Marta me llamó un día a consultarme la siguiente duda: “Mi ginecólogo me sugirió aplicarle a mi hija de 12 años la vacuna contra el VPH. Le pregunté qué era eso y me explicó que servía para prevenir el cáncer del cuello uterino o cáncer cervical causado por el VPH. ¿Pero acaso el PAP que nos hacemos las mujeres no sirve para eso mismo? No entiendo”. Esta fue la explicación que yo le di.
Aunque es un virus antiguo, muchas mujeres aún no entendemos completamente qué es el VPH ni cómo podemos prevenirlo. Lo primero que hay que saber es que el Virus del Papiloma Humano (VPH) no sólo afecta a las mujeres sino también a los hombres, aunque en este artículo solo hablaremos de los efectos en nosotras.
Lo segundo que hay que saber es que este en realidad no es uno, sino varios. Actualmente se sabe que hay más de 100 tipos de VPH. Claro, no todos afectan las mismas partes del cuerpo.
El problema es que sólo los tipos de VPH de los que habla el ginecólogo de Marta, que afectan los genitales y pueden causar cáncer del cuello uterino, ya son 40. ¡Un montón!
Las infecciones causadas por estos 40 tipos de VPH son actualmente unas de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) más comunes pues se puede contraer cuando tienes relaciones sexuales con una persona infectada. Son tan comunes que los estudios dicen que 3 de cada 4 personas padecerán alguna vez en su vida una infección por VPH. Lo que pasa es que la mayoría de las veces las personas infectadas ni se enteran, pues el VPH tiende a no dar síntomas y algunos tipos se curan solos.
Marta me preguntó entonces: “¿Es peligroso el VPH para las mujeres?”. Y yo le contesté: “Todo depende si es de bajo o de alto riesgo”.
Los tipos de VPH que son de bajo riesgo pueden nunca dar síntomas y desaparecer solos, o provocar solamente verrugas en la vagina. Por estas verrugas no te tienes que preocupar demasiado pues son benignas y generalmente no ocasionan problemas. Tu ginecólogo te puede sugerir algunas cremas u otros tratamientos.
Pero algunos tipos de VPH pueden causar cáncer del cuello de la matriz (cáncer cervical o del cérvix), una situación de alto riesgo para la salud de las mujeres.
Los bueno es que existen ya tres formas de prevenirlo. La primera es, como con cualquier ETS, abstenerte de tener relaciones sexuales o tener sexo seguro usando un condón. Sin embargo, el condón no es una garantía total de protección, porque no cubre toda la piel infectada.
La segunda es a través del PAP (examen del Papanicolau o citología vaginal) que nos hacemos las mujeres generalmente una vez al año (o de acuerdo a cuando tu ginecólogo te lo recomienda), y que sirve para identificar cuando hay cambios en el cuello uterino y así detectar a tiempo un posible cáncer. Pero este no lo previene, lo detecta tempranamente.
Y la tercera es una vacuna contra el VPH que se descubrió en el 2006. Esta vacuna se aplica normalmente en las niñas de 11 a 12 años. La misma vacuna que le recomendó el ginecólogo a Marta para su hija.
Una vez aclarado el tema, yo le recomiendo a Marta que siempre es mejor prevenir que tener que lamentar. Y cuando se trata de evitar el cáncer cervical, entre más medidas preventivas se tomen, mejor.
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