Cuando se duerme y se descansa bien todo va mucho mejor, incluso el aprendizaje. Son ya varias las investigaciones que han encontrado una relación entre los adolescentes que duermen poco y las calificaciones más bajas en la escuela o una disminución de la capacidad de asimilar los conocimientos. Infórmate sobre estos estudios que relacionan el buen descanso con la capacidad de aprender.
Los adolescentes tienden a acostarse más tarde, involucrarse en muchas actividades, salir con amigos y disfrutar la vida nocturna. Luego, por supuesto, si pudieran, retrasarían el reloj por las mañanas para poder dormir un poco más.
¿Puede esto afectarlos en los estudios? Hay varias investigaciones que han tratado de dar respuesta a esta interrogante. Una de ellas fue realizada por unos psicólogos de Hendrix College en Conway, Arkansas, Estados Unidos, y encontró que los estudiantes noctámbulos, a quienes les gusta estar despiertos por las noches y dormir más por las mañanas, tienden a tener calificaciones más bajas en el colegio y en los primeros años de la universidad, patrón que cambia cuando se adoptan nuevos patrones de sueño.
Para llegar a estos resultados, que fueron presentados en la conferencia anual de la Associated Professional Sleep Societies (SLEEP 2011), que se realizó en Estados Unidos, los investigadores analizaron las respuestas de 89 estudiantes, en distintos momentos de sus estudios, por ejemplo, antes de entrar a la universidad y luego de concluir el primer año de estudios. En base a las primeras respuestas obtenidas, dividieron a los jóvenes en tres grupos: alondras (quienes se levantan temprano), búhos o lechuzas (noctámbulos), y regulares (quienes estaban alertas entre las 8 o 9 de la mañana y cansados alrededor de las 10 de la noche).
Encontraron que las lechuzas dormían alrededor de 41 minutos menos que sus compañeros y tenían otros malos hábitos de sueño, como tomar cafeína cerca de la hora de ir a dormir y se despertaban varias veces durante la noche. Al principio, los estudiantes que dormían menos mostraron un promedio inferior en sus calificaciones, pero esto se fue modificando a medida que los estudiantes avanzaban en sus carreras y al final las notas eran similares.
Si bien estos resultados son preliminares y deben ser corroborados por otros profesionales, no son los únicos que llegan a esas conclusiones. Otro grupo de psicólogos, en este caso de la Universidad de St. Lawrence en Nueva York, Estados Unidos, halló que los estudiantes que asistían a clases más tarde dormían más pero también eran más propensos a obtener calificaciones más bajas y a consumir más alcohol (algo que también puede afectar el dormir bien). Para llegar a esos resultados, los investigadores analizaron las respuestas de 253 estudiantes universitarios, relacionadas a sus tareas cognitivas, sus hábitos de sueño, algunos detalles de las actividades que realizaban en la clase, su consumo de alcohol y su estado de ánimo.
Por otro lado, un grupo de neurólogos de California, Estados Unidos, trató de encontrar una conexión física entre el sueño y el aprendizaje y descubrió que dormir por la noche es esencial para aprender e incorporar nuevos conocimientos, pues este proceso ocurre durante la fase del descanso en la que no se sueña, que es el período que ocupa la mayor parte de la noche.
Para llegar a estas conclusiones, que fueron publicadas en la revista Current Biology, los investigadores trabajaron con adultos jóvenes que debieron realizar una difícil tarea de memoria destinada a cargar recuerdos en el hipocampo (que es la estructura cerebral relacionada con el aprendizaje). Luego, la mitad de los voluntarios durmió una siesta de 90 minutos y el resto permaneció despierto. Por la noche, todos realizaron una nueva tarea de aprendizaje. ¿Qué ocurrió? Quienes estuvieron despiertos tuvieron dificultades para recordar la nueva información mientras que, por el contrario, los participantes que disfrutaron de la siesta obtuvieron mejores resultados que sus colegas cansados.
Durante el sueño, los investigadores registraron las ondas cerebrales con un electroencefalograma y vieron que cuantos más husos de sueño mostraban los voluntarios, mejores condiciones para aprender tenían. ¿Qué son los husos de sueño? Son ondas cerebrales específicas del descanso que se presentan hasta mil veces por noche, y una teoría es que dichos impulsos llevarían las memorias del hipocampo a la corteza pre frontal, liberando al hipocampo para que reciba nueva información.
Según los especialistas, gran parte de esa actividad del cerebro ocurre durante la segunda mitad de la noche. Por eso, si una persona duerme seis horas o menos podría contar con menos husos y limitar su capacidad de aprender.
Las investigaciones en este campo son muchas y muy variadas, y por supuesto continúan en busca de detectar cómo es el funcionamiento del cerebro, y como se relaciona con el aprendizaje y el sueño. Mientras tanto, ya lo sabes, dormir y descansar correctamente puede ayudarte no sólo a sentirte mejor al día siguiente sino también a estar más atento y a que esa lección de matemáticas o de física que tanto te cuesta, sea mucho más sencilla de entender.
Imagen © Pixabay / Claudio_Scott