta inmunitaria más potente contra el cáncer.
La Dra. Rescigno resalta que ciertas bacterias dentro de los tumores pueden ser modificadas para estimular al sistema inmune a atacar las células cancerosas de manera más efectiva. Aunque este enfoque aún se encuentra en etapas experimentales, es una muestra clara del potencial terapéutico de la microbiota. “Los microorganismos del intestino influyen en cómo el sistema inmune reconoce y ataca las células tumorales“, afirma Rescigno, haciendo hincapié en la probable relevancia de una microbiota equilibrada para el éxito de los tratamientos oncológicos. Por esta razón, se está empezando a considerar el uso de probióticos o incluso modificaciones en la dieta como parte de los tratamientos complementarios para mejorar la función inmunológica.
¿Qué depara el futuro en la investigación de la microbiota y el cáncer?
A medida que la tecnología avanza, las investigaciones sobre la microbiota y su interacción con el cáncer están arrojando luz sobre nuevos caminos terapéuticos. Sin embargo, tal como destaca el Dr. Routy, uno de los mayores obstáculos es la falta de tecnologías que permitan un análisis rápido y detallado de la microbiota en pacientes oncológicos. En muchos casos, los tratamientos no pueden esperar, por lo que es imperativo desarrollar herramientas de diagnóstico más veloces.
A pesar de estos desafíos, se vislumbra un futuro en el que la microbiota no solo será usada como un biomarcador, sino también como un objetivo terapéutico. Es posible imaginar un tratamiento en el que bacterias modificadas atacan de manera específica las células tumorales, como ya se hace en la terapia Car-T, donde las células del sistema inmune son modificadas para combatir el cáncer con mayor precisión.
Sin embargo, con los avances tecnológicos en genética, cada vez estamos más cerca de poder utilizar la microbiota no solo como un biomarcador, sino también como un objetivo terapéutico. Imagínate un futuro donde, en lugar de medicamentos tradicionales, se utilicen bacterias modificadas para atacar el cáncer desde dentro del cuerpo como se hace con la tecnología de Car-T, donde los glóbulos blanco son entrenados para atacar mejor a los tumores.
Microbiota y cáncer: La clave para tratamientos personalizados
El estudio de la microbiota está demostrando que estos microorganismos podrían ser la clave para desarrollar tratamientos oncológicos más personalizados. Desde la mejora de las respuestas inmunitarias hasta la modulación del microambiente tumoral, el impacto potencial de la microbiota es enorme. Según la Dra. McAllister, “la clave está en aprender a usar esos microbios a nuestro favor, para que podamos no solo combatir el cáncer, sino también prevenirlo“. Esto sugiere que los avances en este campo podrían revolucionar tanto la detección temprana como el tratamiento del cáncer.
La microbiota, ese ecosistema microscópico que vive dentro de nosotros está empezando a revelarse como un componente clave en la lucha contra el cáncer e incluso otras enfermedades. Si bien aún falta mucho por investigar, las primeras señales son esperanzadoras. Desde su papel en la respuesta inmunitaria hasta la posibilidad de usar microbios para combatir tumores, la microbiota promete ser una aliada invaluable en la oncología del futuro. Como concluye la Dra. McAllister, “la clave está en aprender a usar esos microbios a nuestro favor, para que podamos no solo combatir el cáncer, sino también prevenirlo”.
FAQs
¿Puede la microbiota realmente ayudar en el tratamiento del cáncer?
Es lo que muestran los últimos estudios, la microbiota ha demostrado tener un impacto en cómo los pacientes responden a tratamientos inmunológicos y podría usarse como un biomarcador en el futuro.
¿Qué son los TRM en el contexto de los tumores?
Los “microorganismos residentes en el tumor” (TRM) son microbios que viven dentro de los tumores y pueden influir en su crecimiento y respuesta a las terapias.
¿Existen tratamientos actuales que utilicen la microbiota para combatir el cáncer?
Sí, pero en muy pocos lugares aún. El trasplante de microbiota fecal ha mostrado mejorar la respuesta a algunos tratamientos oncológicos en pacientes seleccionados.
¿Cómo puede la dieta afectar la microbiota en el contexto del cáncer?
Una dieta equilibrada puede promover una microbiota saludable, lo que a su vez puede mejorar la respuesta del sistema inmunológico frente a las células tumorales.
¿Qué tecnologías necesitamos para analizar la microbiota de manera más efectiva?
Se requieren herramientas más rápidas y precisas para identificar los microorganismos presentes en la microbiota de los pacientes oncológicos, lo que facilitaría su uso clínico.
¿Cuál es el papel de los probióticos en el tratamiento del cáncer?
Los probióticos pueden ayudar a equilibrar la microbiota intestinal, mejorando así las respuestas inmunológicas y potencialmente el éxito de los tratamientos contra el cáncer.
Por Carlos Diego Ibáñez
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