- El concepto del parto respetado es hacer partícipe a la madre en todas las decisiones que se tomen, así como saber todo lo que está sucediendo con su cuerpo y su bebé.
- Se deben considerar ciertos puntos clave como priorizar el parto vaginal por sobre la cesárea y reducir las intervenciones médicas y farmacológicas innecesarias.
- Los beneficios de un parto respetado son muchos, principalmente en el desarrollo del bebé, reduce la depresión postparto de la madre y mejora su experiencia general.
El parto debe ser un momento muy feliz. Sin embargo, para muchas familias ese momento está lejos de ser un buen recuerdo: principalmente porque quizá sucedió sin que entendieran bien lo que estaba pasando. La semana del parto respetado busca mostrar que hay otro camino; uno donde las necesidades de todos los integrantes son consideradas para lograr, de la mejor manera, ese primer encuentro entre mamá e hijo.
¿Cómo se diferencia de un parto estándar?
“La clave está en la consideración que se tiene con las usuarias y pacientes: la medicina ya ha dejado de ser esa donde el médico era quien tenía la última palabra. Ahora nos centramos en lo que la usuaria quiera y también en lo que es mejor para el bebé. Para ello debemos volver a las raíces, alejarnos un poco de la tecnología para centrarnos en lo que está sucediendo. El embarazo no es una enfermedad, solo una condición fisiológica”, apunta a Vida y Salud, el Dr. Sebastián Lavanderos, ginecólogo y obstetra, docente de la Universidad Diego Portales en Chile y coautor de un artículo de revisión sobre recomendaciones en un parto respetado.
Además, Dra. Susana Bueno, ginecoobstetra colombiana, quien desde las redes sociales y en su consulta ha podido ser una referente en el parto respetado, agrega, en conversaciones con Vida y Salud, que “en un parto respetado se puede confiar en la capacidad integral de la mujer para poder parir. Ellas de por sí han tenido siempre la capacidad corporal de estar listas para recibir a su bebé. Por eso debemos reservar las intervenciones médicas solo cuando sean absolutamente necesarias”. Ambos profesionales insisten que no es dejar a los avances y a los profesionales médicos excluidos, sino que su intervención se ajuste a lo necesario, es decir, que intervengan en caso de que lo demás falle, ya que la medicina sí salva vidas.
Dentro de las intervenciones que deberían ser reducidas podemos encontrar:
- Cesárea: En Latinoamérica 4 de cada 10 partos se producen por cesárea, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que debería ser solo 1 de cada 10. En palabras del Dr. Lavanderos “esta es una cirugía mayor que se hace bajo anestesia, en un quirófano, además está diseñada para salvar la vida del recién nacido cuando no es posible un parto vaginal”. Por ello, hay que pensar en el ambiente donde ocurre el parto. Si no es necesario que haya una cirugía se puede adaptar a los requerimientos de la madre.
- Episiotomía: En los partos vaginales se realiza un corte en la vulva para que sea más fácil la salida del bebé. “Desde los años 20 se acumuló evidencia que ayudaba a reducir la incontinencia urinaria y el prolapso, pero ahora ya no pensamos que sea tan cierto, por eso debería ser usado solo en casos específicos”, continúa el Dr. Sebastián.
- Ambiente y posición: “En muchos casos las mujeres no tienen acceso a una libertad de movimiento, a elegir si los acompañan o no, además de no poder tomar líquidos [como las aguas de hierbas propias de algunas culturas] o elegir su posición de parto, eso les afecta enormemente”, señala la Dra. Bueno.
- Tratamiento del bebé al nacer: “Lo normal -consigna el doctor- es limpiar el bebé, aplicarle algunas vitaminas, un colirio en los ojos para evitar infecciones y vestirlo; todo en una cuna”. “Si este proceso se pudiera realizar en el pecho de su madre, que hace una gran diferencia y no requiere mucho esfuerzo extra, sería ideal”, apunta la doctora.
Además de lo anterior se debe considerar a la mujer y sus preferencias para tomar decisiones sobre el adecuado manejo del dolor, sobre romper la bolsa amniótica para acelerar el parto, sobre rasurar sin razón alguna, al igual que uso de enemas, entre otros. No se trata de saber más que el médico, es sentirse respetada en un momento tan importante, sabiendo el porqué de los procedimientos.
Efectos reales del parto respetado
- “Nacer por cesárea afecta al bebé en términos de la maduración de su sistema inmunológico, a nivel emocional y al desarrollo del niño. En las mujeres también tiene riesgos a nivel físico y a nivel emocional; la recuperación es mayor y la propensión a sufrir depresión post parto es significativa”, apunta la Dra. Bueno.
- “El momento en que se pinza [corta] el cordón umbilical hace la diferencia también -nos señala el Dr. Lavanderos-, si se hace muy pronto, tendrá impacto en sus reservas de hierro. Por ello se recomienda que se espere un minuto, o cuando éste deje de latir. Esto ya es una sencilla diferencia hacia un parto respetado”.
- “El apego precoz, buscar el pecho de la madre lo antes posible para que amamante, es clave para que se vaya adaptando a la vida fuera del útero”, añade la Dra. Bueno.
Todo lo mencionado previamente, es parte de lo llamado ‘violencia obstétrica’, que considera todas las prácticas de género contrarias a los derechos humanos durante la gestación; principalmente porque muchas veces se accede a la madre sin su consentimiento. “Si una mujer decide mantenerse en las prácticas actuales, que sean porque sabe lo que significa y los beneficios de tener un parto respetado que sea idealmente vaginal”, cierra la Dra. Bueno.
Por Carlos Diego Ibáñez
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