El sexo debe de disfrutarse, ¿no crees? Pero por algún motivo tú no lo estás disfrutando. Puede ser que algo esté afectando tu cuerpo o tu relación. O también que hay algo que no te deja tranquila. No vale la pena sufrir en silencio, busca una terapia sexual y vuelve a disfrutar de tu sexualidad.
Sean o no graves, las preocupaciones por tu sexualidad te pueden quitar el sueño y afectar tu relación. Y lo peor de todo es que muchas veces no sabes qué hacer… ¿Contárselo a alguien? No, es demasiado íntimo. ¿Hablarlo con tu pareja? Ya lo intentaste y terminaron discutiendo. ¿Ignorarlo? Imposible, por más que lo intentas, el problema sigue ahí. Si te encuentras en esta tu situación, ¡considera una terapia sexual!
No le temas a la terapia. Las dificultades o las preocupaciones sobre la vida sexual son más comunes de lo que piensas, y no serás ni el primero ni el último en buscar una terapia sexual. ¿De qué se trata? Es una asesoría o ayuda que proporciona un psicólogo especializado en sexualidad y relaciones emocionales. Tú o tu pareja pueden buscar este tipo de asesoría si les sucede algo como…
- Poco deseo sexual, libido bajo
- Problemas para lograr o mantener una erección, disfunción eréctil
- Eyaculación precoz
- Problemas para alcanzar el orgasmo
- Preocupación por tu orientación sexual
- Problemas sexuales con tu pareja, dificultades para hablar del tema y comprenderse
- Experiencias sexuales traumáticas en el pasado que afectan tu relación actual, como: violación, abuso sexual infantil, maltrato físico
- Comportamiento sexual compulsivo o intereses fuera de lo común que te tienen angustiado u obsesionado
- Problemas o preocupación por la masturbación
- Problemas de aceptación de tu cuerpo
El objetivo de la terapia es ayudarte a solucionar esos problemas y preocupaciones para que puedas volver a disfrutar de tu vida sexual.
¿Cómo se hace? Si te encuentras en una relación estable, lo más seguro es que la terapia funcione mejor en pareja, o que al menos él o ella te acompañe a algunas sesiones.
El psicólogo comenzará por escuchar y hacerte algunas preguntas para poder entender lo que sucede y analizar la situación completa antes de sugerir posibles caminos para solucionarlo. Muchas veces las causas del problema sexual son bastante claras, pero a veces se encuentran escondidas en lugares que nunca nos imaginamos. Algunas veces incluso el terapista podrá descubrir que las causas son físicas y que necesitas ver a otro médico.
Es probable también que te envíe algunos ejercicios para hacer en casa con tu pareja. Ya sea para cambiar prácticas o experimentar nuevas sensaciones. Por eso, no te sientas avergonzado o tengas miedo de hablar de tu intimidad sexual con el psicólogo. Él o ella deben inspirarte confianza, recuerda que estamos hablando de un especialista en estos temas.
Si no te sientes bien en la terapia individual o de pareja, también existen las terapias de grupo. Especialmente los grupos de mujeres se han vuelto cada vez más comunes, y sirven para compartir dudas con otras mujeres, perder la timidez y calmar tus inquietudes, aparte de aprender nuevas técnicas.
No te prives de tu sexualidad por miedo. Pide asesoría, para eso está. Cuando vuelvas a disfrutar tus relaciones, te darás cuentas que valió la pena.
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