- Las “nuevas paternidades” están redefiniendo el rol clásico del padre, con más hombres involucrándose activamente en la crianza de sus hijos.
- Este movimiento está cambiando las normas sociales y culturales a nivel mundial, impulsado por cambios en las estructuras familiares y una mayor conciencia sobre la importancia del apego parental.
- En muchos países ha crecido el número de padres que dedican tiempo diario al cuidado de sus hijos. En Estados Unidos, por ejemplo, el porcentaje de padres que se quedan en casa ha aumentado significativamente desde los años 80.
- En Latinoamérica, a pesar de las normas tradicionales, también se observa un mayor involucramiento paternal.
- Esta tendencia está creando familias más equitativas y saludables, con beneficios duraderos para la sociedad, pero aún queda camino por recorrer para lograr una implicación paterna al mismo nivel que la materna, superando las limitaciones culturales y laborales actuales.
Desde hace algunos años se está viviendo una transformación muy importante en el rol clásico del padre y su implicación en la crianza de sus hijos. Hasta hace unas décadas, el cuidado de los hijos era una labor principalmente reservada a la madre o a otras mujeres de la familia y los hombres, en general, se limitaban a ser proveedores económicos. Pero, afortunadamente, cada vez es menos raro o sorprendente ver a padres implicados en el cuidado y la educación de sus hijos. Esta tendencia ha dado nombre a lo que se conoce como “nuevas paternidades”, un movimiento que está redefiniendo las normas sociales y culturales en todo el mundo.
En los últimos años, se ha observado un aumento notable en el número de padres que asumen un papel más activo y comprometido en la crianza de sus hijos, contribuyendo significativamente al desarrollo y bienestar de la familia. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el porcentaje de padres que dedican tiempo diario a actividades relacionadas con el cuidado de los hijos ha aumentado en países desarrollados y en desarrollo. Este cambio ha sido impulsado por una serie de factores, incluyendo cambios en las estructuras familiares, mayor conciencia sobre la importancia del apego parental, y un cambio en las expectativas de género.
En los Estados Unidos, el movimiento de las nuevas paternidades ha ganado impulso en las últimas décadas. Según datos del Pew Research Center, el porcentaje de padres que se quedan en casa para cuidar a sus hijos ha aumentado significativamente desde la década de 1980. Además, se ha observado un cambio en las actitudes culturales hacia la paternidad, con una mayor valoración de la participación activa de los padres en la vida de sus hijos.
En Latinoamérica, aunque persisten algunas normas culturales tradicionales que asignan principalmente a las madres el rol de cuidadoras, también se están produciendo cambios significativos en la forma en que los padres se involucran en la crianza de sus hijos. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en países como Argentina, Chile y Uruguay, ha habido un aumento en la participación de los padres en actividades de crianza, como el cuidado de los niños y las tareas domésticas.
A pesar de estos avances, aún existen desafíos importantes que enfrentan los padres que desean ser más activos en la crianza de sus hijos. Las barreras culturales y sociales, como los estereotipos de género arraigados y las expectativas laborales inflexibles, pueden dificultar la participación de los padres en la crianza de sus hijos. Sin embargo, también hay oportunidades para el cambio, incluida la implementación de políticas de licencia parental equitativas y la promoción de una cultura empresarial que valore el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
En resumen, el movimiento de las nuevas paternidades está transformando la forma en que se entiende y practica la crianza en todo el mundo. A medida que más padres asumen un papel activo en el cuidado y crianza de sus hijos, se están construyendo familias más equitativas y saludables, con beneficios duraderos para todos los miembros de la sociedad.
El Dr. José María Valle, adjunto de pediatría y responsable de infectología pediátrica en el Hospital de Sant Pau, de Barcelona, explica a Vida y salud que, desde su experiencia -tanto profesional como personal- observa un cambio positivo en la implicación de los padres en la crianza y la salud infantil.
“Como pediatra y como padre de dos niños pequeños, he notado un aumento en la implicación de los padres en la crianza y en los temas de salud infantil. Ahora vemos a más padres asistiendo a las consultas junto a las madres, y ambos están más informados sobre los temas que conciernen a sus hijos”, comenta el Dr. Valle. Sin embargo, también señala que “todavía queda mucho trabajo por hacer para que la implicación de los padres esté al mismo nivel que la de las madres”.
El Dr. Valle también reconoce que, aunque ha habido un cambio positivo, las madres siguen siendo las que más frecuentemente asisten a las consultas médicas. “Cuando ambos padres están presentes, aún es común que el padre no esté tan informado sobre aspectos específicos, como el calendario de vacunas. Aunque esta situación ha mejorado, aún es frecuente escuchar la frase ‘eso lo lleva la madre'”.
A pesar de estos avances, aún existen desafíos importantes que enfrentan los padres que desean ser más activos en la crianza de sus hijos. Las barreras culturales y sociales, como los estereotipos de género arraigados y las expectativas laborales inflexibles, pueden dificultar la participación de los padres en la crianza de sus hijos.
El Dr. Valle destaca su propia experiencia personal como padre de dos hijos pequeños. “A pesar de mi implicación, mi dedicación laboral es mayor que la de mi esposa, lo que crea un desequilibrio en la cantidad de tiempo que puedo dedicar a mis hijos. Ella se encarga más de llevar y recoger a los niños del colegio debido a mis incompatibilidades de horario”.
El movimiento de las nuevas paternidades está transformando la forma en que se entiende y practica la crianza en todo el mundo. A medida que más padres asumen un papel activo en el cuidado y crianza de sus hijos, se están construyendo familias más equitativas y saludables, con beneficios duraderos para todos los miembros de la sociedad. Sin embargo, aún queda camino por recorrer para lograr una igualdad plena en la implicación de ambos padres.
Por Karla Islas Pieck
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