Posiblemente hayas escuchado o leído que tus hijos/as deben comer frutas y verduras para poder crecer sanos y fuertes. Ahora, estudios han demostrado que estos alimentos también le hacen bien al corazón de los niños y les ayudan a prevenir enfermedades cardiacas cuando crezcan.
Las frutas y las verduras no son siempre las favoritas de los niños y las niñas. Muchas mamás se la pasan “luchando” para que las incorporen en su dieta, ya que sus beneficios para la salud no se pueden negar. Pero si a pesar de tu esfuerzo, el hacer que coman frutas y verduras sigue siendo casi una misión imposible, he aquí nuevos motivos para que te pongas manos a la obra y descubras nuevas estrategias para convencerlos y ayudarlos, no sólo a crecer sanos y fuertes, sino también para que se conserven saludables cuando sean adultos.
Más allá de que están cargadas de vitaminas y de antioxidantes, las frutas y las verduras pueden reducir las posibilidades de que tus hijos/as sufran del corazón cuando sean grandes. Esto fue detectado en una investigación reciente realizada en Finlandia. Específicamente, el estudio dice que comer frutas y verduras durante la infancia puede evitar o prevenir la aterosclerosis, que es uno de los pasos de la enfermedad cardíaca.
La aterosclerosis o arteriosclerosis también es conocida como el endurecimiento de las arterias (por donde pasa la sangre hasta el corazón), justamente porque cuando una persona tiene esta condición la capa interna de las arterias se vuelve más gruesa. Las arterias pierden flexibilidad, debido a que en su interior se deposita lo que se denomina placa, compuesta por colesterol, grasa y otras sustancias de la sangre.
Esto no ocurre de un día para el otro, se produce a través de un largo proceso que puede durar años e incluso décadas. En este sentido, el estudio demuestra que ya desde la infancia, la dieta puede ayudar a prevenir esta enfermedad.
Del mismo modo, otro estudio también realizado por científicos en Finlandia advierte que estas amenazas para el corazón se pueden detectar en los niños desde los 9 años. Es decir que a partir de esa edad, los niños pueden presentar factores como obesidad, colesterol y presión arterial alta, los que representan síntomas tempranos de enfermedad cardíaca y un riesgo mayor a desarrollar aterosclerosis al ser adultos.
Por todo esto, el promover una alimentación rica en frutas y verduras es, sin dudas, una decisión saludable. Se recomienda que los niños consuman por lo menos 5 tipos de frutas y verduras durante el día, de diferentes colores. Cuanto más colorido sea el plato más nutritivo resultará ser. Por ejemplo, aquí tienes algunas ideas para ponerle un toque de color a las comidas de tus niños (incluso, puedes jugar con ellos en relación a esto):
- Rojo y rosado: manzanas, cerezas, fresas, tomates, sandías
- Amarillo y blanco: bananas (o plátanos), piña, maíz
- Verde: lechuga, uvas, peras, brócoli
- Anaranjado: naranjas, zanahorias, calabaza (calabacín), melón
- Azul y morado: ciruelas, uvas, berenjenas
Aún así, si hacer que tus hijos coman frutas y verduras te parece una tarea destinada al fracaso ¡no te rindas! Recuerda que los niños pueden llegar a probar un alimento nuevo 10 veces o más antes de aceptarlo. Por eso, aunque tus niños rechacen el alimento al principio, luego de un tiempo puede terminar gustándoles. En este punto, los padres son los más indicados para lograr este propósito, con paciencia y buscando nuevas combinaciones para motivarlos a consumir nuevos, variados y sabrosos platillos.
Recuerda, la salud de su corazón en el futuro depende de lo que comen ahora.
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