- Las anginas o amígdalas funcionan como una primera línea de defensa del sistema inmune. Especialmente, porque ayudan a la memoria inmunológica y tienen un papel especial contra el ataque de patógenos gracias a su posición entre la boca y la nariz. Por ello, su papel es especialmente importante durante los primeros años de vida.
- Entre los problemas más comunes que llevan a optar por la amigdalectomía, es decir, la cirugía para quitar las anginas, están las amigdalitis con supuración debido a una gran infección respiratoria. Además, las amígdalas pueden tener un tamaño mayor del esperado lo que supone problemas para respirar y tragar.
- Si se tiene una correcta nutrición, salud mental y el calendario de vacunación completo es posible extraer las amígdalas si fuera necesario. Las investigaciones muestran que al término de la niñez esta intervención no tiene efectos reductores del sistema inmune.
Quizá las relaciones con las amigdalitis o también te suenen porque son comúnmente extirpadas quirúrgicamente en la niñez, sin embargo, las amígdalas o anginas son una pieza fundamental del sistema inmune. Especialmente tienen un papel destacado en cómo se forman las defensas contra los patógenos durante la niñez. En este artículo exploraremos qué son estas estructuras, sus funciones principales y por qué, aunque las retiren en algunas personas, son importantes para la salud.
El sistema inmune y sus múltiples recursos
El sistema inmune corresponde a un conjunto complejo de células y algunas estructuras, que se encargan de mantener a raya a aquellas células que se tornan problemáticas para el cuerpo, como las cancerígenas o que tienen algún fallo. Sin embargo, la función más reconocida es su defensa contra los patógenos (aunque en algunas ocasiones se equivoque produciendo alergia).
Las estructuras que posee se especializan para madurar y ‘acuartelar’ a los glóbulos blancos. Estos son compartidos con el sistema linfático. Este último es un sistema paralelo al circulatorio, que permite, a través de la linfa, movilizar células inmunes y apoyar en el equilibrio químico y molecular de la sangre. Así, cuando nos vacunamos generalmente es en las amígdalas, timo, bazo y otros ganglios donde se creará la memoria inmune.
Hablando de las amígdalas, como puedes darte cuenta son parte del sistema inmune. Y se ubican en tres zonas diferentes:
- Las palatinas, que se observan directamente al abrir la boca, se ubican a ambos lados de la garganta.
- Las faríngeas son encontradas en el conducto entre la nariz y la garganta. Se conocen comúnmente como adenoides.
- Las linguales se encuentran en la base de la lengua muy cercano a la epiglotis (estructura que se mueve para dar paso al aire o a los alimentos y así ‘no se vayan por el camino equivocado’)
Funciones y dificultades
Estos órganos linfáticos están formados por una gran número de células inmunes diferentes con el fin de que participen en distintas etapas de las defensas contra los patógenos. Su ubicación estratégica le permite ‘conocer’ a todo aquello que pase por la garganta y la nariz. Y a su vez, y es la razón de que se inflaman durante una infección, son una primera línea de protección cuando hay patógenos que quieren atacar. Veamos sus funciones en mayor profundidad:
- Defensa inmunológica: La principal función de las amígdalas es producir anticuerpos en la posición estratégica que es la nariz y garganta. De esa manera al entrar al cuerpo virus y bacterias estos son marcados para ser atacados en la garganta, bronquios y algunas veces en las propias amígdalas.
- Regulación inmune: Existen investigaciones que le apuntan un rol a las amígdalas en la regulación del sistema inmune para que no produzca alergias a elementos comunes en la vida de la persona.
- Entrenamiento inmune: Una función vital es que contribuyen en la memoria inmunológica. Es decir, cuando el cuerpo es expuesto a un patógeno por primera vez, las amígdalas, por las células que posee, registran esa información y así, en la próxima vez que se lo encuentre la respuesta será rápida y eficaz.
¿Sacar las amígdalas?
Como te lo hemos contado en otras ocasiones, es común que durante la infancia se extraigan quirúrgicamente las diversas amígdalas por algunas complicaciones que puede presentar este órgano:
- Absceso periamigdalino: Es una complicación de la amigdalitis, generalmente por una infección viral o, especialmente, por una bacteriana. Si esto se repite continuamente, debido al dolor intenso que supone, la dificultad para tragar así como la fiebre, se decide extirpar con una amigdalectomía.
- Hipertrofia amigdalar: En muchas personas las amígdalas pueden crecer más de lo esperado, o asociado a su estructura corporal. Aunque en muchos casos no causa síntomas significativos, es posible que afecte a la respiración (especialmente al dormir) y al tragar (acentuado durante la amigdalitis). Lo anterior puede ser otra razón para optar por una amigdalectomía.
- Cálculos amigdalinos: Profundizado en un artículo reciente, supone la aparición de ‘piedritas’ blanquecinas entre los pliegues de la amígdala. Se forman por acumulación de alimentos, células muertas, saliva y bacterias. Es recomendable no retirarlos en casa, principalmente por el peligro de que sangre o infectarse.
En conjunto, podemos ver la importancia en la primera infancia para desarrollar y mejorar el sistema inmune. Aunque pueden ser un gran problema en una amigdalitis, es importante entender su función y evaluar el momento idóneo de extirpación junto al profesional de la salud. Esto porque las investigaciones no muestran un efecto a largo plazo en el sistema inmune si se realiza al término de la niñez. Eso sí, no nos debemos olvidar de una buena nutrición, salud mental y el calendario completo de la vacunación.
Por Carlos Diego Ibáñez
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