Las barberías y los salones para las uñas pueden arriesgar tu salud si no cumplen con las normas de higiene necesarias para evitar el contagio de enfermedades infecciosas como la hepatitis. Esto puede ocurrir si las herramientas que utilizan para embellecerte no están desinfectadas correctamente. Aquí te contamos más sobre este tema, y cómo cuidarte del contagio.
Muchos hombres y muchas mujeres cuidan su aspecto con esmero y para ello visitan los salones de belleza y las barberías que se ocupan de prestar servicios para embellecer distintas partes del cuerpo. Las uñas de las manos y de los pies suelen ser de los servicios más solicitados. Allí se ocupan de cortarlas, limarlas y dejarlas bellas y listas para lucirlas ante el mundo.
Pero – como dice el dicho popular – “no todo lo que brilla es oro”. Muchos de estos salones no cumplen con las normas de higiene necesarias y se convierten en un lugar peligroso para cualquier persona que se atienda allí. ¿Por qué? Porque al trabajar con objetos cortantes (como tijeras, navajas, limas y hasta cepillos), pueden generar lesiones diminutas que le abran paso a algún germen microscópico que luego afecte la salud.
Uno de los más peligrosos es el virus de la hepatitis, una enfermedad que ataca al hígado y que puede convertirse en una condición crónica que, con el tiempo, genere complicaciones y hasta la muerte.
Al respecto, un estudio presentado en la reunión científica anual de gastroenterología que se realizó este año en Washington D.C. , Estados Unidos, analiza un informe del Departamento de Salud de Virginia sobre el riesgo de la infección con hepatitis en los salones de uñas y en las barberías y pone de manifiesto la preocupación que existe sobre este tema, ya que actualmente hay pocos estudios sobre la transmisión de las enfermedades infecciosas en estos lugares, y muchas veces faltan controles sobre las condiciones de higiene.
Durante el congreso, los investigadores explicaron que el estudio que desarrollaron surgió debido a un caso de hepatitis C aguda, que estaba claramente relacionado con un servicio de manicura/pedicura. El término hepatitis se refiere a un grupo de enfermedades causadas por un grupo de virus, que producen inflamación en el hígado. Existen distintos tipos de hepatitis, cada una con síntomas distintos y que se contagian de maneras diferentes: Hepatitis A, Hepatitis B, Hepatitis C, Hepatitis D y Hepatitis E.
De todas ellas, la B y la C son las únicas que tienen la capacidad de provocar infecciones de por vida que, con el paso del tiempo y casi sin que la persona se de cuenta, pueden desarrollar problemas mayores, como la cirrosis y el cáncer hepático. En conjunto, ambas constituyen la principal causa del cáncer del hígado en el mundo y representan el 78% de los casos.
Por eso es tan importante tratar de controlar la expansión de esta enfermedad que, sólo en Latinoamérica, se estima que afecta a aproximadamente a 10 millones de personas, mientras que en el mundo se calcula que son casi un millón las personas que mueren por algún tipo de hepatitis.
Luego de conocer estos datos, posiblemente te preguntes ¿cómo puedo evitar el contagio? Para ello, cada tipo de hepatitis tiene su forma particular y diferente.
El virus de la hepatitis B, por ejemplo, se transmite principalmente a través de relaciones sexuales sin protección. Afortunadamente, existe una vacuna para evitar su contagio. No dudes en hablar con tu médico acerca de ella.
El virus de la hepatitis C, en cambio, se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada (o si las herramientas que usan para hacerte el manicure o pedicure (pedicura), no están bien desinfectados y se utilizaron en una persona que padecía de hepatitis C); de madre a hijo en el momento del nacimiento; y aunque es raro que ocurra, también puede contagiarse a través relaciones sexuales sin protección.
Lamentablemente, no existe una vacuna contra la hepatitis C, pero sí hay ciertas medidas que reducen el riesgo de contacto con el virus, como no compartir jeringas, máquinas de afeitar, cepillo de dientes o cualquier otro artículo que pueda contener sangre infectada; esterilizar el material médico y dental, y usar guantes protectores para manipular sangre o sus derivados.
En el caso de las barberías y los salones para las uñas, no dejes de preguntar acerca de la higiene del lugar. El que los empleados utilicen herramientas limpias y el que las desinfecten correctamente cada vez puede ser suficiente para evitar el contagio. Ten mucho cuidado, porque además de lucir bien, debemos proteger nuestro mayor tesoro: la salud.
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