¿Qué es un aborto espontáneo y la diferencia con un aborto provocado?

Es una pena que tanto la pérdida natural de un bebé como la decisión de terminar un embarazo se denominen “abortos”, porque son dos cosas diferentes. La confusión entre ellas está causando problemas con la legislación en contra del aborto e incluso, en ciertos países como El Salvador y ciertos estados como Oklahoma y Arkansas, la cárcel para algunas madres que ya están sufriendo por la pérdida de un hijo deseado. El aborto espontáneo es la causa más común de la pérdida de un bebé durante un embarazo antes de las 20 semanas de gestación. El Colegio Americano de Ginecoobstetras (ACOG) estima que cerca del 26% de todos los embarazos terminan en abortos espontáneos y 10% de los embarazos clínicos reconocidos. En esta columna aprenderás las causas de los abortos espontáneos, el riesgo de padecerlo, sus síntomas, su tratamiento, posibles complicaciones y más.

¿Qué es un aborto espontáneo?

Quiero empezar por especificar que aborto significa la terminación de un embarazo. Esto puede ocurrir con una intervención médica como con medicinas o un procedimiento quirúrgico.

Pero un aborto espontáneo se refiere, como mencioné previamente, a la pérdida de un embarazo antes de la semana 20 de embarazo o a la expulsión de un embrión o feto que pesa 500 g o menos. Un aborto espontáneo en esta etapa ocurre en el 31% de los embarazos y ocurre naturalmente.

Menos del 5% de los abortos espontáneos suceden después de la semana 20 del embarazo. El porcentaje de abortos espontáneos posiblemente es más elevado si se consideran los que suceden poco después de la implantación. En ese momento la mujer podría ni siquiera darse cuenta de que está embarazada porque el sangrado sucede alrededor del tiempo de su periodo menstrual. Esto se llama embarazo químico.

Aunque los abortos espontáneos son muy frecuentes, no dejan de ser difíciles emocionalmente. Es normal experimentar tristeza y una sensación de pérdida. Habitualmente no tienen nada que ver con lo que la mujer hace.

¿Cuáles son los síntomas de un aborto espontáneo?

Los síntomas más comunes del aborto espontáneo incluyen:

Sangrado que progresa de ligero a severo. Podrías pasar tejido grisáceo o coágulos.
Calambres y dolor abdominal (generalmente más fuertes que durante la menstruación)
Dolor bajo de espalda de ligero a severo
Disminución en los síntomas de embarazo

Si notas estos síntomas debes consultar con tu médico.

¿Cuáles son las causas de un aborto espontáneo?

Anormalidades en los cromosomas. Estas están presentes en el 70% de la pérdida de los embarazos antes de las 20 semanas.
Desequilibrios hormonales
Anormalidades anatómicas en la mujer (fibromas en el útero, pólipos en el endometrio, adhesiones en el útero o una división o septum en el útero)
Trauma (lesiones penetrantes, heridas de bala, violencia doméstica)

Factores de riesgo para que ocurra un aborto espontáneo:

Edad materna mayor de 35 años
Condiciones médicas como: antecedentes de abortos espontáneos previos, obesidad, alteraciones endócrinas, desequilibrio hormonal, diabetes, enfermedad de la tiroides, enfermedades serias del riñón, enfermedades del sistema inmunológico, infecciones, estrés agudo y crónico, embarazo con DIU colocado, trombofilias heredadas.
Algunas medicinas o el uso de sustancias como: algunos antiinflamatorios no esteroides (como ibuprofeno), el Accutane, fumar, consumo de cafeína y/o bebidas alcohólicas.
Exposiciónes a cosas en el ambiente como contaminación en el aire, radiación ionizante, o exposición a plomo o a arsénico.
Etnicidad o raza. Las mujeres de color tienen mayor riesgo de tener un aborto espontáneo que las mujeres blancas.

¿Cuáles son los diferentes tipos de abortos espontáneos?

Amenaza de aborto. Tienes sangrado vaginal y podrías tener dolor, pero el cérvix (el cuello de la matriz) se mantiene cerrado. La mitad de las veces, el sangrado para y el embarazo continúa normalmente. La otra mitad, una amenaza de aborto se vuelve un aborto involuntario inevitable, y termina en la pérdida del embarazo.
Aborto involuntario inevitable. Te aumenta el sangrado y el cérvix se abre. Si sucede esto, No hay oportunidad de que tu embarazo continúe.
Aborto incompleto. Parte del tejido del embarazo sale de la matriz, y parte se queda dentro. Podrías necesitar tratamiento de seguimiento para sacar el tejido que se quedó.
Aborto completo. Todo el tejido del embarazo sale de la matriz. Generalmente no necesitas ningún tratamiento adicional.
Aborto retenido. No tienes ni sangrado ni dolor. Pero el ultrasonido enseña un embrión sin latido cardíaco o un saco de embarazo vacío sin un embrión. Generalmente el tejido pasa por sí solo, pero podrías necesitar tratamiento.

¿Cuáles son los tratamientos para los abortos espontáneos?

Los tratamientos incluyen medicinas o procedimientos que son muy similares a los que se usan para los abortos provocados, otro hecho que causa confusión para los legisladores. Durante una aspiración, una enfermera o un médico coloca un tubo de plástico muy delgado en la matriz para remover los tejidos del embarazo con una succión suave.

Los abortos espontáneos que no se tratan pueden ser peligrosos. Si cualquier parte de un embarazo se queda dentro de tu cuerpo, podrías experimentar infección, sangrado y otras complicaciones. De allí la importancia de que una mujer que se ha embarazado y desea ese embarazo, pero por cuestiones de la naturaleza y que están totalmente fuera de su control, está teniendo un aborto espontáneo no sea penalizada ni se penalice al médico que le proporcione tratamiento médico.

Si desarrollas sangrado pesado o empeoramiento en el sangrado; fiebre, escalofríos o dolor intenso después de un aborto espontáneo, ponte en contacto con un médico de inmediato, podrían ser signos de infección.

Tu vida es tan importante como la vida de cualquier ser humano. Tienes derecho a que te traten con la dignidad que mereces, que incluye que recibas el tratamiento médico que necesitas. Y los médicos que juramos el juramento de ética de Hipócrates “Primum non nocere”, que significa “Primero, no hagas daño”, debemos proporcionar ese tratamiento de la mejor forma posible bajo la ética de la práctica de la medicina. Aquí no existe controversia.