La neumonía o pulmonía es una infección de los pulmones. Es causada por varias bacterias, de las cuales la más común es la Streptococcus pneumoniae. La neumonía atípica o viral es causada por un virus. Un tercer tipo, la neumonía por aspiración, es causada cuando se inhalan irritantes químicos o bacterias y es más común entre las personas que hayan tenido un accidente cerebral o en los que hayan sufrido una sobredosis de alcohol o drogas y que no tengan buen control de sus reflejos para tragar.
Los síntomas de la neumonía incluyen fiebre, tos con flema, falta de aire, fatiga, y en las personas mayores, confusión. Se trata con antibióticos. La dosis varía y puede durar hasta varias semanas. Desgraciadamente, se puede desarrollar neumonía al estar hospitalizado por otra condición y tener las defensas bajas. Esta neumonía tiende a ser más grave, ya que los organismos que la causan pueden haberse vuelto resistentes a los antibióticos. La pulmonía puede ser mortal en los ancianos y aquellos debilitados por condiciones crónicas
Hay una vacuna contra la neumonía que se recomienda para todos los mayores de 65 años y los que tienen una condición respiratoria crónica. También se recomienda la vacuna anual contra la influenza (gripe).
Consulta a tu médico si los síntomas de un resfriado (catarro) o de una bronquitis empeoran o duran más de una semana para descartar o tratar la pulmonía.
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