- El consumo diario de café está relacionado con la disminución del riesgo a tener algún tipo de insuficiencia cardiaca.
- Beber entre 2 y 3 tazas de café al día se asocia con una reducción en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, arritmias.
- Tener altos niveles de cafeína en sangre podría ayudar a reducir la grasa corporal y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
- No se debe interpretar el estudio como una recomendación para aumentar el consumo de café.
El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. Es un ritual en muchas culturas y también se le atribuyen muchas propiedades, tanto positivas como negativas. Es un aliado para reactivarnos en ciertos momentos y un pretexto perfecto para compartir momentos sociales.
Tal como comentamos en otro artículo, el café se produce pasando agua por los granos tostados y molidos de la fruta del cafetal. Es originario de Etiopía y rápidamente captó la atención de los árabes, llegando al imperio Turco Otomano en el siglo XV. Les llamaban qahwa (vigorizante en árabe). En América es donde encontraron los mejores terrenos para cultivar el café. Brasil y Colombia son los mayores exportadores, teniendo cultivos en todas las zonas altas tropicales del continente americano.
Sus efectos en la salud han sido estudiados desde hace muchos años. Algunos estudios científicos ya habían señalado algunos beneficios del café, por ejemplo que su consumo diario está relacionado con la disminución del riesgo a tener algún tipo de insuficiencia cardiaca, según una investigación financiada por la AHA (Asociación Americana del Corazón, por sus siglas en inglés), y publicada en la revista Circulation: Heart Failure, en el año 2021.
Además, otro estudio publicado en 2022, analizó los tipos de café (en grano, instantáneo y descafeinado) y su relación con las enfermedades cardiovasculares, arritmias y mortalidad concluyendo que beber entre 2 y 3 tazas de café al día logra los mayores efectos positivos. También que el café en grano e instantáneo se asocia con la reducción de la arritmia, mientras que el descafeinado no y que esto debido a que la cafeína tiene un efecto antiarrítmico.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Medicine aporta evidencia de que tener altos niveles de cafeína en sangre podría ayudar a reducir la grasa corporal y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Esta investigación, liderada por la Dra. Susanna C. Larsson en el Instituto Karolinska, en Estocolmo (Suecia), utilizó una técnica llamada aleatorización mendeliana para investigar las posibles relaciones causales entre los niveles de cafeína en plasma y la salud cardiovascular.
El estudio se basó en datos de asociaciones genéticas en casi 10,000 personas que participaron en estudios a largo plazo. Se encontró que las concentraciones plasmáticas de cafeína más altas se asociaron con un menor índice de masa corporal y una menor cantidad de grasa corporal, así como con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
Además, se observó que aproximadamente el 43% del efecto protector de la cafeína en el riesgo de diabetes tipo 2 estaba relacionado con la reducción del índice de masa corporal. Estos hallazgos respaldan en cierta medida el conocido efecto protector del consumo moderado de café en el riesgo de desarrollar algunas enfermedades como el cáncer, los los problemas cardiacos y la diabetes.
Según explica el Dr. Jesús Vioque, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública y director de la Unidad de Epidemiología de la Nutrición de la Universidad Miguel Hernández, en Alicante (España) en declaraciones al Science Media Center, “estos resultados apoyarían de alguna manera el conocido efecto protector del consumo moderado de café sobre el riesgo de padecer y morir por las principales enfermedades no-transmisibles (cáncer, cardiovascular, diabetes). Sin embargo, no quedan claros algunos aspectos importantes como en qué medida el nivel plasmático representa el consumo habitual de cafeína y qué proporción se debe al consumo de café o al de otros alimentos como el chocolate o las bebidas azucaradas con cafeína que también contienen otros nutrientes poco saludables”.
A pesar de estos resultados prometedores, los expertos enfatizan que no se debe interpretar el estudio como una recomendación para aumentar el consumo de café. Es importante considerar la posible compensación negativa en forma de calorías adicionales provenientes del azúcar y la grasa presentes en algunas bebidas con cafeína. Aún no se ha demostrado un beneficio específico al aumentar el consumo de bebidas con cafeína sin calorías.
Por su parte, la Dra. Katarina Kos, profesora titular de Diabetes y Obesidad de la Universidad de Exeter (Reino Unido), añade que “el estudio genético muestra vínculos y posibles beneficios para la salud de las personas con determinados genes a los que se atribuye un metabolismo más rápido del café como rasgo hereditario y, potencialmente, un mejor metabolismo. No estudia ni recomienda beber más café, que no era el objetivo de esta investigación.
En conclusión, este estudio proporciona evidencia interesante sobre los posibles efectos beneficiosos de los niveles más altos de cafeína en sangre en la reducción de la grasa corporal y el riesgo de diabetes tipo 2. Sin embargo, se necesitan más investigaciones clínicas para comprender mejor el potencial de traducción de estos hallazgos y su aplicación en la reducción de la carga de enfermedades metabólicas.
Por Karla Islas Pieck
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