Desde hace varios años existe un debate sobre el uso de medicamentos para el resfriado (el catarro) o la gripe en los niños. Si bien se pensaba que podían ayudar a sobrellevar los síntomas, varias alarmas se han encendido en relación los posibles efectos secundarios de las medicinas para el catarro. ¿Cuál es la verdad sobre este tema y qué debes tener en cuenta a la hora de comprarles a tus hijos medicamentos para el resfriado?
Si tienes un hijo o hija con la nariz tapada, tos, ojos llorosos y dolor de garganta, lo más normal es que te preocupes por querer ayudarle a mejorar sus síntomas del resfriado. Seguramente tu primer instinto puede ser correr a la farmacia a comprarle algún medicamento para el catarro. O puede ser que no lo hagas debido a las dudas que hay respecto a los efectos secundarios que pueden causarle estos medicamentos a los niños. Si es así, haces bien.
La razón es que estos medicamentos para el resfriado y para la gripe no los curan, ni hacen que la enfermedad dure menos. Pero en cambio, sí es posible que tengan algunos efectos secundarios que no deben tomarse a la ligera, entre ellos convulsiones y taquicardia.
Esto es cierto para los niños de todas las edades, pero aún más para los que son menores de 2 años.
¿Qué se recomienda entonces cuando tus niños tienen catarro?
- No le des medicamentos para la tos o para el resfriado a los niños menores de 2 años.
- Sigue cuidadosamente las indicaciones en la etiqueta para administrar jarabes, analgésicos o descongestionantes a los niños mayores de 2 años.
- No le des a tu hijo(a) dos medicamentos que contengan el mismo ingrediente. Esto le puede causar una sobredosis.
- Olvídate de los antibióticos. Estos sólo sirven cuando hay una infección causada por bacterias, no por virus (que es el caso de la gripe o el catarro). Además, el uso excesivo de antibióticos puede crear resistencia a ellos.
- El acetaminofén (Tylenol) y el ibuprofeno (Advil) pueden ayudar a reducir la fiebre y a aliviar el dolor de cabeza y garganta. Si le das uno u otro a tu hijo(a), sigue cuidadosamente las indicaciones sobre la dosis.
Ayuda a tu hijo(a) con las siguientes estrategias:
- Dale muchos líquidos. Esto ayuda a aflojar la congestión y la mucosidad.
- Dale golpecitos en la espalda para ayudarlo a toser y a eliminar las flemas.
- Usa un vaporizador para humedecer sus vías respiratorias.
- Dale una solución de agua tibia con sal para que haga gárgaras y le ayude a mejorar el dolor de garganta.
- En el caso de los bebés o los niños muy pequeños, usa una bombita de succión para sacarles la mucosidad de la nariz.
- Déjalo que descanse y se recupere. Si es necesario, no lo mandes a la escuela. Así no contagiará a otros niños y se recuperará más pronto.
Si tu hijo(a) tiene fiebre alta, está orinando menos de lo normal, tose por más de una semana, su mucosidad es espesa y verde o tiene dificultad para respirar, no dudes en contactar al médico de inmediato.
Y desde luego, recuerda que la mejor arma contra el catarro y la gripe es la prevención. Lavarse las manos, cubrirse al estornudar o al toser con el interior del codo y evitar el contacto con personas enfermas. Y desde luego, cuando se trata de la gripe o influenza, contamos con la vacuna.
Ultima revisión: 2017
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