Imagina que es la final del mundial Catar 2022. Se juega, por ejemplo, entre Argentina y Francia. Quizá si le preguntas a un latinoamericano, en cualquier otro momento, si apoya al equipo de Argentina te dirá: ¡JAMÁS! Pero en esa final, hipotética pero al fin y al cabo posible -salvo que leas esto después del 18 de diciembre-, toda América estará unida para apoyar a esta selección. El deporte nos une como nada. Tan así que, según la FIFA, la mitad de los televisores del mundo ven un partido del mundial.
Un sentimiento
Ya lo decía Shakira en su canción en inglés Waka Waka : “la gente aumenta su expectativa en ti. Vamos y cúmpleles, este es tu momento, no hay tiempo para estar indeciso”. Ella misma vuelve en 2014, mundial que ocurrió en Brasil, a contarnos como sentimos un evento como este: “Todo el planeta es un corazón, que va al son del mismo latido. Suena un silbato, pasa un balón. […] Quedan las penas en el olvido. Bienvenidos a mi continente”.
Para un Argentino promedio, el destino de la selección de futbol influye directamente en su estado anímico y planes. “Nos llega la ansiedad de toda la Argentina. Imagino una jornada de sábado, picando la previa con asado. Cuánto van a cambiar los planes del fin de semana con una clasificación de nuestra selección”, comenta, casi en las lágrimas el locutor de TyC Sports; la cadena Argentina que transmite el mundial. Efectivamente, por unos días, todos los problemas están en un segundo o tercer plano.
“Puede ser compartido con casi cualquier individuo y lugar del mundo; es capaz de unir, con sus colores, y formar parte de un colectivo donde los objetivos e ideales son compartidos. No da soluciones a los problemas diarios de la gente, pero sí alegrías por las victorias o los títulos; actúa como válvula de escape, como vía para descargar tensiones”, señala Alejo García, psicólogo del deporte. Además, la también psicóloga Beatriz Goldberg apunta que “la tensión entre rivales es pura descarga de adrenalina, un escape para sus vidas. En las gradas [o televisión] derraman las lágrimas que nunca lloran”.
¿Qué nos dice la ciencia de esto? Veamos datos de algunas investigaciones que se han hecho al respecto:
- Los días de copa del mundo, y especialmente cuándo juega nuestra selección nacional, tiene un impacto en el número de eventos coronarios no mortales. Señala un artículo de Brasil. Revisa acá para conocer los síntomas que se pueden presentar
- La gente se recuerda de las situaciones deportivas de la misma manera que en hazañas más ‘formales’ para el país, como las guerras o los presidentes. Uruguay se lo toma en serio. Su video sobre los jugadores elegidos señalaba cuál es su procedencia.
- Los grandes eventos deportivos promueven un mayor sentimiento nacionalista y permite que las personas se unan. Aumenta el interés por mejorar el país, se siente que el país es más próspero.
- Los partidos del mundial, mientras más difíciles y competitivos son, generan una mayor producción de testosterona y cortisol. Sin importar el sexo de la persona. Lo que muestra que realmente los espectadores consideran de vida o muerte el juego
Nos une como personas sin pensar en la violencia.
Este año, ya casi saliendo de la pandemia, tenemos la sensación de que el mundo está quebrado. En nuestra mente hay tantas preocupaciones:
- La inflación y el trabajo
- La tasa de delincuencia
- Que la familia se separa
- La enfermedad y que quizá no tenemos como cubrirlas
- Los políticos
Pero un evento humano como el mundial de futbol nos ayuda a recordar que hay muchas cosas positivas. Esta sensación de pertenecer a algo grande, de juntarnos en familia a ver un juego. Quizá con un gol podemos abrazar a nuestro hijo que ya no visita tanto la casa. Nos vestimos todos con los mismos colores. Latinoamérica se une. Ahora, si en el futuro todos los países americanos son eliminados, podemos apoyar a otros. Esto porque quizá tenemos algún familiar o antepasado que pertenece a un equipo que siga en competencia.
Este evento global es la mejor manera, junto con las olimpiadas, en que se genera unión de manera festiva y positiva. Sin pensar en algo bélico o político, solo unidos como un planeta. Sin hablar que está estudiado, que una vez nuestro país gana en un evento deportivo, sube el número de jóvenes que quieren practicarlo.
Un dato muy interesante es que los meses que siguen al fin de un Mundial (o evento deportivo grande) aumenta el número de partidos que se celebran en los barrios. Eso es un golazo a la salud.
Aún estás a tiempo de unirte
La final del año 2018 la vieron 3.5 mil millones de personas: el 40 por ciento de la población del mundo. Realmente es una copa mundial. ¡Únete a la fiesta!
Por Carlos Diego Ibáñez
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