Los ojos pueden convertirse en un medio ambiente ideal para el desarrollo de bacterias que terminen provocando molestas infecciones. Tal es el caso de la queratitis bacteriana, que se desarrolla en la superficie de la córnea y si no se trata correctamente puede llevar a la ceguera. Aquí te contamos de qué se trata esta afección y cómo detectarla rápidamente para evitar complicaciones.
Las bacterias se encuentran en todos lados. De hecho, en nuestro cuerpo tenemos ¡millones! de ellas que son necesarias para mantener equilibradas las distintas funciones del organismo. Claro que a veces hay bacterias que provocan enfermedades, y es entonces cuando es necesario tratarlas. Los lugares que eligen para crecer (y potencialmente afectarnos en forma negativa) pueden ser muy variados. En esta columna nos detendremos en los ojos, que pueden verse afectados por bacterias que provocan, por ejemplo, lo que se conoce como queratitis bacteriana (ya que la queratitis, además, puede ser causada por hongos y herpes, entre otros microorganismos).
La queratitis bacteriana es una infección de la córnea, la parte más superficial del ojo, que puede ser causada debido al uso de lentes de contacto o por una lesión en el ojo, por ejemplo, el uso de algún medicamento para los ojos que esté contaminado, haber tenido alguna enfermedad de la córnea reciente o tener las defensas bajas a causa de diabetes, alcoholismo o mala nutrición.
Cuando la queratitis afecta las capas más superficiales de la córnea se dice que es, justamente, “superficial”, y una vez que se cura no suele dejar cicatrices ni marcas. Por el contrario, cuando afecta otras capas de la córnea se trata de una queratitis profunda y en esos casos sí es posible que quede alguna cicatriz, que puede o no afectar la visión, de acuerdo a dónde esté ubicada.
En general, la queratitis bacteriana se desarrolla de manera muy rápida y si no se recibe el tratamiento adecuado puede causar ceguera. Por eso, presta atención a estos síntomas y, en especial si se presentan de manera repentina, consulta a un oftalmólogo (un médico que se especializa en atender los ojos) de inmediato, para que pueda darte tratamiento:
- dolor en el ojo afectado (a menudo repentino)
- disminución de la visión
- sensibilidad a la luz
- lagrimeo o secreción del ojo.
Para tratar la queratitis bacteriana, en general se usan gotas con antibiótico y también es posible que el oftalmólogo(a) te indique que te apliques algún medicamento esteroide tópico (local) en el ojo, para disminuir la inflamación.
Además, si usas lentes de contacto, es posible que los tengas que dejar de usar hasta que se te quite la infección y siempre es muy importante que los manipules y los almacenes con cuidado, limpiándolos de manera adecuada, para disminuir las posibilidades de que se te infecten los ojos en el futuro. Recuerda que para limpiar adecuadamente tus lentes de contacto debes tener ciertos cuidados básicos como:
- lavarte y secarte bien las manos antes de manipularlos, usando un jabón sin aroma
- mantener las uñas cortas para no dañar los lentes o lastimarte el ojo mientras te los colocas
- no usar agua de la llave (grifo) para lavar los lentes de contacto ni enjuagarlos con saliva
- usar las soluciones de limpieza de lentes recomendadas por tu oftalmólogo u optometrista
- seguir las instrucciones de uso y almacenamiento al pie de la letra
- lavar y desinfectar los lentes cada vez que te los quites, si no son desechables o descartables
- mantener limpio el estuche donde guardas los lentes (lávalo con la misma solución especial para lentes y déjalos vacíos y abiertos para que se sequen al aire)
- reemplazar los lentes (y los estuches que los contienen) tal como te lo indique el especialista
Ahora ya sabes un poco más sobre la queratitis bacteriana, otra de las afecciones que pueden afectar a los ojos. Si sientes algún síntoma o tienes dudas acerca de tu visión, ve con un oftalmólogo(a). Así mantendrás tus ojos sanos y podrás seguir disfrutando las cosas que te gustan, ¡a todo color!
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