Desde la época del propio Dr. Alois Alzheimer, dos proteínas (beta-amiloide (Aβ) y tau) se han convertido en el equivalente de la enfermedad de Alzheimer.
En un gran estudio patológico con imágenes clínicas, los científicos de Mayo Clinic demostraron que una tercera proteína, la TDP-43, desempeña una función principal en la patología de la enfermedad de Alzheimer. De hecho, las personas cuyos cerebros mostraron resultados positivos a la TDP tenían una probabilidad diez veces mayor de sufrir deterioro cognitivo al morir que quienes carecían la proteína, lo que demuestra que la proteína TDP-43 es capaz de predominar sobre lo que se ha denominado envejecimiento cerebral resistente.
Se estudiaron los cerebros de 342 pacientes fallecidos, en quienes se había confirmado patológicamente la enfermedad de Alzheimer, y los dividieron en dos grupos, en base a la presencia o ausencia de la proteína TDP-43. Se descubrió la proteína en 195 de los casos, correspondiente a 57 por ciento.
“En las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, cuando la patología es menos grave, se observó fuerte vinculación entre la presencia de la proteína TDP-43 y el deterioro cognitivo. Por lo tanto, parece que la proteína TDP-43 desempeña una función importante en las características cognitivas e imágenes neurológicas vinculadas a la enfermedad de Alzheimer”, comenta el neurólogo Dr. Keith Josephs.
El estudio también descubrió que los pacientes con más deterioro cognitivo y atrofia del lóbulo temporal medio al momento de su muerte tenían mayor carga de la proteína TDP-43 y ésta se encontraba presente en más regiones cerebrales.
“Nuestros hallazgos plantean que para padecer la enfermedad de Alzheimer y ser cognitivamente resistente, la proteína TDP-43 debe estar ausente, por lo que se la podría considerar un objetivo contra el que potencialmente apuntarían las terapias futuras para la enfermedad de Alzheimer, explica el Dr. Josephs.
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