La tendencia en los Estados Unidos y en otros muchos países es que las mujeres sean madres cada vez más tarde, superando ya los 30 años de edad, de media. Por este motivo, es fundamental que se conozca el concepto de reserva ovárica, que es el número de óvulos que tiene una mujer en los ovarios en un momento determinado. Se mide mediante dos marcadores:
- El recuento de folículos antrales: consiste en la realización de una ecografía ginecológica para comprobar el aspecto del ovario y contar el número de folículos que hay, que son los que contienen los óvulos inmaduros. Es un método que no causa dolor y no es invasivo.
- La hormona antimulleriana: se mide con un análisis de sangre. Como permite estimar de manera muy fiable la reserva ovárica, comienza a incorporarse en algunos programas de atención a la mujer para intentar detectar cuanto antes si es baja.
“La reserva ovárica no se puede aumentar, viene predeterminada por la genética desde que la mujer nace”, explica la Dra. Silvia Iniesta, jefa de la sección de Reproducción del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Pero, como añade, “sí hay determinados factores que pueden favorecer que el número de los ovocitos -que son los óvulos en la fase más temprana- vayan disminuyendo. Cuando la mujer nace, tiene casi un millón de ovocitos, que van disminuyendo según avanza la edad. Es algo normal y no puede hacerse nada para aumentar su número”.
Además de la edad, el número de óvulos puede disminuir por:
- Enfermedades como la endometriosis
- Cirugías en la zona de los ovarios
- Algunas enfermedades genéticas
- Radioterapia en la pelvis
- Quimioterapia y otros tratamientos oncológicos
“Otros factores poco saludables, como realizar poca actividad física o el consumo de tabaco y alcohol, son modificables y permiten mejorar la calidad de los ovarios, porque no todo es el número: importa mucho la calidad”, subraya la Dra. Iniesta.
En cuanto a los aspectos psicológicos, no influyen en cuanto a aumentar o disminuir el número de folículos. Pero el estrés si puede causar que no se ovule o que los periodos menstruales sean más largos.
“A partir de los 30-35 años, la reserva ovárica disminuye en todas las mujeres de una manera totalmente fisiológica. Es algo absolutamente normal, no es nada malo. Y no debe olvidarse que no solo nos debemos basar en la hormona antimulleriana: mide la reserva ovárica, pero no indica ni la calidad de los ovocitos ni del valor pronóstico de cara a la gestación”, resume la experta.
Por Javier Granda Revilla
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