Tener un cuerpo armonioso y estar en forma están en los primeros lugares de la lista de los deseos de muchos adolescentes. Esto no tiene nada de malo si se hace por medio de una alimentación sana y ejercicio regular. El problema se presenta cuando se cometen excesos como el abuso de esteroides y otros potenciadores musculares.
Tener un cuerpo con músculos definidos es el sueño dorado de muchos jóvenes. ¿A quién no le gusta ver marcados sus bíceps y lograr los tan anhelados abdominales? Si es tu caso, es un sueño que no tiene nada de malo. Claro, siempre y cuando se trabaje por lograrlo de una manera sana mediante el ejercicio y la alimentación y no se convierta en una peligrosa obsesión.
El problema surge cuando por el afán de lograr un cuerpo escultural, muchos adolescentes utilizan y abusan sustancias para lograr acelerar su crecimiento muscular. En un estudio conducido entre 2,800 adolescentes en Minnesota, en Estados Unidos se concluyó que éste es el caso para muchos jóvenes que piensan que el ejercicio no será suficiente.
Específicamente el 6%, dijo haber usado esteroides y el 11% afirmó haber utilizado otras sustancias para aumentar su masa muscular, tales como la creatina y/o la DHEA (o dehidroepiandrosterona, una sustancia que pertenece al grupo de las prohormonas, producida por las glándulas suprarrenales y que está involucrada en la producción de estrógenos y testosterona).
Según los autores del estudio y otros especialistas, esto es preocupante ya que los esteroides y los compuestos similares tienen efectos secundarios no deseados como el acné y el aumento del vello corporal e incluso otros mucho más serios que pueden poner en peligro la salud de órganos vitales, causando ataques cardiacos y enfermedad hepática (del hígado), por ejemplo.
Pero además, el abuso del ejercicio puede ser contraproducente cuando es motivado simplemente por querer lograr que el cuerpo se vea de cierta manera, y no por cuestiones de salud o por estar en forma.
El estudio también encontró que los adolescentes que forman parte de un equipo de deportes son más propensos a usar batidos o malteadas a base de proteínas. Un estudio encontró que un 35% de los jóvenes usan estas malteadas con el objetivo de hacer que sus músculos crezcan. Los especialistas dicen que, en general, estos batidos no son malos (desde luego, depende de lo que contengan, vale la pena chequear con su médico), que sólo son dañinos cuando reemplazan el desayuno, el almuerzo y la comida o cena.
Entre los chicos, se encontró que dos tercios han cambiado sus hábitos alimenticios para aumentar su masa muscular o tono muscular y el 90% aumentó su tiempo de rutina de ejercicios para lograr ese mismo objetivo.
Concretamente, estas fueron las diferencias de género en términos de hábitos que pueden ser nocivos para la salud:
Entre los hombres jóvenes:
- El 34.7% reportó usar malteadas o batidos de proteínas
- El 5.9% reportó usar esteroides
- El 10.5% reportó usar otro tipo de sustancia para aumentar la masa muscular
Entre las mujeres jóvenes, estas son las estadísticas:
- El 21.2% reportó usar malteadas o batidos de proteínas
- El 4.6% reportó usar esteroides
- El 5.5% reportó usar otro tipo de sustancia para aumentar la masa muscular
Si bien este estudio no es muy grande porque sólo se hizo en un pequeño grupo en Estados Unidos y no se puede generalizar, es importante porque señala un problema creciente entre los jóvenes y llama la atención para que los padres y los médicos consideren este tipo de comportamiento. En lugar de promoverlo, los especialistas recomiendan que el cuerpo que el adolescente desea, lo logre mediante el ejercicio apropiado y una buena nutrición. Es importante que se asesore de una persona con los conocimientos adecuados. Hay que tener precaución de los productos que se venden en los gimnasios, por los mismos entrenadores y a través del internet.
El uso de las sustancias para aumentar la masa muscular es peligroso para la salud. Así que si quieres tener un cuerpo atractivo y armonioso, no las uses o las abuses, porque a la larga terminarán por destruirlo. No todo lo que brilla es oro.
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