- Es importante que los testículos se encuentren sanos y que tengan un desarrollo normal. Para eso, los padres deben estar atentos a señales de advertencia como cambios de tamaño, forma, dolor o bultos, ya que pueden ser indicios de un problema de salud.
- Durante la infancia y la adolescencia, los testículos pueden experimentar diversas enfermedades comunes. Tales como torción testicular, inflamación de las venas, infecciones o acumulación de líquidos. Es importante estar atentos a cambios.
- En caso de un golpe testicular es importante recordar que el dolor muchas veces no se asocia con un daño grave. Se debe evaluar si hay hinchazón o moretones. En caso que el dolor sea intenso o exista algún daño es imprescindible acudir a urgencias.
Ser padres es una experiencia transformadora llena de alegrías y desafíos, y entre estos se encuentra la preocupación por la salud de los testículos de tu hijo. Estos órganos son fundamentales en el desarrollo masculino. Debido a que toma tiempo que los testículos desciendan al nacer, puede ser motivo de preocupación para muchos padres, y aunque hablar de este tema puede ser incómodo, es crucial comprender qué es normal y qué no. A continuación te presentamos información sobre algunas enfermedades comunes y cómo debes manejar una situación de emergencia.
La salud testicular
Los testículos son la versión masculina de los ovarios. Son responsables de producir hormonas como la testosterona y desarrollar los espermatozoides. Los testículos son muy sensibles a la temperatura, lo que explica que se encuentren fuera del cuerpo, protegidos por el escroto. Este último es capaz de mover los testículos y cambiar su grosor según las necesidades para mantener la temperatura adecuada. Aprender a cuidar y conocer esta parte del cuerpo es esencial para prevenir problemas de salud en el futuro.
¿Qué observar en tus hijos?, veamos:
- Desarrollo normal: Desde el nacimiento hasta aproximadamente los seis meses, los testículos descienden desde el abdomen, a la altura de los riñones, hasta el escroto. Cada uno puede hacerlo en momentos diferentes y es totalmente normal. Si notas que uno o ambos testículos no se han movido o no están en el escroto durante este tiempo, consulta con un pediatra, ya que podría tratarse de criptorquidia.
- Tamaño y forma: Observa regularmente si hay cambios inusuales en el tamaño y la forma de los testículos. Un aumento repentino o una diferencia notable entre ambos puede requerir la revisión de un profesional.
- Dolor o sensibilidad: Este es uno de los principales motivos de atención para los padres. Tener dolor o sensibilidad puede ser síntoma de diversas condiciones como una infección o tener una torsión testicular.
- Protuberancias o Hinchazón: Puedes palpar suavemente los testículos para asegurarte de que no haya protuberancias o hinchazón. Este momento también puede servir para enseñar a tu hijo sobre la importancia de la auto revisión corporal y el consentimiento. La presencia de algún bulto o hinchazón puede estar indicando una infección, problemas anatómicos o, en raros casos, tumores.
Enfermedades comunes
Aunque es importante a lo largo de la vida tener cuidado con los testículos, durante la infancia y adolescencia es posible que ocurran algunas enfermedades comunes lo que exige estar siempre observando algún cambio. Algunas de estas pueden ser:
- Criptorquidia: Si uno u ambos testículos no descienden se pueden tener problemas de fertilidad y aumentar el riesgo de padecer cáncer testicular. En algunos casos requerirá de una cirugía.
- Orquitis: Es una infección testicular causada por una bacteria o virus. Es común que suceda durante las paperas. También puede ocurrir por una herida escrotal profunda o no tratada. Además del testículo, el epidídimo, una estructura que almacena los espermatozoides que se encuentra pegado a los testículos, también puede infectarse y tener hinchazón.
- Hidrocele: Se trata de la acumulación de líquido dentro del escroto. Es común en los recién nacidos y generalmente desaparece por si sola, aunque si persiste, puede requerir cirugía.
- Torción testicular: Es frecuente al inicio de la pubertad y ocurre cuando se tuerce el conducto que une el testículo al cuerpo, cortándose el suministro de sangre. Una torsión completa es una emergencia médica que requiere cirugía inmediata. Las torsiones parciales también deben ser evaluadas y tratadas rápidamente.
- Varicocele: Conocido como “várices testiculares” debido a que supone un aumento del tamaño de las venas que conectan al testículo y los del escroto. Este problema, que suele comenzar en la pubertad, puede ser doloroso y afectar a la regulación térmica de los testículos. Aunque no es una emergencia, usualmente se corrige con cirugía.
¿Qué hacer en caso de golpes?
Los golpes en los testículos pueden ser muy dolorosos, pero a menudo no causas daños graves. Aquí te indicamos que hacer en caso de que tu hijo reciba un golpe en los testículos:
- Evaluar el daño: Tras calmar a tu hijo, explícale que el dolor al golpearse es normal. Evalúa si hay hinchazón o la presencia de moretones. Si hay una herida o el dolor persistente no desaparece luego de un tiempo, visita al pediatra cuanto antes.
- Reposo y hielo: Pídele a tu hijo que se recueste por media hora. Si hay hinchazón en el escroto, aplica paños fríos o hielo envuelto en tela, nunca directamente sobre la piel, ya que esto podría causar daño o aumentar el dolor.
- Consultar con el médico: Si el dolor es demasiado intenso, persiste por más de una hora, hay hinchazón que proviene del testículo, o tu hijo tiene nauseas, es crucial buscar atención médica de inmediato.
Por Carlos Diego Ibáñez
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