¿Tus amigos te presionan y te incentivan a hacer cosas que no quieres o te apoyan y te aconsejan respecto a cuando debes tomar decisiones? Es decir, ¿te escuchan o te imponen? Todos necesitamos buenos amigos, pero a veces los compañeros pueden llevarnos a hacer cosas de las cuales no estamos del todo convencidos, y que a veces hasta pueden ponernos en riesgo. ¿Cómo poner límites ante la presión de grupo?
A algunos pueden parecerles graciosas o simplemente “aventuras” cuestiones cómo robar algo de alguna tienda, salir corriendo de alguna taberna o de un bar sin pagar lo consumido, fumar, emborracharse o probar drogas. Sin embargo, tales “gracias” pueden tener consecuencias graves, no sólo para la salud. Sabina tenía miedo mientras sus compañeros Tobías y Francisco se robaban camisetas y lapiceros de un puesto comercial, antes de que comenzara la exposición donde se repartirían, y no quería estar allí pero sus amigos se reían de ella y la trataban de cobarde… ¿Te imaginas quién fue más cobarde cuándo fueron descubiertos?
Por suerte esa experiencia no tuvo consecuencias graves. Sin embargo, Sabina aprendió algo muy importante ese día: ¿por qué arriesgarse a hacer cosas que nos parecen mal y de las cuales no estamos convencidos ni tampoco disfrutamos? Muchos adolescentes se dejan llevar por sus compañeros para ser aceptados en el grupo y realmente la pasan mal. Lo peor es que de ese modo sirven de ejemplo a otros compañeros que también pueden sentirse presionados pero que, al ver que son los únicos que disienten, tampoco se niegan y terminan cediendo.
Es importante que tengas eso en cuenta. Todos tenemos influencias en nuestros amigos y somos influenciados por ellos, incluso tú. Y así como a veces la influencia es negativa, también hay quienes nos influencian de manera positiva. Pamela, por ejemplo, se acercó a hacer su primera consulta sobre métodos anticonceptivos luego de enterarse de que su mejor amiga hacía meses que tomaba píldoras y Christian aprendió a jugar ajedrez luego de que su primo obtuviera una medalla en el campeonato del colegio.
En conclusión: la influencia de quienes nos rodean puede ayudarnos a crecer y mejorar, o todo lo contrario. ¿Cómo darnos cuenta cuándo ocurre una u otra cosa y cómo poner límites ante situaciones desagradables?
Si bien no hay una fórmula mágica para enfrentarse a la presión de grupo durante la adolescencia, lo cierto es que hace falta valentía. Tus compañeros pueden tratar de imponerse de diversas maneras y dicha presión puede ser difícil de resistir, pero dejarse llevar puede afectarte y tener consecuencias más serias: no es lo mismo ceder a la presión para vestirse de una forma determinada que unirse a los hábitos de un grupo que bebe y fuma, por ejemplo.
Para salir de situaciones incómodas, puedes utilizar alguna de estas herramientas:
- Escucha a tu instinto y confía en ti mismo, si te sientes incómodo es porque hay algo en la situación que no es correcto.
- Piensa en posibles situaciones de presión de grupo y prepárate de antemano. Por ejemplo, si quieres ir a una fiesta y crees que te ofrecerán alcohol o drogas, resuelve cómo enfrentarás este reto, lo que dirás y lo que harás en ese momento.
- Crea una frase código para “salir de la situación” que puedas usar con tus padres sin que tus compañeros se den cuenta. Puedes llamar a casa desde la fiesta y decir, por ejemplo: “¿Pueden venir a recogerme? Tengo un terrible dolor de cabeza.”
- Aprende a sentirte cómodo diciendo “no.” Con los buenos amigos nunca deberías tener que explicarte o disculparte. De todos modos, si sientes que tienes que excusarte para rechazar una bebida o un cigarrillo, por ejemplo, piensa en frases que puedas usar de forma informal, como “No, gracias, estoy entrenando”, “Ni hablar, mi tío murió de cirrosis” o “¿Estás loco? Si mi mamá se da cuenta, me mata”.
- Rodéate de personas que piensen como tú y que expresen su opinión cuando te haga falta apoyo. Tu grupo de compañeros te facilita oportunidades para conocer a otras personas y te ayuda a expandir tu círculo de amigos. También te dan ánimo, te apoyan cuando estás enfadado o con problemas y se identifican contigo cuando ellos atraviesan dificultades similares.
Y si una situación se torna peligrosa, no dudes en pedirle ayuda a un adulto. Ten en cuenta que no siempre es fácil resistir la presión de grupo, pero cuando lo haces es fácil sentirse bien después. Incluso, puedes convertirte en una influencia positiva para quienes se sienten igual que tú. Tus amigos pueden seguir tu ejemplo si tienes la valentía de hacer algo diferente o de negarte a hacer lo mismo que el grupo. Considérate un líder con el poder de marcar la diferencia.
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