El acné vulgaris, como se le llama técnicamente en el lenguaje médico, se refiere a todo tipo de acné, desde unas cuantas espinillas negras, granos blancos y granos inflamados, hasta los quistes o nódulos más profundos y dolorosos.
El acné es una condición inflamatoria de la piel que ocurre dentro de un poro – el pasaje entre el fondo del folículo capilar y la superficie de la piel. El bulto o chichón que aparece en tu cara es, de hecho, el último paso de un proceso silencioso que comenzó en la profundidad de un poro una o dos semanas antes de que el grano se hiciera visible. Acá te contamos de manera simple cómo se forma el acné:
Paso 1: Poros tapados – Durante el proceso normal de renovación de la piel, las células que cubren los poros son constantemente reemplazadas, haciendo espacio para células frescas y nuevas. Pero el reemplazo de las células no siempre sucede como debería. Algunas veces las células muertas se combinan con la grasa natural de la piel y, en lugar de caerse, se agrupan dentro de un poro. Así se forma un tapón duro y firme dentro del poro llamado “comedón” (algo así como un corcho en una botella), y el escenario está listo para que empiece el acné.
Paso 2: El proceso de atrapar grasa (sebo) – Tus hormonas estimulan la producción de aceite o grasa en las glándulas sebáceas, las cuales están pegadas a los poros. El tapón (comedón) impide que la grasa viaje a través del poro hasta la superficie de la piel, como debería hacerlo. En cambio, la grasa es atrapada y proporciona el medio ambiente perfecto para que la bacteria pueda crecer. Ten en cuenta que esto puede suceder aunque tengas la piel reseca.
Paso 3: Ataque de las bacterias – Una vez que tus poros están tapados, se crea un ambiente casi sin aire donde la bacteria anaeróbica (que puede vivir sin oxígeno), llamada Propionibacterium acnes (p. acnes en su versión corta), se alimenta y se multiplica de la abundante grasa que hay dentro del poro, y libera toxinas inflamatorias. (Dato interesante: aunque la bacteria p. acnes debe estar presente para que ocurran los brotes de acné, no hay una correlación clara en la cantidad de p. acnes en la piel y la tendencia a tener brotes).
Paso 4: Inflamación – La reacción del cuerpo frente a estas toxinas es la de enviar un ejército lleno de glóbulos rojos y blancos para contener la infección. El resultado final es hinchazón, inflamación y dolor intensos en forma de grano, pústula o, en casos más severos un quiste o nódulo.
Además, algunas personas siguen sufriendo los rezagos del acné en la forma de una decoloración café (marrón)/rosada (la hiperpigmentación post-inflamatoria), una marca duradera que queda en el lugar mucho después de que el acné se haya despejado. Mientras más oscuro sea tu color de piel, más probable es que tengas estas marcas. Aunque muchas personas las confunden con cicatrices, estas marcas no son permanentes. Sin embargo, pueden ser bastante persistentes y, sin tratamiento, pueden tomar meses o hasta años para desaparecer. Al igual que el acné, estas marcas pueden ser tratadas, pero prevenir el acné en primer lugar es la mejor forma de ganar la batalla y la mejor apuesta que puedes hacer.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2009. Traducido del texto original en inglés escrito por la Dra. Katie Rodan y la Dra. Kathy Fields.
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