Un estudio ha llegado a la conclusión de que agregar ácidos grasos omega-3 a otras vitaminas y antioxidantes no ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar una enfermedad de la vista conocida como degeneración macular relacionada con la edad, una de las causas principales de la pérdida de la visión y la ceguera en las personas mayores de 65 años.
Los ácidos grasos omega 3 son ácidos esenciales que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente, pero el cuerpo no los produce sino que los adquiere de la dieta. Los hay de diferentes tipos, como el alfa linolénico (ALA), que abunda en las semillas, los frutos secos (como las nueces) y en los aceites vegetales (como el aceite de canola, de soja o soya, de semillas de lino, el aceite de linaza y el aceite de oliva); y los de tipo eicosapentanoico (EPA) y docosahexanoico (DHA), que se encuentran juntos solamente en los pescados grasos o azules (como el arenque, la caballa, el salmón, las sardinas y el atún) y en las algas.
Estos nutrientes han probado tener un efecto protector en el sistema cardiovascular, reduciendo el riesgo de sufrir un ataque al corazón y pueden ayudar a disminuir la presión arterial. Además, han sido vinculados con distintos beneficios para la salud, como mejorar la memoria de trabajo o memoria funcional en los adultos jóvenes sanos y podrían reducir los niveles del antígeno prostático específico (APE), una proteína asociada al aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de la próstata.
¿Podrían también ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad (también conocida como DME o DMAE), si se los toma junto a otras vitaminas y antioxidantes? Eso se ha cuestionado un grupo de investigadores del Instituto Nacional del Ojo de Los Estados Unidos, en base a investigaciones anteriores que mostraron que la combinación de zinc con vitaminas antioxidantes C, E y beta caroteno podría reducir el riesgo de que avance dicha enfermedad de los ojos.
En busca de una respuesta, durante cinco años, hicieron un seguimiento de más de 4 mil pacientes de 50 a 85 años de edad y evaluaron si agregar carotenoides (luteína y zeaxantina) y ácidos grasos omega-3 DHA y EPA a una mezcla de vitaminas antioxidantes podría efectivamente disminuir el riesgo de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad.
Lamentablemente, el resultado fue negativo. Tal como se publicó a principios de mayo en el medio especializado JAMA (Journal of the American Medical Association) y se presentó simultáneamente en la reunión anual de la Asociación para la investigación en visión y oftalmología, que se realizo en Seattle, en Estados Unidos, la conclusión fue que agregar ácidos grasos omega 3 y otros nutrientes a las vitaminas antioxidantes estándares no brinda mayor protección contra la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE).
De todos modos, los investigadores plantearon que estos resultados pueden deberse a que las dosis y/o los tiempos considerados para el estudio pueden no ser los adecuados para lograr un resultado favorable. Y advierten sobre la necesidad de encontrar un modo efectivo para disminuir la progresión de esta enfermedad de los ojos, que actualmente constituye la causa principal de ceguera en los adultos mayores. De no ser así, afirman que se estima que la cantidad de personas afectadas se duplicará durante los próximos 20 años.
Mientras la ciencia sigue buscando respuestas a estos interrogantes, recuerda que la degeneración macular relacionada con la edad es una enfermedad de los ojos que se produce cuando la mácula se altera o degenera. La mácula es la parte de la retina responsable de la visión aguda y central que se necesita para leer o manejar, por ejemplo (la degeneración macular relacionada con la edad no afecta la visión hacia los lados o visión periférica).
No se sabe la causa precisa de la degeneración macular, pero si se conoce que está relacionada con cambios en el flujo de sangre dentro de la retina, que causan la formación de depósitos y de nuevos vasos sanguíneos dentro de la mácula, que pueden sangrar y dañar a las células que la forman.
Detectar los síntomas de manera temprana es importantísimo para preservar la visión. Por eso, si tienes más de 60 años, no dejes de visitar a tu oftalmólogo una vez al año para hacerte un examen completo de la vista, incluyendo una evaluación de la retina. Además, si notas alguno de estos síntomas, haz una cita inmediata con un profesional de la salud visual:
- Se te dificulta leer
- Necesitas más luz para poder ver bien
- Tienes problemas para ver de noche
- No ves bien al conducir
- Estás teniendo problemas para reconocer las caras
- Tienes un punto ciego directamente hacia el frente de tu campo visual
- Tienes distorsiones en tu visión. Por ejemplo, las líneas rectas te parecen onduladas.
En cuanto a los suplementos, ya lo sabes: todavía no hay pruebas certeras sobre sus ventajas en relación a la salud visual. Si deseas tomarlos, por este u otro motivo, sean ácidos grasos omega 3 o de cualquier otro tipo, no dejes de consultar a tu médico para que pueda orientarte, pues los suplementos también pueden tener efectos no deseados o pueden tener interacciones con otras medicinas que estés tomando.
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