Al hablar de sexo en los adolescentes, todo el mundo quiere decirte qué debes hacer. Si crees que nadie tiene porqué decidir sobre tu vida sexual, infórmate sobre lo que debes considerar. El tener o no relaciones sexuales durante la adolescencia es una decisión que te corresponde a ti y a nadie más. Por lo tanto, el protegerte de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) también es tu responsabilidad.
En Vida y Salud lo que nos interesa es que tengas la información necesaria para que, cualquiera que sea tu decisión, sepas las consecuencias, cuáles son tus opciones para estar saludable y no contraer enfermedades de transmisión sexual.
Si eres de los que cree que las ETS sólo son un problema para los adultos y la gente promiscua, estás muy equivocado. Los jóvenes entre 15 y 24 años son los más propensos a contraerlas, tengan o no parejas estables. ¿Sabes cómo protegerte? No esperes a tener una ETS para empezar a hacerlo. Piénsalo desde antes.
Las Enfermedades de Transmisión Sexual se transmiten, como su nombre lo indica, a través del contacto sexual. La manera más efectiva de eliminar el riesgo de contraerlas es no tener sexo. Hay gente que decide esperar hasta tener una pareja estable, lo cual es una decisión muy personal. Sin embargo, teniendo en cuenta que es precisamente durante la adolescencia cuando el cuerpo está cargado de hormonas que te invitan a descubrir tu sexualidad, lo mejor es que si decides tener relaciones sexuales, que lo hagas responsablemente, con protección para que no pongas en riesgo ni tu salud, ni la de los demás.
Aquí hay cuatro cosas que puedes hacer para protegerte:
1. Protégete usando un preservativo o condón. Los condones son el símbolo del sexo seguro, especialmente los de látex, cuando se usan correctamente. Aunque lo único que te protege 100% es la abstinencia, los condones son uno de los métodos más eficientes para evitar la mayoría de las ETS y el VIH. Además, también te ayudan a evitar un embarazo no deseado.
2. Aprende a conocer tu cuerpo. Así notarás si hay algún cambio en tus genitales, si algo se ve diferente (por ejemplo: erupciones, enrojecimiento, etc.) o cuando aparezcan síntomas como, comezón o picazón o ardor al orinar, entre otros. Si sientes algo extraño, acude a tu médico inmediatamente para que te examine.
3. Visita al ginecólogo.Para algunas adolescentes, este es un tema difícil pues no saben cómo pedir una cita con el ginecólogo sin que sus padres se enteren que ya han iniciado su vida sexual. Puedes acudir a un centro de asesoría para adolescentes y pedir una cita allí, o contactar a un ginecólogo y pedirle privacidad. Ir al ginecólogo te ayudará a saber cómo está tu salud sexual, y muy probablemente te recomiende hacerte una citología o examen de Papanicolau.
4. Vacúnate. Asegúrate de preguntar si necesitas algún refuerzo de la vacuna contra la Hepatitis B que te aplicaron cuando niño. Si no la has recibido, este es un buen momento. Si tienes menos de 26 años y no te han aplicado la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) a los 11 o 12 años, consulta con tu médico para que te la apliquen pues te ayudará a prevenir, el cáncer de cuello uterino. En este momento esta vacuna sólo se está dando a las chicas, quizá en un futuro próximo se les de a los varones también.
Las decisiones inteligentes que tomes hoy te permitirán disfrutar de una vida sexual sana. Si decides tener sexo, protégete. Algunas enfermedades de transmisión sexual pueden causar infertilidad, otras pueden cambiar tu vida para siempre, otras te pueden matar. Recuerda siempre que es mejor prevenir que remediar.
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2009.
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