Los estragos que un cáncer mandibular, un accidente o la periodontitis pueden ocasionar en la boca ya tienen respuesta: una rejilla o malla de plástico, que sirve de base para reconstruir el tejido óseo perdido. Infórmate aquí sobre esta nueva técnica.
Un equipo de investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad de Oslo, en Noruega, ha desarrollado una técnica nueva para reconstruir la mandíbula dañada que consiste en una especie de malla artificial, que ayuda a que el cuerpo genere un hueso nuevo, tan fuerte como el original.
El hueso de la mandíbula puede sufrir muchos daños. Algunas veces lo causa la periodontitis, una infección de las encías que hace que el hueso se rompa y se aflojen los dientes que se apoyan en él. Igualmente es posible que el hueso de la mandíbula se dañe debido a una condición como el cáncer o a algún accidente o trauma, lo que a veces causa la desfiguración del rostro. Para reparar el daño, los odontólogos se valen de la capacidad del hueso para repararse por sí mismo. Pero pueden surgir problemas.
En la actualidad, el hueso suele regenerarse usando como material básico el tejido óseo saludable (tomado ya sea de la mandíbula inferior, el muslo o la cadera), que se prepara y se implanta en el sitio dañado. También pueden usarse huesos molidos de otras personas, e incluso de animales. De todos modos, la sustancia obtenida no es ni lo bastante fuerte ni porosa como para sostener el hueso regenerado, y puede dar lugar a la transmisión de enfermedades. La cirugía en sí es molesta y existen complicaciones potenciales.
Por otra parte, para que el hueso se repare solo es preciso que los bordes y los fragmentos encajen bien entre sí, de modo que queden en contacto estrecho. Pero aparte de esto, hay limitaciones importantes. Cuando un hueso se fractura, una cantidad significativa de sangre se acumula en ese lugar. La sangre contiene moléculas orgánicas que se “sueldan” en hebras largas. Este coágulo se llena de células, que se vuelven un tejido conectivo y después se calcifican. El tejido conectivo forma una especie de plataforma porosa para las células del hueso y los vasos capilares. Las células óseas remodelan la estructura calcificada y forman un hueso funcional, a la vez que los vasos capilares nuevos ayudan a traer las sustancias nutritivas y el oxígeno.
Pero si hay un espacio muy grande entre los dos fragmentos del hueso o si los bordes se han dañado, el cuerpo no puede reparar el daño por sí solo. Y aquí es en donde radica la novedad de esta técnica, que permite insertar una pequeña pieza de hueso sintético dentro del hueso verdadero. Esta malla artificial es tan fuerte como el hueso real. Y a la vez lo bastante poroso para que el tejido óseo y los vasos capilares se desarrollen dentro y funcionen como refuerzo del nuevo hueso. De este modo, el método permite que el dentista inserte la rejilla o malla artificial para determinar el sitio en que crecerá el nuevo tejido óseo.
Para la reconstrucción del hueso, es importante que haya suficiente espacio vacío. Esos espacios deben ser lo bastante grandes para que quepan en él no sólo las células óseas, sino también los vasos capilares, que transportan los nutrientes y el oxígeno, y eliminan las sustancias desechables. Precisamente, uno de los problemas de los materiales que se han estado usando es que no proporcionan suficiente espacio para dar cabida al tejido óseo y a los vasos capilares.
La rejilla del hueso artificial, en cambio, tiene gran porosidad con mucho espacio vacío, que puede llenarse con el hueso nuevo. Otra de las ventajas del método nuevo es que las células del cuerpo asimilan el hueso añadido. Sin embargo, el material utilizado no desaparece. Se mantiene como parte integral del hueso reparado, y funciona como refuerzo.
El método nuevo todavía no está disponible para el público general, pero sus creadores, que han hecho pruebas exitosas con conejos, cerdos y perros, tienen planes de hacer las pruebas clínicas en personas, especialmente en los pacientes que han tenido periodontitis y daños en el hueso de la mandíbula. Harán estudios comparando los resultados de este material con la forma convencional del tratamiento. Si funciona como esperan, es posible que en pocos años el método esté disponible en todas partes.
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