Cuando aparecieron los cigarrillos electrónicos (conocidos como e-cig, e-cigarettes o vaporizador electrónico) hace unos años se volvieron una alternativa para dejar de fumar o para fumar sin todos los efectos devastadores del cigarrillo. Sin embargo, nadie pensaba que los cigarrillos electrónicos, por simplemente parecer más inofensivos, fueran a motivar a los jóvenes a usar el tabaco. Las autoridades de salud de Estados Unidos alertan sobre la necesidad de regular el uso de los cigarrillos electrónicos de manera estricta.
Luisa ha sido fumadora toda su vida, y desde que aparecieron los cigarrillos electrónicos, empezó a usarlos para sentirse más cerca de su meta de dejar el nocivo tabaco, y porque con este dispositivo podía “fumar” en cualquier lugar sin molestar a nadie con el humo.
Lo cierto es que estos dispositivos que simulan o pretenden sustituir al cigarrillo, no vienen sin riesgos. Los cigarrillos electrónicos funcionan con una resistencia y una batería que sirven para calentar y convertir a una solución líquida en vapor. Este vapor libera nicotina o puede incluir, en algunos casos, solamente aromas. En apariencia, imitan a los cigarrillos, cigarros, puros y pipas, o incluso pueden tener un diseño completamente diferente.
De cualquier modo, el tema de si el fumar cigarrillos electrónicos tiene riesgos para la salud o no, ha sido objeto de polémica. Quienes lo defienden dicen que es una alternativa para fumar que no es tan dañina o que puede ser una terapia para ir dejando el cigarrillo totalmente. Los detractores en cambio, dicen que igual provoca dependencia a la nicotina y que causa problemas respiratorios y cardíacos, además de que el vapor también puede perjudicar a las personas que están alrededor.
Pero además de eso, los cigarrillos electrónicos pueden ser una vía que facilita la entrada al tabaquismo, en especial en los adolescentes. Así lo confirma un reporte hecho por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), que dice que más de un cuarto de millón de estudiantes de secundaria que no eran fumadores, dijeron haber probado con los cigarrillos electrónicos durante el año pasado.
En concreto, los investigadores de los CDC encontraron que el uso de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes aumentó de 79,000 en 2011 a 263,000 en 2013. Además, se reportó que los adolescentes que usaron cigarrillos electrónicos eran dos veces más propensos a fumar cigarrillos con tabaco en comparación con aquellos jóvenes que nunca usaron cigarrillos electrónicos (44 por ciento versus 21.5 por ciento).
Sin duda alguna, esto ha alarmado a los funcionarios de salud porque el uso de la nicotina entre la juventud, provenga de donde provenga, es perjudicial. La nicotina, además de ser altamente adictiva, puede perjudicar el desarrollo del cerebro adolescente.
Por eso, los expertos en el tema y los funcionarios de los CDC llaman a que se formulen regulaciones estrictas por parte de las autoridades federales, en cuanto al uso de los cigarrillos electrónicos pues su uso puede aumentar y afectar de manera drástica todos los avances que se han hecho en cuanto a evitar el uso del tabaco en los jóvenes y en la población en general.
Así que mantente alerta: el cigarrillo electrónico no es mejor que el tabaco tradicional. Al fin de cuentas, también tiene efectos negativos para la salud, y peor aún, motiva a que los jóvenes se inicien en el tabaquismo.
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