- En el Día Internacional del Orgasmo Femenino, Leidy Constanza y Romina Castro, sexólogas y sexoterapeutas latinoamericanas, defienden la importancia de la autoidentificación y conocimiento para empoderar a las mujeres mediante la exploración y búsqueda de su propio placer. Entender su propio cuerpo y deseos es la base para un viaje solo y en pareja de una vida sexual plena.
- El libro de Romina Castro, ‘¡Oh, sí! Menos cuentos y más orgasmos’, muestra la importancia de quitarnos esos miedos y mitos sociales en relación al placer y la masturbación femenina.
- Las mujeres históricamente se han sentido condicionadas a la culpa y tener miedo al auto placer, afectando de manera directa a la forma en que disfrutamos los encuentros sexuales. Sin embargo, abrazando el autodescubrimiento con la masturbación podemos revertir eso y saber lo que nos gusta. Eso puede tomar tiempo, y no es necesario apurarlo.
- Leidy Constanza y Romina Castro, sexólogas y sexoterapeutas latinoamericanas, son enfáticas en la necesidad de dejar ir las expectativas poco realistas en relación a los orgasmos y el disfrute. El orgasmo es el fin de un camino lleno de placer, por lo que no es necesario en todas las experiencias sexuales tenerlo.
- El placer puede llegar a ser satisfactorio hasta el punto de que nuestro cuerpo decida. Es esencial trabajar esas barreras mentales y conectar con nuestro cuerpo antes de agregar más cosas a la ecuación, como un juguete sexual, por ejemplo.
El 8 de agosto es el Día Internacional del Orgasmo Femenino, y ya te contamos en el artículo anterior la importancia del empoderamiento que supone el sentir placer y poder hablar sobre lo que te gusta y lo que no. En esta segunda parte continuaremos profundizando en el tema, pero ahora desde la búsqueda del placer, desde el autodescubrimiento para luego poder disfrutar en todas las instancias de nuestra vida. Vida y Salud habló con dos expertas en sexología y sexoterapia, la mexicana Leidy Constanza Montoya (a quién entrevistamos en el artículo anterior) y la peruana Romina Castro, máster en salud sexual y sexología clínica, apasionada de la sexualidad femenina y madre de 2. Ambas expertas, desde sus redes sociales, empoderan a todas las mujeres latinoamericanas y nos guiarán hoy para ayudar a quitarnos algunos mitos.
“Las mujeres que ya han tenido un orgasmo saben cómo va su cuerpo– apunta Leidy-. Se pueden auto leer y conocer que les gusta, les funciona y que no; sin ese conocimiento cuesta mucho poder disfrutar sin sentir presiones. A diferencia de los hombres, que ya en la adolescencia exploran su cuerpo mediante la masturbación, nosotras muchas veces no nos tocamos, no nos conocemos; es clave hacerlo”. Saber qué nos trae placer es la base de nuestra identificación personal, de acuerdo a Romina, es la única forma de poder empoderarnos y sacarnos todos los mitos que tenemos.
Descubrir el placer es un viaje
Romina Castro en 2018 publicó el libro ‘¡Oh, sí! Menos cuentos más orgasmos’, donde busca desmitificar muchas “mentiras que nos han dicho durante tanto tiempo en relación al placer diciendo: mujer, tú también puedes disfrutar ¿no?”, agrega. Unos de los principales mitos, comenta, es la masturbación: “A nosotras nos han enseñado a tener miedo a la masturbación, a sentirnos culpables por ello. Distinto sucede en los hombres, de los cuales se espera que sea parte de su desarrollo, a los padres no les preocupaba que lo hicieran. Pero si eras niña, teniendo el mismo acto consigo misma si generaba preocupación, y eso que hablamos de la misma cuota de placer a la misma edad”.
Otro mito muy instalado, de acuerdo a Romina, es que, por la misma falta de autoconocimiento y exploración, se crea que las mujeres tienen una cuota máxima de placer. Es como si al masturbarse ya no pudieran sentir placer con sus parejas. “Es completamente al revés, mientras más conoces a ti misma, contigo misma, más vas a ser capaz de sentir más confianza y conocer aquellos puntos, ritmos, velocidades que puedes explotar con tu pareja”, indica.
En esa misma línea, Leidy y Romina tiene algunos tips:
- Informarnos sobre nuestro cuerpo, saber cuáles son los prejuicios que traen. “Primero debemos sacarnos esa mochila”, agrega Romina.
- Sentir placer es válido, está bien, no es un pecado tocarse, tampoco tener un orgasmo. Nos merecemos sentir placer. “Antes de trabajar el cuerpo, debemos trabajar la mente, el orgasmo viene de excitar primero a la mente, quitándonos las culpas”, agrega Romina.
- Dejar de pensar que solo el placer se siente en la genitalidad. Primero debes darte cuenta de los placeres desde los cinco sentidos. Al comer un chocolate, al elegir el olor de una vela, al escuchar sonidos, al mirarnos totalmente desnudas. Luego tocar cada parte de nuestro cuerpo e identificar qué zonas son más y menos sensibles. Jugar con las uñas, con texturas.
- Conectar con los sentidos, sentir nuestro cuerpo, nos llevará a fluir y concentrarnos en el placer. Eso lleva inevitablemente, junto con una estimulación directa del clítoris, a tener un orgasmo; a sentir cada vez más placer. “La lectura erótica es muy potente”, señala Romina.
Manejar las expectativas
“Si tengo la mente llena de prejuicios, y uno de ellos es tener orgasmos siempre, no voy a poder conectar con mi sexualidad. Mi cuerpo no va a responder como yo quiero que lo haga. Sí, el orgasmo es el nivel máximo de placer, es saludable, es muy bueno para la salud, pero no todas las relaciones sexuales deben tener orgasmos. Es como ir a un restaurante que te gusta, hay días donde la pasas tan, pero tan bien que no quieres postre y sales feliz, pero hay otros donde quieres el postre para cerrar. Eso no quiere decir que una experiencia sea mejor que la otra”, insta Romina.
Romina también apunta que en muchos casos el despertar sexual puede tomar mucho tiempo, al igual que no hay una edad límite para despertar la sexualidad femenina: “Llegar cargada de muchas creencias que no te permite disfrutar de tus relaciones sexuales no significa la muerte, en cualquier momento podemos trabajar en nuestro placer”.
¿Y el uso de juguetes sexuales? “Nunca lo recomiendo hasta que tú conectes contigo misma, con lo que es real, tu velocidad, tu temperatura. Luego de eso si lo recomiendo para explorar otros placeres, para sumar más a la experiencia; pero hay que saber cuándo incluirlo en tu vida”, cierra Romina.
Por Carlos Diego Ibáñez
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