Algunas enfermedades visuales, como la degeneración macular relacionada con la edad, se tratan mediante inyecciones aplicadas directamente en los ojos, pero ¿no sería estupendo sustituir las inyecciones por gotas? Pues es posible que eso sea pronto una realidad, gracias a nuevos descubrimientos.
La degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) o degeneración macular asociada con la edad (DMAE) es un trastorno que afecta por lo general a los adultos mayores. Consiste en una pérdida de visión en la mácula, situada en el centro del campo visual, y se debe a daños en la retina. Esta enfermedad puede hacer difícil (a veces imposible) leer o reconocer las caras, aunque la visión periférica suele ser suficiente para otras actividades de la vida diaria.
Como uno de cada cinco adultos mayores de 75 años sufre de DMRE, y existen también otras enfermedades visuales que causan ceguera, es importante estar al tanto de los tratamientos más recientes para combatirlas. Debido al aumento en la cantidad de pacientes afectados, hay una demanda creciente por las inyecciones oculares que se administran en el ojo, con las que se trata actualmente la enfermedad.
A pesar de su eficacia para detener la DMRE, estas inyecciones resultan desagradables para los pacientes y son bastante costosas. Por eso, el resultado de una investigación reciente dirigida por unos científicos del University College London (UCL), podría significar un verdadero milagro para los pacientes de esa enfermedad. En lugar de inyecciones, el tratamiento podría ser a base de gotas, mucho más fáciles de administrar.
La investigación, llevada a cabo en modelos animales, y publicada en la revista de nanotecnología Small, demostró que es posible crear formulaciones de partículas minúsculas cargadas del fármaco Avastin DMRE, usado para tratar la enfermedad, y administrar concentraciones significativas del mismo en la parte posterior del ojo.
Según la profesora Francesca Cordeiro del Instituto de Oftalmología del UCL, que tomó parte en el estudio, el desarrollo de unas gotas para los ojos que puedan usarse sin riesgo y con efectividad es un enorme avance en el tratamiento de DMRE y de otras enfermedades oculares debilitantes.
“Actualmente, el tratamiento consiste en aplicar inyecciones repetidas en el ojo, y el número va a aumentar en los próximos años. Estas inyecciones son muy incómodas para el paciente, y a veces hay que administrarlas en el hospital hasta por 24 meses consecutivos”.
La demanda por las inyecciones es extremadamente alta, a pesar de que resultan difíciles de aplicar, consumen mucho tiempo y son muy costosas. El tratamiento, por otra parte, puede ocasionar sangrado e infecciones recurrentes en los ojos.
Llevar los medicamentos a la retina del ojo es una de las tareas más difíciles en oftalmología, debido a la presencia de barreras anatómicas. Antes se pensaba que los medicamentos que se usan para tratar la DMRE, como el Avastin y el Lucentis, tenían moléculas demasiado grandes para que pudieran transportarse con efectividad en un líquido oftálmico que se pueda aplicar en gotas.
El Dr. Ben Davis, del Instituto de Oftalmología del UCL y autor principal del estudio, dice que hay un gran interés en el desarrollo de sistemas mínimamente invasivos para poder administrar medicamentos de moléculas grandes a través de las barreras biológicas, como la córnea del ojo.
“Hemos demostrado en modelos experimentales un sistema para llevar las sustancias, incluyendo el Avastin, a través de las barreras del ojo y para transportarlas a través de las células de la córnea. En teoría, se puede aplicar la tecnología con diferentes fármacos, como el Lucentis, que se usa frecuentemente en el tratamiento de la DMRE. Como tiene moléculas más pequeñas que el Avastin, es muy probable que se pueda aplicar siguiendo este método”, dice el Dr. Davis.
Todos los componentes que se usan son seguros y están bien establecidos. Eso significa que potencialmente es posible pasar pronto a aplicar la tecnología de los ensayos a los pacientes, lo que sería una gran ventaja para los que sufren de DMRE. Y no sólo por el alivio de sustituir las inyecciones por un tratamiento con gotas, sino también por que su costo sería menor.
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