Seguramente has escuchado hablar acerca de los posibles efectos negativos que tienen los dispositivos móviles y las ondas de WiFi para la salud. Si estás embarazada, no dejes de leer este artículo acerca del efecto de la tecnología en el cerebro del feto en desarrollo. Hay estudios que sugieren la posible asociación con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).
Vivimos en un mundo en el que, es casi imposible escapar de la tecnología ya sea a través de los teléfonos inteligentes, las tabletas, las computadoras o de otros dispositivos que, por lo general, trabajan con ondas WiFi.
Al respecto, se ha dicho que la exposición constante a estos dispositivos puede tener efectos negativos para la salud, y recientemente, se advierte sobre la posibilidad de que podría afectar a los cerebros en desarrollo.
A pesar de que aún no se cuenta con evidencias científicas suficientes para probar que las ondas WiFi aumenten el riesgo del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), unas organizaciones sin fines de lucro como The BabySafe Project y Grassroots Environmental Education han lanzado una campaña con la tónica de “es mejor prevenir que curar” para que las mujeres embarazadas reduzcan la exposición del feto a las supuestas ondas perjudiciales que emiten los dispositivos inalámbricos.
Si bien muchos especialistas encuentran inofensivo el hecho de advertir a las embarazadas que sería bueno poner distancia entre los dispositivos y sus barrigas, otros no están de acuerdo con que se siembre el miedo entre las futuras madres sin antes contar con suficiente evidencia de que en efecto, el feto en desarrollo puede resultar perjudicado.
De cualquier modo es una encrucijada, pues por razones éticas no se puede probar en humanos si en realidad estos dispositivos afectan el cerebro del feto en desarrollo. Por supuesto, nadie va a instalar un dispositivo en ninguna mujer embarazada para probarlo.
Sin embargo, existen estudios realizados en ratones que demuestran que la exposición a las ondas erráticas del WiFi, puede interferir con el desarrollo neurológico de los fetos. Hugh Taylor, médico y jefe del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductivas en el hospital de Yale en New Haven, Estados Unidos, presentó evidencia de los efectos de la radiación de los celulares en 33 ratones en estado de embarazo.
En concreto, el estudio publicado en la revista Scientific Reports en 2012, demostró que la exposición continua al celular (en llamadas activas) durante hasta 17 días en el período gestacional tenía una relación directa con la disminución de la memoria y el incremento de la hiperactividad en los ratones, en comparación con aquellos que no fueron expuestos a las ondas emitidas por el celular.
El autor del estudio aclaró que si bien los ratones no sufren de TDAH per se, sí se demostró una relación causa-efecto y aclaró que no se sabe si estos mismos resultados se presenten en humanos.
Pero ¿cómo puede el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) ser causado por las ondas que emiten los celulares y otros dispositivos inalámbricos? La teoría que se maneja indica que la interferencia en el desarrollo neurológico del feto, desencadena este trastorno. Al respecto, un estudio realizado por unos investigadores de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) le preguntó a unas madres del Danish National Birth Cohort, un organismo danés especializado en trabajar por una mejorar la salud de las madres y los bebés, acerca del uso del celular durante el embarazo y sobre el comportamiento de los bebés años después.
Encontraron que los hijos de aquellas madres que admitieron usar mucho su teléfono celular durante la gestación, tenían más probabilidades de tener un niño con TDAH en comparación con las madres que dijeron no usar el teléfono celular excesivamente.
Por eso, no existe evidencia sólida para dar una recomendación definitiva ya que el estudio danés es el único que ha involucrado a humanos (los demás fueron hechos en animales) y sin duda alguna se requiere más investigación.
De cualquier modo, “por si acaso”, podrías limitar tu exposición al uso de celulares hablando por teléfono con tus auriculares puestos y evitando tener el celular cerca de tu cuerpo, o pegado a él. Tampoco se recomienda que lo pongas cerca de tu cama (procura dejarlo por lo menos a un metro de distancia).
Si tienes dudas o preguntas sobre este tema, consulta con tu médico.
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