Vivimos en la era de la información y, cada minuto, generamos millones de datos. Uno de los mayores retos de la tecnología es gestionarlos y tratarlos, de manera que sean útiles al personal sanitario, a los gestores y a los pacientes. Herramientas como la hiperautomatización de procesos, la inteligencia artificial o el blockchain pueden mejorar la atención médica, pero respetando siempre la confidencialidad de los datos.
“Un médico puede estar dando clase en una universidad por la mañana, luego acude a su oficina en el hospital, visita a los pacientes en la consulta y, por la tarde, opera en el quirófano: trabaja en varios entornos híbridos de trabajo y el objetivo es facilitar y flexibilizar la transferencia de información entre un espacio y otro. Así, puede explicar un caso en sus clases, luego discutirlo por videoconferencia y presencialmente con otros profesionales sanitarios, preparar la cirugía y mostrarle los resultados al paciente”, explica Anna Vázquez, directora de Servicios y Soluciones Digitales de Ricoh España.
En su opinión, agilizar estos procesos en el entorno sanitario facilitaría una mejor atención a los pacientes. Como recuerda, “todos hemos ido al médico a una consulta, y le vemos más atento de introducir la información en la computadora que de estar atento a nuestro problema. Automatizar procesos permite eliminar tareas repetitivas -como introducir datos en el sistema- y, posteriormente, aplicar la inteligencia artificial y simplificar. Todo lo que se puede automatizar, se va a automatizar y la tecnología, al alcance de todos y de manera sencilla, va a permitir humanizar el trato con los pacientes”.
Contra la brecha digital
Uno de los grandes retos es la denominada brecha digital: no todo el mundo tiene acceso a la tecnología, a una conexión a internet (por ejemplo, en muchas zonas rurales) o tiene dificultades para actualizarse, como algunas personas mayores. Para Vázquez, la tecnología “debe desmitificarse, pero esta brecha es evidente y debe cerrarse: humanizar también es entender a la persona que tenemos delante”.
Proteger los datos
La protección y la seguridad de los datos personales del paciente es otro de los aspectos fundamentales, por lo que se extreman las medidas para que nadie que no esté autorizado tenga acceso a ellos. “Por este motivo es vital la ética en la integración de las tecnologías y la ciberseguridad”, recalca.
Integrar la inteligencia artificial
La evolución vertiginosa de la inteligencia artificial también es objeto de debate. Desde su punto de vista, debe integrarse “de una manera responsable para nuestro beneficio. La tecnología no se puede frenar, como no se han frenado otras tecnologías. Más que inteligencia artificial, lo que estamos viviendo es un procesamiento de datos a una velocidad que jamás imaginamos. Pero son las personas las que aportan el contexto de los temas que se trabajan: se puede pedir a una máquina que realice una interpretación, pero es la persona que toma la decisión, basada en el contexto. Y, como reitero, queda pendiente la integración”.
Incorporar blockchain
Otro concepto que gana cada vez más peso es el blockchain, que es una estructura matemática para almacenar datos, en forma de bloques, de modo que es casi imposible de falsificar. Para la experta, “va a estar presente en los procesos, pero debemos determinar cómo debe estar y a qué velocidad, como ha sucedido con el internet 5G”.
Complementar a los robots
En cuanto a la robotización en salud, señala que “siempre tiene un límite a la hora de automatizar tareas repetitivas. La clave es complementar la robotización con otras tecnologías. Y el siguiente paso es aportar inteligencia o conexión a diversas plataformas a la robotización”.
Por Javier Granda Revilla
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