El uso excesivo de los medios de comunicación (desde la televisión, hasta los teléfonos inteligentes y las redes sociales), y de los videojuegos les está robando no sólo tiempo valioso a nuestros hijos sino también salud. Así lo indica la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés). En un estudio reciente dicha entidad indicó que los niños de los 8 a los 10 años se pasan un promedio de ocho horas al día involucrados con los medios. La situación es más alarmante con los niños mayores y los adolescentes, quienes pasan más de once horas en estas actividades. ¿La receta para combatir el exceso? Una dieta de medios y mucha supervisión.
Los avances en la tecnología de la comunicación son fascinantes e indudablemente tienen muchas ventajas. Pero los excesos siempre son perjudiciales. Tanto tiempo de exposición a estos medios de comunicación tiene sus repercusiones en la salud de nuestros hijos: pérdida de sueño, mala alimentación (pasan tanto rato “ocupados” en estas actividades que ni siquiera quieren sentarse a la mesa a comer o lo hacen a la carrera), obesidad (se van volviendo sedentarios), problemas en la escuela (pierden la concentración), agresividad… Pero hay algo más: en las redes sociales incluso se enfrentan al riesgo del bullying (acoso) y el asecho de algún depredador, lo que le ha costado la vida a más de un niño.
Una encuesta reciente realizada por el Journal of Computer-Mediated Communication indicó que, de las 456 familias encuestadas, casi un tercio de los hijos de 10 a 16 años de edad admitió haber sido víctimas de acoso (bullying) en una red social, pero sólo el 10 por ciento de los padres lo sabían. Esa misma encuesta indicó que los padres tampoco estaban conscientes de la frecuencia con que sus hijos estuvieron expuestos a la pornografía “en línea”.
Por eso, es urgente que velemos por la salud de nuestros hijos implementando una “dieta de medios”. Es decir: reduciendo la cantidad de tiempo que nuestros hijos están en las redes sociales, enviando mensajes de texto, jugando juegos electrónicos o frente al televisor. Estos son algunos consejos que cada familia debería implementar en su hogar para velar por la salud cibernética de sus hijos:
- Habla abiertamente con tus hijos sobre los riesgos potenciales que pueden surgir en la red.
- Establece horarios para usar los medios de comunicación en tu hogar.
- Existen filtros y dispositivos que ayudan a restringir el tipo de contenido y tiempo que los hijos pasan frente al televisor o la computadora. ¡Sácales partido!
- Mantén la computadora en un área pública del hogar, pero aún más importante, como padre o madre debes estar verdaderamente al tanto de lo que tus hijos están haciendo.
La Clínica Mayo también sugiere lo siguiente:
- Elimina la televisión de fondo. Si el televisor está encendido – incluso si es sólo como “telón de fondo” – lo más probable es que distraerá a tu hijo. Si no están realmente viendo un programa, ¡apaga el televisor!
- Mantén los televisores y las computadoras fuera de la habitación. Los niños que tienen televisores en sus dormitorios ven más televisión que los niños que no los tienen allí.
- Nunca coman delante de la televisión. Permitir que tu hijo coma, aunque sea sólo un aperitivo frente a la TV, aumenta el tiempo que está expuesto a ella. Además este hábito también estimula a comer sin prestar atención a la comida, lo que con el tiempo puede llevar al aumento de peso.
- Establece reglas para los días escolares. La mayoría de los niños tienen poco tiempo libre durante la semana escolar. No dejes que pase todo su tiempo libre expuesto a los medios de comunicación. Trata de que comparta con los amigos y realice alguna actividad física.
- También evita utilizar el tiempo frente a la computadora (ordenador), el celular o la televisión, como una recompensa o castigo. Esto podría hacer que tus hijos vean estos medios como algo mucho más importante.
- Habla con el médico de tu hijo. Anima a que otros adultos les limiten el tiempo que ellos pasan frente a los medios de comunicación también.
- Proponles otras actividades. En lugar de delegar todo su tiempo libre al televisor (o la computadora) ayuda a tu hijo a encontrar otras cosas que hacer, como leer, jugar algún deporte, que te ayuden a cocinar o pasen algún tiempo con juegos de mesa. ¡Son muy divertidos!
- Da un buen ejemplo. Sé un buen modelo limitando el tiempo que le dedicas a tu teléfono o a la tableta.
- ¡Desenchúfalos! Si el tiempo frente a la televisión, el Xbox, o el PlayStation se está convirtiendo en una fuente de tensión en tu familia, o les está afectando en su desempeño escolar, desenchúfalos por un buen tiempo.
- Designa un horario para la familia: la hora de la comida (todos juntos), una noche a la semana de juegos, los domingo de familia… Ayúdalos a descubrir que lo más importante en la vida es pasar tiempo con los seres queridos compartiendo con ellos.
- Mantén las vías de comunicación siempre abiertas. Para eso es imprescindible que busques por lo menos un momento al día para conversar cálidamente con tus hijos. Nunca les des la impresión de que estás tan ocupado(a), que no puedes conversar con ellos.
Por su parte, en su sitio digital, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) también advierte sobre los riesgos para la salud de nuestros hijos e incluso para sus vidas en las redes sociales si no saben usarlas apropiadamente, sobre todo si se exponen a depredadores y a los amantes de intimidar a los más vulnerables. Allí se encuentran varias sugerencias para los padres:
- Explícale a tus hijos por qué es tan importante que NO revelen información personal en línea.
- Revisa los perfiles de tus hijos y lo que publican en línea.
- Lee y sigue los consejos de seguridad que aparecen en los sitios web.
- Denuncia cualquier actividad inapropiada en el sitio web o de internet inmediatamente.
- Explícales a tus hijos que una vez que publican cualquier imagen o foto en línea, pierden el control de ellas y no pueden recuperarlas.
- Sólo permite que tus niños coloquen fotografías o cualquier tipo de información de identificación personal en los sitios web con tu conocimiento y consentimiento.
- Instruye a tus hijos a utilizar siempre la configuración de privacidad de los sitios que visitan. Así restringen el acceso a sus perfiles de modo que sólo las personas en sus listas de contactos pueden ver su información.
- Recuérdale a tus hijos que agreguen sólo a las personas que realmente conocen a sus listas de contactos.
- Habla con ellos sobre cómo crear contraseñas seguras.
- Visita las redes sociales con tus hijos, e intercambien ideas sobre los sitios web que son aceptables frente a aquellos que son potencialmente riesgosos.
- Pídeles información sobre las personas que se comunican con ellos por internet.
- Establece una regla firme: tus hijos nunca pueden dar información personal a nadie en la red, tampoco pueden prestarse a conocer a alguien en persona sin tu conocimiento y consentimiento. Si estás de acuerdo con que tu hijo se reúna con alguien que conoció en línea, habla con los padres/o tutores de la otra persona primero, y acompañen a sus hijos a esa reunión en un lugar público.
- Anima a tus hijos a tener en cuenta si un mensaje es dañino, peligroso o grosero antes de publicarlo o enviarlo en línea. También enséñales a no responder a los comentarios mensajes groseros o de acoso que los hagan sentir miedo, incomodidad o confusión. Indícales que siempre es mejor que te enseñen primero el mensaje que los hizo sentir así.
- No te quedes al margen: mantente informado(a) sobre los sitios web (de internet), tipos de software y aplicaciones que tu hijo usa.
- Y no te olvides de controlar también los teléfonos celulares. A menudo tienen casi toda la funcionalidad de una computadora
Finalmente, los expertos les advierten a los padres que no se confíen y que estén siempre alertas para evitar una sorpresa desagradable. Y que nunca tomen a la ligera la seguridad de sus hijos.
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