Un estudio holandés ha demostrado que la tirosina, un aminoácido no esencial que abunda en los huevos, la espinaca, el requesón y la soya, mejora tus reflejos, es decir, tu capacidad de responder rápida y eficientemente a los estímulos de tu entorno. Razón de más para incorporarlos en tu dieta.
Las Olimpiadas de Invierno, son un magnífico ejemplo de la importancia de los reflejos. Un segundo para reaccionar ante un cambio en el terreno, o en la pista de patinaje, puede evitar un choque, una caída, cualquier contratiempo que impida seguir en la competencia, y puede incluso marcar la diferencia entre el triunfo o la derrota. Pero no es necesario ser un atleta olímpico para querer estimular nuestros reflejos. Imagínate poder frenar a tiempo cuando un auto se interpone en tu camino mientras conduces, o un peatón atraviesa distraídamente la calle cuando menos te lo esperas. En momentos como esos agradeces que el pie pise el freno rápida y efectivamente, a la velocidad de un rayo.
¿Influyen los alimentos que ingerimos en nuestra capacidad de reaccionar ante el entorno? Un equipo de investigadores holandeses de las Universidades de Leiden y Amsterdam decidió evaluarlo. Específicamente llevó a cabo el primer estudio que se ha realizado hasta ahora para probar si el consumo de tirosina aumenta la capacidad de una persona de detener una actividad de forma instantánea. Los resultados indican que así es.
¿Sabes qué es la tirosina? Se trata de un aminoácido, no esencial (lo que significa que el cuerpo es capaz de sintetizarlo a partir de otra sustancia llamada fenilalanina). La tirosina es el ingrediente básico para la producción de los neurotransmisores (la epinefrina, la dopamina y la norepinefina) que facilitan la transmisión de los impulsos entre las células nerviosas, o sea, permiten que se comuniquen las células entre si.
Tiene un efecto en el estado de ánimo. También ayuda en el funcionamiento de algunos órganos encargadas de producir y regular algunas hormonas (incluyendo la tiroides, la hipófisis y las glándulas suprarrenales). Ayuda con la producción de la melanina y está involucrada en la estructura de casi cada proteína en el cuerpo.
Pues bien, el equipo holandés, dirigido por la psicóloga cognitiva Lorenza Colzato, diseñó una prueba en la que los participantes debían interrumpir una actividad repetitiva en un momento determinado. Se les pidió mirar cuidadosamente la pantalla de una computadora y en el momento que vieran aparecer una flecha verde, debían presionar un botón tan pronto como fuera posible. A la vez, debían cerciorarse de que el botón que escogieran coincidiera con la dirección de la flecha. Si aparecía una flecha roja, las manos no debían tocar el teclado en absoluto.
Los participantes siguieron dos sesiones en el laboratorio de prueba. En una, se les dio a beber jugo de naranja enriquecido con tirosina. En la otra, el jugo de naranja que contenía un placebo. Los resultados de las pruebas demostraron que los participantes tuvieron un mejor desempeño a la hora de seleccionar los botones necesarios después de beber el jugo enriquecido con tirosina.
Los resultados del estudio, publicados en la revista Neuropsychologia, podrían tener beneficios fuera del laboratorio. Un aumento en el consumo de alimentos que contienen niveles altos de tirosina, como la espinaca, el huevo, el requesón y la soya, podrían servir para mejorar nuestra capacidad para reaccionar ante los estímulos, lo que podría evitar accidentes automovilísticos, caídas y golpes, por ejemplo o, incluso, mejorar nuestro desempeño deportivo.
Además, según la doctora Colzato, los suplementos de tirosina y los alimentos que lo contienen, son una manera efectiva y económica de mejorar nuestras capacidades intelectuales. Pero aunque los suplementos de tirosina son seguros y se compran sin receta, no los tomes sin consultar antes con tu doctor. Es preferible que la obtengas a través de una dieta balanceada, rica en los alimentos que la contienen. Además de obtener los beneficios de la tirosina, evitas a la vez la deficiencia de dopamina que puede conducir a que experimentes apatía y depresión.
Si quieres reaccionar ante los estímulos como todo un campeón olímpico, comienza por lo que sirves en tu mesa. Recuerda que, a fin de cuentas, somos lo que comemos.
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