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Ayudar a los niños a sentirse cómodos con ellos mismos y, a la vez, que puedan tener equilibrio en sus vidas es muy importante, principalmente tras la pandemia ya que es muy difícil trabajar los efectos que dejó. Hace unos días hablamos de cómo lidiar con los berrinches en nuestros hijos, algo en lo que el mindfulness también puede echarnos una mano. ¿Cómo podemos ponerlo en práctica? Hablamos con la coach y profesora, Katherine Subiabre Carrasco, que nos dará algunas claves que podrán ayudarte a ti y tus hijos. ¡A vivir el ahora!

¿Qué es el mindfulness?

La también creadora del espacio terapéutico Awkaterapias, define el mindfulness como “una forma de vida que invita a estar más conectados con el presente. Nuestra mente nos juega malas pasadas y nos desconecta de lo realmente importante, no nos permite disfrutar lo que sí podemos vivir: el ahora. El mindfulness busca entrenar la habilidad de estar concentrados en el presente de forma consciente y de ese modo disfrutar la vida”. 

Con esta práctica podemos reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando la experiencia tal cual se está dando. Una muy interesante forma de lidiar con situaciones estresantes. 

Una vía para conectar

Esta técnica lleva siendo practicada desde los inicios de las tradiciones budistas, hace más de 2500 años. La mayoría de las veces, lo que se busca es lograr el mindfulness mediante la meditación, pero existen muchas otras formas en donde podemos conectar con el presente:

  • Bailar
  • Dar paseos
  • Imaginarnos en otro lugar
  • Realizar actividades al aire libre
  • Comer

“Lo importante es encontrar dentro de nosotros un profundo estado de conciencia durante la sesión – comentan desde el instituto europeo de psicología positiva-. Que nuestra mente se relaje y no elabore juicios de nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos”.

La prestigiosa revista JAMA Psychiatry publicó hace unas semanas una investigación donde muestran que la reducción del estrés, por medio del mindfulness, puede ser bastante efectiva contra desordenes de ansiedad.   

Los niños y reconocer el ahora

Katherine comenta la dificultad que tienen los niños en todas sus etapas para conectar con el ahora y que además la cantidad de estímulos que reciben en todo momento es enorme: “Al estar viendo la televisión o sus teléfonos y tabletas parece como que su mente y cuerpo están totalmente desconectados; hay una disociación, su cerebro está procesando lo que ven, pero su cuerpo se apaga”.  

Lo complejo, para esta experta en mindfulness, es que estos estímulos no son vivencias del presente “no son parte de una realidad de los niños, los hace desconectar de su vida real”. En los momentos sin estos estímulos los niños se sienten aburridos muy fácilmente, pero estar aburridos es algo natural en los seres humanos. “Los niños no se sienten cómodos con esa sensación”.

Al respecto, una investigación publicada en la revista Science mostró que más del 60% de las personas prefieren ser electrocutadas que estar solas con sus pensamientos. 

Prácticas con los niños

Ayudar a los niños a vivir el presente y disfrutar de su vida real requiere de un trabajo en conjunto con sus padres/cuidadores. Además, “les funciona como un as bajo la manga”, menciona la experta. Así pueden comenzar a regular y conocer sus emociones desde muy temprano en su vida, construir la inteligencia emocional.

¿Cómo ponerlo en práctica? Katherine nos entrega algunas claves:

  • Al sentirse aburridos podemos hacerle ver a los niños que están respirando. Decirle a un niño que sea consciente de su respiración, les hace sentir calma y así logran liberar esa ansiedad que están sintiendo. También les ayuda a reconectar la mente con el cuerpo, una vez que estuvieron mucho tiempo en el mundo digital. La respiración del cohete es muy entretenida para trabajar con los niños. Puedes verla acá.
  • Los adultos deben ser consecuentes con lo que hacen. Si los niños ven que sus cuidadores son menos reactivos, los niños aprenden de eso. Ven que ellos también deben autorregularse y hacerse cargo de ellos mismos.
  • Al comer podemos trabajar el sentirnos presentes. Si comemos todos juntos, sin pantallas y poniendo todo nuestro foco en el momento y sus sensaciones, vamos a experimentar una satisfacción real. “Es más, con esta práctica te das cuenta de que ya estás lleno y tu relación con la comida mejora muchísimo”. Esto puede ayudar a disfrutar de comidas caseras, donde diversos ingredientes naturales componen un plato.
  • Parar a escuchar nuestro alrededor, darnos cuenta desde nuestra ventana que sonidos hay: pajaritos, los autos, quizá gente de otras casas hablando. Lo mismo se puede dar en un paseo a cualquier lugar, que no sea solo ir de punto A a punto B, que el objetivo también sea el viaje.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / Evgeny Atamanenko

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