“Quisiera estar muerto”, le dice Pablo a Diego, y él no sabe si tomarlo en serio o simplemente esperar a que su amigo pase por su momento de tristeza y vuelva a ser el mismo de antes. ¿Qué puede hacer Diego para ayudar a Pablo?
La adolescencia es definitivamente una época difícil de la vida. Y cuando los cambios naturales en tu cuerpo y tu vida se combinan con problemas en la escuela, peleas en la casa o la pérdida de alguno de tus padres… ¡boom! A veces puedes sentir que son demasiados problemas para hacerles frente sólo, sin la ayuda de nadie.
Muchos adolescentes pasan por momentos así, es parte de esta etapa. Pero no todos los enfrentan de la misma manera. Mientras unos lo toman con tranquilidad, otros sienten que los momentos de crisis superan sus fuerzas, que no encuentran solución o que la única manera de quitárselos de encima es escapando.
Si estás pasando por una situación parecida a la de Diego y si presientes que un amigo o una amiga tiene tantos problemas en su vida que está pensando en el suicidio como única escapatoria, ¡tómalo muy en serio! Que no te quepa la menor duda, si tu amigo está hablando así, es bastante probable que lo esté pensando.
¿Cuáles son las señales de advertencia?
- Está deprimido y no tiene ganas de hacer nada, ni siquiera quiere hacer las cosas que más le gustan
- Quiere estar solo y que no lo molesten
- Habla de la muerte o del suicidio frecuentemente
- Habla de “cuando ya no esté acá” o de “cuando me vaya”
- Regala sus pertenencias más preciadas a los demás
- Habla de sentirse culpable o de no tener esperanzas
- No come o no duerme como antes
- Abusa del alcohol o de alguna droga
- Conduce irresponsablemente
- Se hace daño físico a sí mismo y notas que tiene heridas o cortadas en alguna parte de su cuerpo
- Hay antecedentes de suicidio en su familia
¿Qué puedes hacer?
Habla con él o con ella, es la mejor forma de empezar a ayudarle.
El deseo de morir generalmente surge cuando alguien está muy agobiado con sus propios problemas y no les encuentra solución. Es un sentimiento de que uno se está ahogando o de que se está encerrado en un cuarto oscuro, sin poder ver ni respirar, y que se quisiera salir de ahí como sea.
Este sentimiento aparece cuando alguien se siente muy solo, incomprendido, culpable por algún error que cometió, que la gente no lo quiere o simplemente asustado. Y por eso, el darle una oportunidad para que hable puede ser una gran ayuda para que exprese lo que siente y para que logre aliviar un poco la confusión en su cabeza y la tristeza.
Es más, el hablar con tu amigo o tu amiga también le puede demostrar que tú le interesas. Si te nace, dile que te preocupa lo que le está pasando, que extrañas su alegría o su compañía y que quisieras ayudarlo. Así no se sentirá tan solo y sabrá que alguien lo estima.
Muchos adolescentes que piensan en el suicidio, realmente tienen miedo a morir pero no saben qué más hacer. No tengas miedo de preguntarle porqué lo quiere hacer pensando que eso tal vez lo anime más. Al contrario… el hablar de sus deseos y de sus razones puede ser la mejor manera de que él o ella se den cuenta que el suicidio no es la solución ideal.
¿Y si tienes miedo de que lo haga en cualquier momento?
No lo dejes solo y busca ayuda de inmediato. Avísale a algún amigo, a su familia, a un psicólogo o llama al 911.
Entre los recursos disponibles en Estados Unidos, está la Línea Nacional de Prevención de Suicidios las 24 horas en el 1-888-628-9454. La llamada es gratuita y totalmente confidencial. Es la única red nacional de respuesta a situaciones de crisis. Como éste, existen recursos en otros países. Búscalos en nuestra sección de Recursos por País o poniendo “línea prevención suicidio” y tu país en la barra de búsqueda de tu computadora, tableta o celular/móvil.
Aunque rompas el secreto más grande de tu amistad, es más importante la vida de tu amigo. Pronto esta tormenta pasará y él o ella te agradecerán tu valentía y tu ayuda.
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