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El sistema digestivo es mucho más que un conjunto de órganos responsables de procesar los alimentos. De hecho, su impacto va desde la nutrición básica hasta la regulación del sistema inmunológico y del estado de ánimo. Su funcionamiento, cuando es equilibrado, nos mantiene con energía, libres de inflamación y con una mente clara. En cambio, cuando hay desequilibrios, las repercusiones pueden ser amplias y muchas veces silenciosas.

En este artículo te ayudaremos a entender el recorrido que hace cada bocado hasta llegar a la sangre, el papel de órganos como el hígado y el páncreas, y la importancia creciente de la microbiota intestinal.

¿Qué es el sistema digestivo y por qué es tan importante?

El sistema digestivo es el conjunto de órganos encargados de descomponer los alimentos, absorber los nutrientes y eliminar los residuos. A través de una secuencia precisa de pasos, transforma lo que comemos en la energía, los nutrientes e incluso señales que impulsan todas las funciones de nuestro cuerpo. Lo fascinante es que este sistema no trabaja solo: interactúa con el sistema nervioso, endocrino e inmune de manera continua.

¿Sabías que más del 70% de las células inmunitarias residen en el intestino? Esto nos habla de una profunda conexión entre digestión y defensa natural.

Desde la boca hasta el estómago: comienza la digestión

La boca y la faringe dan inicio al proceso digestivo. Gracias a la saliva —que contiene moléculas llamadas enzimas, como la amilasa— se empieza a romper el alimento. Esta enzima, por ejemplo, comienza a digerir los azúcares en moléculas más simples (por eso el algodón de dulce se disuelve tan fácil en la boca, pero no así en el agua).

La lengua, además de ayudarnos a masticar, contribuye a la mezcla de los alimentos con la saliva, formando lo que se conoce como bolo alimenticio. Este viaja luego por la faringe y el esófago, donde el movimiento conocido como peristalsis lo conduce al estómago.

Un punto clave aquí es que, si el esfínter, “la compuerta”, entre el esófago y el estómago no cierra bien, aparece el reflujo gástrico, una molestia cada vez más común. Que usualmente genera heridas y daños al esófago llamados esofagitis y úlceras.

El estómago: donde empieza la transformación real

Las paredes del estómago producen el jugo gástrico que es una mezcla de ácido clorhídrico (el omeprazol y otros funcionan para impedir que este químico se produzca) y enzimas digestivas, como la pepsina, que comienzan a descomponen las proteínas. El resultado es el quimo, una mezcla semilíquida que está lista para avanzar.

Este ambiente ácido no solo digiere, sino que también mata patógenos. Por eso, al tomar medicamentos como el omeprazol, es importante tener en cuenta que también se reduce la defensa contra bacterias.

El intestino delgado: laboratorio de absorción

Este tramo, dividido en duodeno, yeyuno e íleon es donde ocurre la verdadera absorción de nutrientes. Aquí actúan la bilis y los jugos pancreáticos.

  • Duodeno: Está conectado con el estómago. Absorbe minerales como el hierro y azúcares simples. Se comienzan a digerir las grasas y algunas proteínas más complejas.
  • Yeyuno e íleon: Se encargan de absorber los nutrientes de digestión lenta como proteínas y grasas, y también las vitaminas como la B12, así como algunos minerales restantes. El íleon está conectado con el colon, y allí se ubica la apéndice.

Las microvellosidades intestinales son las responsables de enviar los nutrientes al torrente sanguíneo. Es un proceso delicado, que puede verse afectado por la dieta, medicamentos o enfermedades como la celiaquía.

Sistema digestivo y microbiota intestinal: la dupla vital

La microbiota intestinal está compuesta por billones de bacterias. Su influencia en la digestión, la inmunidad y el ánimo ha sido objeto de numerosos estudios. Cuando está en equilibrio, produce ácidos grasos de cadena corta, algunos nutrientes y vitaminas, esenciales para la salud del cuerpo.

Beneficios clave de la microbiota:

  • Mejora la absorción de nutrientes difíciles de digerir.
  • Impide la colonización por patógenos compitiendo con ellos.
  • Fortalece el sistema inmunitario ya que entrena a las células defensivas. Es fundamental, además, para el desarrollo y la regulación de la respuesta inmunitaria, ayudando a evitar reacciones inflamatorias excesivas.
  • Participa en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Revisa este artículo para saber más.

Intestino grueso: mucho más que eliminación

El colon y el recto absorben agua, almacenan desechos y son hogar de la microbiota. Además, el intestino grueso participa en la síntesis de vitaminas como la K, esenciales para la coagulación.

El color de las heces, por ejemplo, viene de los desechos biliares. Esta fase final también tiene implicancias en salud mental, ya que muchas bacterias intestinales producen neurotransmisores como la serotonina.

Órganos auxiliares: hígado, páncreas y vesícula biliar

  • Hígado: Entre muchas otras cosas, produce bilis, que digiere las grasas, y es el encargado de neutralizar las toxinas de la sangre (y los medicamentos).
  • Páncreas: Secreta enzimas que digieren azúcares y proteínas. Además, produce la insulina y el glucagón, claves en la regulación de la glicemia.
  • Vesícula biliar: Almacena la bilis y la libera cuando comemos grasas.

Factores modernos que afectan al sistema digestivo

Dieta, estrés y estilo de vida son tres factores que, hoy más que nunca, impactan en el sistema digestivo. Una dieta baja en fibra, el consumo excesivo de ultraprocesados, la falta de sueño y el estrés crónico deterioran la función digestiva y alteran la microbiota.

En contraste, una rutina saludable con alimentos integrales, fermentados y ejercicio físico puede regenerar la salud digestiva.

Consulta esta guía de Vida y Salud sobre alimentación intestinal para aprender a cuidar tu aparato digestivo.

¿Cómo cuidar tu sistema digestivo diariamente?

  • Bebe suficiente agua.
  • Incluye alimentos ricos en fibra (frutas, legumbres, avena).
  • Evita comidas muy pesadas en la noche.
  • Limita el consumo de alcohol y azúcares refinados.
  • Realiza actividad física regularmente.
  • Consume probióticos y prebióticos.
  • Evita el estrés crónico con técnicas como meditación o yoga.

El sistema digestivo no es solo una vía de paso para los alimentos: es un regulador clave del bienestar general. Desde la absorción de nutrientes hasta la conexión con el cerebro, su influencia es profunda. Cuidarlo a través de una alimentación balanceada, buen manejo del estrés y hábitos saludables es la mejor inversión para una vida larga y con calidad.

Preguntas frecuentes

¿Qué función cumple el sistema digestivo?
Transforma los alimentos en nutrientes absorbibles y elimina lo que el cuerpo no necesita.

¿Cuál es el órgano principal del sistema digestivo?
No hay uno solo; el intestino delgado realiza la mayor absorción, pero todos los órganos tienen funciones complementarias.

¿Cómo afecta el estrés al sistema digestivo?
Puede alterar la motilidad intestinal y la composición de la microbiota, provocando síntomas como dolor, hinchazón o diarrea.

¿Qué es la microbiota intestinal?
Es un conjunto de microorganismos que habita el intestino y que influye en la digestión, inmunidad y salud mental.

¿Qué alimentos benefician al sistema digestivo?
Los ricos en fibra, fermentados (como el yogur o el kéfir), vegetales, frutas y cereales integrales.

¿Es normal tener reflujo ocasional?
Sí, pero si se vuelve frecuente, puede indicar un problema en el esfínter esofágico y debe ser tratado.

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / Explode

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