Si tu hijo(a) adolescente hace rato que está “peleado” con la ducha y la higiene personal en general, es hora de tener una conversación al respecto. Los cambios hormonales propios de la adolescencia aumentan la sudoración y si tiene una mala higiene, el mal olor no se hace esperar. Pero no es sólo una cuestión de olor, sino de salud. Sigue leyendo para que te enteres al respecto.
Luisa no soporta entrar al cuarto de su hijo de 14 años. Cada vez que abre la puerta, sale una oleada de olor que no soporta. Zapatos, medias, ropa sucia y encima de todo su hijo ha decidido que no quiere saber nada acerca de darse una ducha y, además, se niega a lavarse los dientes. “Es una vergüenza”, dice Luisa, a quien le preocupa que su hijo vaya a la escuela de esa manera, pues ella cree que eso refleja las costumbres de la casa. Aunque siempre le han inculcado una buena higiene personal y general y cuando era niño su hijo disfrutaba del baño, ella no entiende qué sucedió.
Muchas madres y padres de hijos pre adolescentes y adolescentes se enfrentan a esta situación: de repente, el asunto de ser aseados y tener una buena higiene se convierte en una batalla constante. ¿Por qué? Tal vez es difícil para los niños pasar por una transición en la que, de repente, su cuerpo ya no es el mismo. Con la pre adolescencia empiezan los cambios hormonales que significan más sudoración y olores corporales.
Por eso, apenas tus hijos empiecen la etapa pre adolescente, es necesario que les recalques la importancia del aseo personal. No solamente porque una persona que huele mal y tiene aspecto sucio puede dar una mala impresión en la escuela (lo cual causa problemas de autoestima), sino porque es un asunto de salud: quienes no llevan una buena higiene corporal son más propensos a desarrollar infecciones y otras enfermedades.
¿Por dónde puedes empezar para hacerle entender a tu hijo(a) adolescente su responsabilidad con su higiene? Habla con él o ella. Pregúntale por qué no está interesado en estar limpio(a). Hazlo con amor y comprensión. No sabes qué respuestas escucharás. Tal vez es pereza, tal vez porque siente que es la moda, o tal vez hay algún problema más de fondo como depresión.
De cualquier manera, háblale claramente de que la limpieza es salud. Aquí hacemos un recorrido sobre los puntos importantes para tener una buena higiene personal:
- Ducharse: Durante los años de la pubertad, bañarse diariamente es esencial. Se recomienda un jabón neutro y se debe hacer especial énfasis en las axilas, los genitales, la cara, las manos y los pies (mejor, ¡en todo el cuerpo!)
- Cepillarse los dientes: No hay nada más desagradable que el mal aliento. Recuérdale a tus hijos que sus dientes son para siempre y son una carta de presentación importante. Incluso, unos dientes limpios, blancos y sanos los harán más atractivos.
- Lavarse el pelo: aunque no lo hagan todos los días, es importante usar champú para limpiar el cabello y mantenerlo sano.
- Usar desodorante: como mencioné antes, las glándulas sudoríparas se activan durante esta etapa debido a los cambios hormonales. Así que usar un desodorante es esencial para alejar a las bacterias que producen el mal olor.
- Evitar el acné: lavarse la cara es un buen hábito que deben tener los pre adolescentes y los adolescentes para evitar el acné. Recuérdales que debe hacerlo suavemente.
- Cambiarse de ropa diariamente: si antes los niños podían ponerse una camiseta dos días seguidos sin dejar olor, ahora la historia es diferente. Recálcales que no hay nada mejor que empezar el día con una ducha y ropa limpia. Así también evitarán los malos olores y se sentirán bien y frescos.
- Afeitarse y depilarse: Cuando notes que a tu hijo le sale algo de pelo en la cara, puedes decirle que se puede afeitar e indicarle cómo, si así lo quiere. En el caso de las niñas, depilarse las piernas podría surgir como una inquietud y también puedes hablarles de las opciones que hay: cremas, cera o cuchilla de afeitar. Discute con ella la mejor opción para su piel y sus necesidades.
Si tu hija adolescente ya tuvo su primera menstruación, la higiene es indispensable. Cambiarse las toallas femeninas o el tampón con frecuencia las hará sentirse frescas y evitará los malos olores y, en el caso de los tampones, problemas de salud si se dejan adentro por mucho tiempo.
Como la adolescencia es una etapa de reafirmación y de descubrimiento personal, además de ser el momento en el que empiezan las relaciones con el sexo opuesto, tu hijo(a), te aseguro, no va a querer oler mal, tener mal aliento, sufrir de acné, etc., pues puede sentir el rechazo de los amigos y los miembros del sexo opuesto. Si el argumento de que es por su salud que es necesario estar limpios no te funciona, apúntale a que así se verá más atractivo(a).
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