Descansar y dormir las horas necesarias es crítico para la salud. Los adolescentes, que están acostumbrados a desvelarse o trasnochar, muchas veces pueden estar sufriendo de problemas para conciliar el sueño que pueden ocasionarles complicaciones cardíacas en el futuro. Aquí te cuento más acerca de la relación entre dormir bien y la salud del corazón.
Lola tiene 16 años y adora la noche. No le gusta acostarse temprano y se siente más productiva cuando ya todos duermen. A veces se queda despierta haciendo sus tareas escolares, oyendo música, divirtiéndose con sus amigos o leyendo. Ella cree que el desvelo es parte de ser adolescente. Su mamá le dice entre en serio y en broma que parece un vampiro de aquéllos que la desvelan en la literatura popular.
Pero aunque Lola y su mamá no vean como un gran problema el hecho de que ella no duerma suficiente, un estudio reciente indica que dormir mal durante la adolescencia puede relacionarse con problemas cardíacos en la adultez.
Un grupo de investigadores canadienses analizó a 4,100 adolescentes y encontró que dormían en promedio 7.9 horas durante la semana y 9.4 horas durante los fines de semana. Cerca de un 20% reportó mala calidad de sueño durante la semana y el 10% durante el fin de semana. Algunos, el 6%, dijeron usar medicamentos para ayudarse a conciliar el sueño. Este estudio, publicado en la revista CMAJ (Canadian Medical Association Journal) también habló en concreto de que el hecho de dormir mal -entendido como despertarse temprano o frecuentemente durante la noche, dificultad para quedarse dormido o tener pesadillas- se relaciona directamente con factores de estilo de vida como comer alimentos fritos, tomar bebidas con cafeína y sodas, hacer poco ejercicio y pasar mucho tiempo frente a los videojuegos y mirando la televisión. Estos factores hacen que, por supuesto, la presión arterial sea más alta y los adolescentes estén con sobrepeso, teniendo concretamente una cintura de mayor tamaño. Además, se les detectaron niveles de colesterol alto.
Una combinación de malos hábitos es lo que hace que muchos adolescentes no puedan dormir bien, y el no dormir bien, también causa malos hábitos. Es un círculo vicioso que termina afectando la salud cardiovascular de los jóvenes, que puede empeorar durante la adultez.
Para tener una salud 10 puntos, los adolescentes deben dormir entre 8.5 y 9 horas cada noche. Sin embargo, muchos tienen problemas para conciliar el sueño temprano y para poder lograr dormir esta cantidad de horas. Si tienes un hijo adolescente y sospechas que tiene problemas serios para dormir, deberías visitar al médico. Luego de análisis y preguntas, un especialista podrá diagnosticar algún trastorno del sueño y ofrecer un tratamiento que vaya de la mano con el diagnóstico.
Recuerda que dormir bien es indispensable para tener una buena salud.
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