Si un insecto le pica a tu hijo, actúa sin demora. A pesar de ser desagradables y/o dolorosas, la mayoría de las picaduras son inofensivas y sólo producen malestares ligeros. Pero, a veces, la reacción puede resultar peligrosa si no se trata a tiempo. Infórmate.
Cuando hace buen tiempo, los padres estimulan a los niños a que jueguen en el jardín, los llevan a caminar al parque y planean diferentes actividades al aire libre. En todos esos lugares con seguridad contarán con diversión y con una compañía muy poco agradable: los insectos, y con ellos, sus molestas picaduras. Pero no se priven de disfrutar de la naturaleza, solamente hay que estar preparados. En general, las picaduras de los insectos irritan la piel, pero no causan problemas serios ni requieren ayuda médica. El dolor y las molestias suelen ser transitorios, y casi siempre empiezan a desaparecer al día siguiente. En algunas ocasiones, sin embargo, se producen infecciones que requieren tratamiento médico, o reacciones alérgicas que pueden ser muy graves.
¿Sabes cómo actuar ante una picadura? Sigue estos consejos para tratarlas rápida y correctamente:
- La picazón que provocan las picaduras de mosquitos, pulgas, hormigas rojas y chinches se alivia aplicando compresas o loción de calamina en cualquier parte del cuerpo del niño, a excepción del área alrededor de los ojos y los genitales. Si la picazón o el dolor son muy severos, consulta con el pediatra antes de aplicar cremas, lociones u otros remedios caseros. Es posible que el pediatra le recete un antihistamínico oral (tomado).
- Si se trata de picaduras de abejas o avispas, empapa un paño en agua fría y presiónalo sobre el área afectada para reducir el dolor y la inflamación.
- Si la picadura es de abeja, el insecto muere, pero el aguijón se queda en la piel y es importante que lo extraigas enseguida y en su totalidad, raspándolo de forma horizontal con el borde de una tarjeta de crédito, por ejemplo, o con tus uñas, con mucho cuidado para no irritar más el área. No lo retires con pinzas, ya que puedes apretar la bolsa del veneno, y aumentar así la cantidad de éste que se libera en la piel. Las avispas al picar no dejan el aguijón, pero no mueren, y pueden picar de nuevo.
- Si se trata de una picadura de garrapata, extrae la cabeza con pinzas, sin torcerla ni moverla bruscamente. No uses vaselina ni enciendas fósforos para extraer la garrapata. Después limpia la zona con alcohol. Lava bien el área afectada con agua tibia y jabón varias veces al día hasta que la herida cicatrice.
- Cubre el área afectada con hielo envuelto en un paño. Déjalo 10 minutos, retíralo y repite.
- Para aliviar el dolor, dale al niño acetaminofen o ibuprofeno; para el dolor y la picazón, dale un antihistamínico de venta libre por vía oral. Pero siempre con la autorización del pediatra.
- Mantén las uñas del niño cortas y bien limpias para minimizar el riesgo de infección si se rasca. Mejor aún, trata de que no se rasque la zona afectada.
Cuando buscar ayuda médica.
Aunque por lo general las mordeduras y picaduras de los insectos se pueden tratar en casa, algunas personas tienen reacciones alérgicas, a veces tan serias que llegan a ser peligrosas y requieren atención médica de urgencia. Si tu hijo experimenta alguno de estos síntomas después de una picadura de insecto, busca ayuda médica inmediata:
- Dificultad repentina para respirar o respiración entrecortada o con silbidos.
- Opresión en el pecho o en la garganta.
- Debilidad o inconsciencia (pérdida del conocimiento).
- Urticaria o picazón en todo el cuerpo.
- Gran inflamación cerca de los ojos, los labios o el pene, que le provoca dificultad para ver, comer y orinar.
- Piel amoratada.
- Náuseas o vómitos.
Una picadura en cualquier lugar de la boca requiere atención inmediata, porque puede provocar hinchazón grave y puede obstruir las vías respiratorias. También si hay una erupción en la piel que se extiende, si es muy extensa en la zona de la picadura o si persiste por más de tres días, ya que pudieran ser síntomas de infección.
Muy importante: aprende a prevenir las picaduras.
Es imposible prevenir del todo las picaduras de los insectos, pero sí puedes minimizar los riesgos de que tu hijo las sufra, siguiendo estas reglas:
- Evita que los niños vayan a las áreas en las que se congregan los insectos, como los botes de basura, charcos de agua, alimentos y dulces destapados, huertos y jardines en floración.
- Si el niño va a ir a lugares en los que hay insectos, haz que se vista con pantalones y camisas de mangas largas, de preferencia de telas ligeras. Así estará más protegido.
- No lo vistas con ropa de colores brillantes o con estampados floreados, que tienden a atraer a los insectos.
- No les apliques perfumes, jabones o lacas para el cabello perfumados, ya que también atraen a los insectos.
- Evita que el niño provoque a los insectos, y que haga movimientos bruscos y rápidos cerca de las colmenas o los nidos de los insectos.
- Ten cuidado si van a comer en espacios abiertos, sobre todo si hay dulces o bebidas azucaradas. Siempre mantén los alimentos cubiertos.
Ten cuidado con los repelentes de insectos
Es conveniente aplicarles a los niños repelentes de insectos, pero sólo si tienen la edad apropiada. Los insecticidas más comunes contienen DEET, un químico que no se recomienda para los niños de menos de dos meses, y no debe usarse más de una vez al día en los niños mayores. La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) recomienda los repelentes con un 30% de DEET para los niños de más de seis meses. Estos repelentes, sin embargo, son efectivos para las picaduras de mosquitos, garrapatas y pulgas, pero no para insectos con aguijón como las abejas, los avispones y las avispas.
Lo más importante para proteger a tu hijo de las picaduras de insectos es tomar medidas preventivas y conocer las señales de infecciones y reacciones alérgicas. Y si notas cualquier síntoma sospechoso, no te esperes para buscar ayuda médica. De la rapidez con que actúes puede depender la salud y tal vez hasta la vida de tu hijo.
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