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Una nueva prueba de sangre ayudaría a predecir el ataque cardíaco. De ser así, los doctores contarían con una arma efectiva que los ayude a tomar medidas inmediatas para evitar este episodio cardíaco y salvar así muchas vidas.

Cualquier persona puede sufrir un ataque al corazón (un ataque cardíaco) en un momento dado, aunque algunas tienen más riesgos que otras, como los obesos o las personas con presión arterial alta. Pero en ningún caso, hasta el momento, es posible anticipar con seguridad si efectivamente se producirá un ataque cardíaco, ni cuándo.

Un ataque al corazón, también conocido como infarto del miocardio, se produce cuando el músculo del corazón se daña de manera permanente porque la sangre, por algún motivo, no puede llegar hasta él.

El corazón es un órgano que se encarga de bombear sangre a todo el cuerpo, y para poder funcionar necesita recibir sangre y oxígeno de manera constante, algo que ocurre a través de las arterias coronarias, que son los vasos que se encargan de llevarle la sangre cargada  de oxígeno.

El problema se presenta cuando estas arterias se obstruyen o bloquean impidiendo el paso de la sangre hacia el corazón. En general eso sucede porque se tapan con depósitos de grasa, calcio y proteínas (placa de colesterol) que se va acumulando a través del tiempo en ese lugar dentro de la pared de la arteria. O a que un pedazo de una placa de colesterol se desprende de la pared de una arteria en otro sitio, y viaja a través de la misma hasta llegar a las arterias coronarias (del corazón) a bloquear el paso de la sangre que irriga al corazón.

Cuando un vaso sanguíneo se obstruye, el bloqueo no permite que la sangre oxigenada llegue al corazón, lo que provoca un ataque cardíaco que causa la muerte de las células del músculo del corazón y, en cuestión de segundos, el corazón sufre un daño permanente.

Por eso, cuando se trata de un ataque cardíaco, cada segundo es vital. Y sería muy útil poder saber el momento en el que se está por producir el ataque al corazón, para poder actuar de anticipadamente. Y los investigadores en todas partes del mundo están trabajando para tratar de encontrar esta clave.

Por ejemplo, ya te habíamos comentado los resultados de un estudio que se publicó en  la edición de diciembre del Journal of the American Medical Association, según el cual se encontró una prueba de sangre que mide los niveles de troponina 1 (una proteína que pasa al torrente sanguíneo si el músculo del corazón se ha dañado) y que ayuda a determinar cuando la persona sufre un ataque cardíaco, varias horas antes de lo que lo permitían hacer las pruebas previas.

Ahora, una nueva investigación ha encontrado que otra prueba sanguínea se adelanta aún más en la detección de un posible ataque cardíaco. En este caso se trata de una prueba que mide los niveles de las denominadas células endoteliales en la circulación (CEC) que están deformes, y que provienen del recubrimiento de los vasos sanguíneos. Cuando los niveles de estas células está elevado, podrían indicar que la persona tiene muchas posibilidades de desarrollar un ataque cardíaco en un periodo corto de tiempo. Según los márgenes de dichos niveles, el ataque podría producirse en dos semanas o menos, dando así a los doctores un período de tiempo para eliminar el bloqueo que se encuentra dentro de las arterias.

Para llegar a estos resultados, los investigadores del Instituto Scripps de Ciencias Traslacionales en San Diego, en Estados Unidos, usaron imágenes fluorescentes para demostrar que las CEC de los pacientes con un ataque cardiaco se ven muy distintas que las observadas en individuos sanos, considerando a 50 pacientes que sufrieron un ataque cardiaco y a 44 voluntarios sanos.

Según el estudio, que fue publicado en la edición del 21 de marzo de la revista Science Translational Medicine, los niveles de estas células sanguíneas observadas en las personas que estaban en riesgo de un ataque al corazón podrían ser un 400 por ciento más altos que en personas sanas.

Por el momento hacen falta más investigaciones antes de poder utilizar la prueba a nivel clínico.

Mientras tanto, lo mejor que puedes hacer por tu corazón es llevar un estilo de vida sano, que incluyen; procurar llevar una alimentación balanceada; mantener un peso sano; hacer ejercicio regularmente;  no fumar; conocer y mantener tus niveles de colesterol y presión arterial dentro de los límites normales o lo más cerca posible; así como procurar prevenir, retrasar y/o controlar la diabetes.

Recuerda que tú puedes hacer mucho para mantener a tu corazón sano. Y si sabes que estás en riesgo o vives con alguien con problemas cardíacos, nunca está de más conocer cuáles son los síntomas de un infarto al corazón, para que todos en el hogar puedan actuar de inmediato.

Imágen © iStockphoto.com / Chris Fertnig

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