En términos generales, tanto el agua del grifo (de la llave) como la embotellada pueden ser utilizadas en la preparación de la fórmula infantil. Para aliviar tus preocupaciones sobre el uso de una u otra, piensa en lo siguiente:
- Cuando utilizas el agua fría del grifo, hiérvela durante uno o dos minutos, o como te lo indica la etiqueta de la fórmula infantil, y deja que se enfríe antes de mezclarla con la fórmula (esto también se aplica al uso del agua embotellada).
- Si usas agua de la llave, déjala correr durante unos minutos si no has utilizado el grifo durante varias horas – esto ayuda a reducir la cantidad de plomo y contaminantes. Procede a hervirla y déjala enfriar.
- Si utilizas agua del grifo, ponte en contacto con tu servicio local de agua para comprobar el nivel de fluoruro que contiene. El uso constante del agua con fluoruro puede provocar fluorosis – un problema cosmético que crea manchas o rayas blancas tanto en tanto los dientes de leche como en los permanentes. Ten en cuenta que al hervir el agua con altos niveles de flúor lo concentra. En este caso el uso del agua embotellada destilada es una buena alternativa.
- Puedes reducir la exposición de su bebé al fluoruro usando la fórmula que ya viene preparada.
- Por último, también puedes considerar alternar de vez en cuando entre el agua de la llave y el agua no fluorada (destilada, purificada o desionizada) en la preparación de la fórmula de su bebé. Una cierta cantidad de flúor durante la infancia es buena ya que ayuda a prevenir la caries dental.
Por supuesto que tu pediatra siempre puede recomendarte cuál agua debes usar para preparar la fórmula de tu bebé.
Y recuerda que, si viajas al extranjero, en algunos países es necesario tener cuidado con el agua del grifo.
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