Durante la adolescencia, el cuerpo atraviesa por varios cambios para transitar el camino hacia la adultez. Un día, tu cuerpo se sentirá diferente y es probable que te sientas confundido(a) y te llene una sensación de extrañeza. ¿Qué le pasa a tu cuerpo? Aquí te hablo de los cambios que verás físicamente durante la adolescencia o pubertad.
Entre saltar el lazo, jugar en el parque, correr con amiguitos, jugar a las muñecas, transcurre la infancia. De repente, puede ser que una niña se reúna a jugar a la casita con sus amiguitas y ¡boom! Se da cuenta de que una de ellas no se ve igual. Algo le está creciendo en el pecho. Entonces, todas se miran para ver si a todas les pasa igual. Puede que sí, puede que no. Cada persona se desarrolla a diferente ritmo. Por eso, la primera regla de la adolescencia y sus cambios: ¡no te compares con otros! A esa niña de la que hablo, le están saliendo sus pechos, y a todas les sucederá lo mismo en algún momento empezando a los 9 años, que es cuando empiezan a desarrollarse aunque no lo notes hasta que tengas entre los 12 y los 18 años, que es cuando los senos se forman completamente.
A los niños, de repente al ponerse el uniforme de fútbol y gritar en el partido, les podría salir un “gallo” o sea, que la voz suena destemplada. También podrían empezar a notar que el sudor huele más fuerte y que sus piernas y su cara se llenan de vellos. También, puede ser que desarrollen más los músculos o incluso, que engorden. Les pasa tanto a los chicos como a las chicas: la grasa los prepara para el cuerpo de la adultez, pero en algunos se nota más que en otros. Empiezan a ganar peso como parte de la pubertad y se preguntan por qué otros adolescentes en cambio, siguen flacos como un fideo.
Repito, no te compares. Cada persona va a su ritmo y de acuerdo a su cuerpo. Por eso, más bien prepárate para los cambios en ese cuerpo que ahora sentirás como ajeno, pero que poco a poco irá logrando un equilibrio para dar paso a tu nuevo cuerpo, el de mujer o el de hombre. La adolescencia es una etapa llena de altibajos y nuevas sensaciones. Disfrútalos y acéptalos como parte del regalo de la vida. Presta atención a lo que podrías ir notando en tu cuerpo:
Si eres niña:
- La glándula mamaria empieza a desarrollarse o a crecer alrededor de los 8 años. Sin embargo, sólo hasta los 12 años se empiezan a notar los senos alcanzando su desarrollo total para cuando cumplas 18. Como dije, cada niña es diferente, así que estas edades son promedios generalizados.
- El vello púbico, el vello en las axilas y en las piernas empieza a aparecer entre los 9 y 10 años y se desarrollan completamente entre los 13 y 14 años.
- La primera menstruación (menarquía) puede suceder tan rápido como a los 10 años y tan tarde como a los 15. La edad promedio de la menstruación es dos años después del inicio del desarrollo de los senos y el vello púbico. La primera menstruación es considerada como el evento “oficial” de inicio de la pubertad.
- Las niñas ven un aumento rápido en su estatura entre los 9 y los14 años.
Si eres niño:
- Los testículos y el escroto pueden empezar a crecer a los 9 años de edad y de inmediato el pene empieza a alargarse. Para cuando cumplas 16 o 17 años, ya tus genitales tendrán el tamaño y la forma que te acompañarán en tu adultez.
- El vello púbico, el vello en las axilas, en el pecho, en la cara y en las piernas empieza a aparecer a los 12 años y se desarrolla completamente entre los 15 y 16 años.
- En el caso de los niños, no existe un solo evento que marque el inicio de la pubertad, tal como sucede en las niñas con la primera menstruación. Lo que marca ese momento para los chicos es tener erecciones con eyaculación durante la noche que, algunos le llaman, “sueños húmedos”. Los sueños húmedos se presentan por primera vez entre los 13 y los 17 años de edad. Estos sueños coinciden también con el mayor crecimiento en cuanto a la estatura en los varones.
- El cambio de voz se presenta simultáneamente con el crecimiento del pene.
Recuerda que los cambios por los que pasa tu cuerpo durante la adolescencia dependen mucho de la genética. Es decir, tu altura (estatura) y tu talla seguramente tendrán mucho en común con el cuerpo de tu mamá y de tu papá.
Si tienes dudas o no te sientes en sintonía con tu cuerpo e incluso te sientes avergonzado(a) por los cambios que estás experimentando, habla con tus padres que son quienes más te quieren y en quienes puedes confiar plenamente.
También recuerda que es importante que establezcas hábitos sanos como una alimentación saludable y alguna actividad física que te agrade y que puedas hacer regularmente (quizá algún deporte, bailar o caminar) que te ayudarán a sentirte bien tanto física, como emocionalmente.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2013.
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